Discos Críticas

Comenzar a darle al teclado escuchando una colección de canciones tan pura, concisa y llena de emoción no
es cosa nada fácil y tratar de no mezclar mi amistad con su autor en estas frases algo imposible. Pero no debe importarme, yo no soy periodista musical y no quiero ceñirme a las reglas de una crítica o reseña al uso porque no me da la gana.
Es lo que hay dentro de este activista musical, respuesta desde el cariño y las experiencias, en este caso mutuas.
Txema Mendizabal es mi amigo hace unos años pero sobre todo tras compartir un fin de semana  el pasado mes de agosto con ocasión del Festival Austrigalia de Busto de Bureba (Burgos)- el pueblo donde nació mi madre-donde el bilbaíno con diptongo, ahora también tan valenciano como el Miguelete, andaba todavía convaleciente de su lesión de
codo. Quizás porque en esos días, los que allí estuvimos con nuestros bantásticos amigos, recuperamos muchas de las luces de verano de las que brillan en su canción, me ha parecido este Disparo todavía más Revelador. El arroz en el río, el sur en el norte, la recopilación de chamarras para combatir el frío en la noche de verano del campo castellano…
Por una cosa u otra, mensajes durante estos meses, compartir alguna que otra decisión, la visita a Valencia con ocasión del libro de Johnny o escuchar en su coche, previamente a un concierto de Maderita en el Iralabarri de allí , el precioso barrio de Benimaclet, con ojos llorosos la canción dedicada a los veranos en el pueblo de La Rioja…el caso es que este disco lo llevo muy dentro de mi piel.
Su debut, su Golpe de Estado solo consiguió conquistar los corazones de los que en él vimos una propuesta rica en matices en la lengua que hablamos en el día a día, en versos y arreglos, en cuidado por los detalles y con una personalidad arrebatadora dentro de la tradición Javier Bergia-Antonio Vega-Enrique Urquijo-Quique González.
Este segundo Disparo Revelador se ha tratado desde el inicio de forma diferente.Como él dice, en la entrevista aquí publicada, de una forma en un principio desnuda y nebraskera (al loro con la estremecedora demo de La Boca del Lobo extra de la edición física en cd). Txema es muy fan del Boss pero luego como suele suceder, el disco se ha ido vistiendo aunque lo justo porque hay que intentar que se conozcan más sus canciones y que lleguen a más público porque lo merecen. Y le ha quedado una producción elegante, sencilla pero muy sutil, es espectacular escucharlo en mi equipo de Hi-Fi. Los responsables: esos dos ángeles que hacen unos coros del edén en algunos de sus cortes llamados Xema Fuertes y Cayo Bellveser, ambos de mis adorados Maderita, músicos claves en la escena de la ciudad del Turia y dotados de un gusto para el pop mediterráneo de guitarra de palo espectacular.
El disparo se abre con la briosa Partida, entre ese feeling que proporciona el vintage Jackson Browne y el mejor Josh Rouse época Altea. Los versos se suceden airosos para describir con elegancia la distorsión de la calma, de la conciencia tranquila, la tormenta que siempre llega y de la que suele ser protagonista la intromisión de un tercero/a. Es una gran canción de folk-rock y un sublime comienzo de disco.
La boca del lobo, de cuya demo he hablado y que se esconde al final, se ha producido al estilo del folk de la época del trip-hop de una Beth Orton y reconocido por su autor, el rollo un poco loopero y mantra le acerca a José González. Lo cierto es que me acordé de esta canción viendo el otro día Dolor y Gloria de Almodóvar ya que ambas obras de arte no son otra cosa que ir despejando los miedos que se te pegan de niño y qué marcan a fuego tu vida hasta que llega un momento en que con los años caen como naipes de cartón y los afrontas con valentía. El miedo desaparece. Pocos componen canciones en castellano como Mendizabal.
El single o adelanto es una belleza llamada Pequeña Irene que mediante dos tiempos musicales: uno de esperanza con tensión, de ánimo y cruce de dedos, anima a los padres y familia de la recién nacida con graves problemas para continuar en el Mundo desde un inicio y a ella misma (Esa niña no sabe la suerte que ha tenido por dedicarle esta canción que dota de vida a cualquiera que la escucha); la segunda parte vanmorrisonera a ritmo de vals indica que ya Irene va a alegrar las vidas de su entorno y que el nubarrón ha pasado y se ha transformado en blanco algodón. Cuando canta «tan pura y tan transparente» Txema  lo hace de una forma idem. Me emociona. y esa forma de describir la horrible espera a que el médico suba su pulgar: «Noches de más de dos lunas, horas que son una eternidad» Y ese paraparara fiel reflejo de la alegría infinita solo saben encajar bien Ray Davies, Belle & Sebastian o Josh Rouse, pues ahora , añadir también Mendizabal.
