Críticas Discos

Nada más comenzar a sonar este pedazo de obra maestra dí al stop en pocos segundos y me puse a llorar. Por Leonard Cohen. Ha tenido que ser Randy Newman quien me haga creíble de una vez por todas la muerte del poeta canadiense. Len ya nunca sacará un disco bajo su supervisión y latido. Y cómo duele hermanos.
Hemos sido- y somos- unos privilegiados por disfrutar de la bellísima arruga de los compositores más inmensos que ha dado la cultura popular norteamericana, como lo somos de poder admirar una nueva y siempre preciada obra de arte de su camarada, este retratista único y genial vecino del piso más alto de la Tower Of Song.
Confieso ha sido una sorpresa su anuncio y edición porque los fans sabemos que se toma su tiempo para mantenerse en los ochomil y no publicar canciones perecederas.
La cota de Harps & Angels de hace nueve años no es que fuera la más alta de su discografía ya que el angelino criado en Nueva Orleans (dato crucial) siempre ha estado tocando el cielo. De hecho, la primera cosa que llama la atención es su pureza. Prácticamente no hay cambios en su presentación desde su milagroso debut «Creates something under the sun»: está ahí su fórmula, su cálida voz de abuelo jubilado inteligente a perpetuidad, la delicadeza en los arreglos orquestales de su estirpe de compositores de bandas sonoras, la ternura y la compasión por sus personajes, los diálogos metafísicos con el lenguaje común de los mortales. Lo único que cambia es el nuevo asunto de sus canciones (Matter) que le toca ser bastante turbio (Dark) Y con los tiempos que vivimos como para no serlo.
La primera impresión y escucha no es la que te va a llevar a emitir un juicio justo ya que es toda una sorpresa este Dark Matter. Si Harps & Angels entraba como la seda por la incrustación de sus típicas baladas de romanticismo afilado y su aire más amable o alegre, este Dark Matter es más sofisticado, coral, de movimientos y oscuro. Y es que si hablas de un pechopalomo como Putin o de Ciencia y Razón frente a Religión y Fé, un hijo que te acaba haciendo el postgrado de homeless, las relaciones familiares cuando toca arrimar el hombro para cuidar a los padres enfermos, el que la historia se tergiversa ya que las decisiones políticas y militares que suponen una invasión de un país pueden derivar de ser fan de Celia Cruz, el copycateo y su desdicha, el robo de la marca de la música auténtica en Sonny Boy, la decadencia del que pretende vivir de su pasión sin pegar un palo al agua-en este caso un surfero sexagenario, el que todo vale en este mundo que se va a la gatera…no puede ser un disco fácil de primeras. Ni siquiera concediendo un respiro con una canción de amor en la que te consideras afortunado porque te eligió la chica más bonita del Mundo aun siendo un perfecto pringado.
Los artistas mayúsculos y Randy es uno de ellos, son los que fluyen como un gran río, cada recodo tiene sus matices pero el color del agua y el tipo de corriente los identifica. Es por ello que tras varias escuchas y tras incluir Dark Matter en mi dieta semanal, como se debe hacer con las legumbres, se te hace intercambiable con cualquiera de su catálogo aunque a nivel personal a mi me ha devuelto a admirar la belleza de su debut, antes citado y a volver a escribir algo sobre un disco. Allí, en su debut, se presentaba como artista integral y definitivo con su lado oscuro incluido.

Y leo en el Mojo que de pequeño le llamaban bizco y lo entiendo todo y me estremece que diga que hasta hace bien poco que no miraba a los ojos a la gente.Y entonces, entiendo todo.

Randy el caraoficinista es un retratista de la condición humana real ya que no es todo bueno en ella como a veces queremos pretender. En este nuevo disco que ya es sólo un milagro por tenerlo entre manos como el Tempest de Bobby, no sólo y como siempre marca el pulso de los tiempos ala Forges sino que reflexiona en clave poética sobre los problemas de las personas en situaciones especialmente delicadas o con temperamentos diferentes al prototipo. Randy es la excepción que confirma la regla.

Además, él es capaz de escribir una tripleta tan sublime como la de Lost Without You para comenzarla siendo el tronco principal de esta destacada canción- desde ya en su panteón:

Even if I knew which way the wind was blowin’
Even if I knew this road would lead me home
Even if I knew for once where I was goin’
I’m lost out here without you

El rollete music hall sigue marcando las pautas en canciones para patinar como It´s A Jungle Out There o On the Beach. En las que sientes el vértigo de su sarcasmo y a veces te sale la carcajada como cuando dice que su amigo el surfer de la cuadrilla solo se ha preocupado en la vida de si su tabla era larga, corta o de poliuretano. Eso lo he vivido yo aquí en Bilbao con los de Getxo.

En She Chose Me repite los esquemas clásicos suyos en las baladas románticas y es que dice que aunque a él como oyente le interesan sus viñetas más oscuras al final se ha dado cuenta que a los mortales nos gustan las canciones de amor. Él dice que en ellas ve amor únicamente pero no personas concretas como en las raras pero eso es porque no nos conoce, jajaja. El arreglo de orquesta te eleva al paraíso, todo sea dicho.Y bueno,  ni puedo imaginar en cuantos bodorrios se va a utilizar…bodorrios con clase, eso sí.

Al final, hay que descubrir cosas nuevas y confiar en los artistas nóveles y no tan nuevos con algo que contar pero lo cierto es que al pliegue de la bella arruga de los poquísimos dioses que nos quedan al servicio de la canción eterna es donde me siento ahora a gusto. Será la edad, será que el tiempo corre vertiginoso desde que se porta el 5 de primera cifra de tu propio pellejo…el caso es que uno se encuentra perdido sin discos como Dark Matter y artistas padres como Randy Newman. Creo que es el tiempo de abrir un Reserva Remelluri al son de este tratado de verdad absoluta emocionante y dejarse de tonterías y pérdidas de tiempo.

Y como dice en la obra maestra que remata el disco Wandering Boy: gracias por esta fiesta (querido Randy) , me alegra haber estado en ella. Se abre el cielo, hay mucha más luz pese a toda esta oscuridad que nos acecha.


Un comentario

  1. Acabo de comprar el disco hace un par de días. Con una única escucha descubres que hay un duende detrás de sus surcos, un alquimista, un cocinero, un carpintero, un artesano que todavía trabaja con sus manos, y que se las mira cuando lo hace.
    Gran entrada.
    Abrazos,
    JdG

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