Como si no tuviera importancia es la primera balada estricta y es pura poesía. En ella los coros Xema y Cayo te ponen los pelos como escarpias como si fueran unos Impressions del Soul del Mare Nostrum. Y la veo tan apropiada. Por lo menos a mi me pasa: las cosas del día a día, ese simple deseo de  «buen día» o el pequeño beso- a veces si , a veces no- al salir a las 07:30 de la mañana un lunes para ir a currar.  Eso lo es todo y «los Días de San Valentín no lo compran» que diría Bob Dylan. Y parece que no tiene importancia pero es lo más importante. Esta canción es realmente impresionante y una de mis tres favoritas.
La colaboración de su amigo Manolo Tarancón la encontramos en Herederos, la más clara influencia de Quique González, lo que no quita para que el madrileño estuviera orgulloso de tenerla en su cancionero. Porque Mendizabal para aquel que no sepa escuchar con calma y criterio puede peligrosamente resultar un Quique de segunda y con tal conclusión se equivocará y mucho ya que tiene una patente y manifiesta personalidad y sonido propio. (si no lo has escuchado, Golpe de Estado, su debut,  te lo confirmará) y es que además , es un músico muy especial que toca la steel y la guitarra de maravilla ( y la armónica)  y con una voz reconocible a la primera.
Y llega la POM, una canción que llevaré siempre conmigo, bueno con nosotros porque describe perfectamente la relación con mi darlin´companion o con las de todos aquellos que plantean su vida en pareja en la base de la improvisación. En serio, cuando la escucho aparte de emocionarme como solo Antonio Vega o las Vainica lo hacen en mi lengua ( por cierto, la canción podrían haberla firmado Carmen y Gloria en, por ejemplo, «En familia») Y es que «planificar el futuro le resta (tanta ) emoción»
Sus versos, los de Nuestros Versos, son una revelación o mejor un rayo de inspiración divina digna de tatuaje: «Que no haya abismos si todo apunta a la madrugada, que se nos hinche de calma el pecho en mitad del temporal; Si quisiéramos seguir viajando de lo intenso a lo más intenso, que sigan siendo improvisados nuestros versos» Enfrentarse a la relación con libertad pero sin planificación, con respeto pero sin ninguna meta que no sea el propio viaje. Gracias por expresarlo querido amigo: en una de las mejores canciones compuestas en castellano ever. Ahora es nuestra canción.
Que a la maravilla le siga otra, es decir, la del pueblo, Luces de verano sitúa el minutaje del Disparo en su vertiente más epidérmica, la que más me llega porque pienso en Frías, en aquellos veranos infinitos en trigales «dorados» Y sus violines, Virginia y Carla se salen por todos los lados, descargan todas las lágrimas del día en que se acaban las vacaciones. Ahora cuando la escucho ya no oigo «la Maravillas Band» Txema, tendrías que cambiarlo en directo por la Bantastic Fand en homenaje a ese fin de semana. En fin, que es una canción maravillosa en las que todos los que tenemos/tuvimos pueblo nos podemos refugiar en la nostalgia.
La canción que titula el Disparo revelador, son otras soberbias rimas de un propio universo interior que trae a la memoria el de Don Antonio (Vega, claro)  pero sin tanto hermetismo, con una aire folk medieval prístino que me encanta. Y luego ya viene la adaptación del mismo a tus propios fantasmas que eso es lo bueno de las canciones que plantean alternativas, como las de Mendizabal.
Las tres precedentes seguidas, en esa categoría y en ese estilo, es una triada que un hace mucho que no había escuchado en un idioma que no tengo que traducir porque va directo a mi corazón.
Pasajes de regreso no baja el pistón de esta potente detonación de versos encerrados en bellas melodías, pegadizas que no pegajosas y cuando menciona las Torres de Quart me afianza este amor demasiado tardío pero ya conmigo que mantengo con la preciosa ciudad donde Txema vive y donde tengo tan buenos amigos.Yo también tengo «mi colección de tarros encerrados en el bote de cristal» como las especias y la cajita de azafrán comprada en el Mercado Central de Valencia, el más bello del Universo.
Y cerrar con un instrumental tan precioso como Buen viaje me parece ideal y me trae a la memoria un detalle que nunca olvidaré: cuando tratábamos de despedirnos, en Frías, en Toriles, el pasado verano, Txema no lo quería hacer porque se le saltaban las lágrimas y se marchó sin darme un abrazo porque no quería que le viera llorar. Servidor no sabía que el abrazo iba a ser en diferido, en forma de disparo revelador envuelto en chanza. 
 
Eskerrik asko.

* Hazte con el disco si te fías del criterio editorial de nosotros los exiliados. estará muy alto en nuestras listas del año 2019. El enlace para pillarlo, además con un interesante pack de ambos discos de Mendizabal en este enlace:

https://www.laviejitamusica.com/p/tienda_09.html?fbclid=IwAR0nxrDx0k2ToLJYjTGA7Osj0iwT2XnciiErRQzAZgAva4IccV3_b3GqpOA


Un comentario

  1. Precioso disco, con momentos sumamente emotivos, será seguro, uno de los discos del año, y en castellano.
    bonitísima reseña bro.
    Abrazos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos que te pueden interesar