Críticas Discos

La mejor banda de punk rock garagero del último cuarto de siglo no es (ha sido, en propiedad) anglosajona, ni escandinava, ni es blanca, ni tinta, ni tiene color… Pues fue, en efecto, Thee Michelle Gun Elephant (TMGE, como son también conocidos -y a partir de ahora en este texto-) una banda que rehuyó el ornamento, la cucamona, la estulticia recurrente y galopante de la «estrellita occidental de mode» en pos del zarpazo mortal directo y a la yugular. Sin piedad ni concesiones a valer (y avisados quedan quienes procedan).
Para generar una idea rápida de lo que opino de esta formación hago mías, por la curra, las palabras que les dedicaran a principios del 2003 en Mondosonoro a colación de su entonces nuevo álbum «Rodeo Tandem Beat Specter»: «¿La mejor banda de rock del planeta ahora mismito? Con el permiso de The Soundtrack Of Our Lives, este título debe adjudicarse a los Cuatro Japos del Apocalipsis, que siguen lanzando misiles atómicos con absoluta indiferencia por los hypes neo-rockers, los cachorros del nu-metal y el revival garajero en Detroit, Burbank o Tennessee. A su lado todo, repito todo, es pólvora mojada«… Y sí a todo. Bravo por ello, no podría estar más de acuerdo (referencia a los tremendos, y también ya extintos, TSOOL incluida). Y es que, en efecto, se podría considerar el primer lustro del nuevo milenio algo así como «el imperio del hype». Una desesperada búsqueda de nuevos superhéroes con la que, lo lamento (… o no, qué cojones), muchos no tragamos. Ni entonces ni ahora. Por suerte, eso sí, siempre habrán más discos que botellines y, de la misma forma, en el periplo sugerido se parieron discos de rock musculoso-lacerante del recontrasantísimo copón por parte de gentes como Zen Guerrilla, Bellrays, Jon Spencer o los mismos Hellacopters (entre otros y sin entrar en lo que ya llevaban los susodichos de recorrido o no). Con todo, el primer contacto que tuve con TMGE -a los que tan desgraciadamente tarde llegué- y el disco que hoy nos ocupa fue un arrasar con todo de la más burra y devastadora de las maneras que gusten de imaginar. De verdad que, tras escuchar a este cuarteto, el ponerse a considerar uno que hay algunas generaciones que han crecido pensando que punk rock es Green Day y Offspring (etc) o, después e igualmente, que garage rock es White Stripes o Black Keys (etc, también), es algo que únicamente suscita ganas de ponerse a llorar de pura e incosolable pena…  Para sintetizar -más- es simple y llanamente la diferencia entre el placebo o la necesaria medicación, la auténtica y de verdad. TMGE son el añorado Detroit de Kramer y los Asheton (no el de colorines y videos de lego), son Juanito Truenos y el espíritu british del 77 llevado al extremo, son Radio Birdman y The Saints, los Fleshtones, Chesterfield Kings, Cynics y demás sin olvidar a los mismísimos Groovies (de los que se confesaban fans)… El último paradigma de garage punk que ha existido, sin más. Busquen si gustan referencias a la que liaron en el Serie Z del 2003 y como pasaron del «quién coño son estos» a la devoción absoluta y por siempre de todos los puñeteros suertudos que tuvieron la santa potra de estar ahí… Imaginen estar en un festivalín veraniego al uso (y no me refiero al Serie Z -y menos ese año que, si alguien tiene a bien buscarlo, tenía un cartel que era/fue el tocamiento-) viendo a la cuchipanda cool de turno aupada por la prensa tendenciosa (o de tendencias, si prefieren) en los últimos meses y que, de repente y sin aviso previo, aparezcan Godzilla y Mazinger liándose a hostia limpia ahí en medio y destrozando todo a su paso como si de origamis de papel se tratara.
Este híbrido entre fuerza natural inapelable y banda de rock compuesto por un guitarra (Futoshi Abe, fallecido en 2009) que aunaba virtuosismo y tralla de imposibles octanajes hasta el mismo escalofrío, una base rítmica brutal,  incesante y galopante hasta la misma extenuación (Koji Ueno -bajo- y Kazuyuki Kuhara -batería-) y, cómo no, un cantante (Yusuke Chiba, compositor de los temas, por lo general y más inri) que parece tenga puras brasas ardiendo prendidas en la garganta a perpetuidad, se dio a conocer en nuestro país con el disco que precede a nuestro posteo de hoy (el también altamente recomendable «Gear Blues» del 98) de la mano de Munster y creando así, a posteriori, un díptico de dos elepés que son o, me resultan a mi al menos, la traca final -en lás mejores y más extrañadas formas en «lo suyo»- del pasado siglo. Ya el acabose fue averiguar después que resulta que, coño, este «Casanova snake» es en verdad el más «amable y accesible» de sus trabajos de estudio… De lo que, sin dejar de ser todavía hoy mi favorito del combo por ello ni dejar igualmente de recomendar nada de la formación -por lo menos a nivel de studio albums, que es lo que uno se conoce-, doy abosulta fe.
Primera canción del «Casanova Snake»: «Dead star end»… No, demasiado calor, no caerá hoy un song by song (que son dieciocho si le metemos las tres de bonus, además !). Veamos que escríbía el señor Roger Estrada  (también en Mondosonoro en junio del 2001), sobre ese tema, este disco (y el también mentado que le antecede en cronología): «Compra, roba, mata si es necesario, pero consigue una copia de ambos álbumes y corre a pincharlos. Si tras escuchar la inicial “Dead Star End” sigues creyendo que todo está perdido es que no has entendido nada de nada. O eso o que tu vida está tan podrida por los sonidos prometedores de un presente artificialmente mejor que ya no eres capaz de insuflar sangre a través de tus obtruídas venas y darle a tu corazón las dosis exactadas de ROCK …«. Pues también, está claro. Como también es cierto que ese quinto e invencible corte, «Revolver junkies», es lo más parecido a un hit single que jamás parieron. Por en medio andanadas como «Cobra» o «Plasma dive» que son sendos incendios en si mismos. La parte guitarrera final de «Rahpsody» es directamente taquicárdica, el poso blues de «Silk» te hace sudar carretera aún en el balcón de casa, lo cuasi psychobilly por momentos de «Naked sun» o el marchamo creciente de «Pinhead cramberry dance» son otras harto poderosas victorias al k.o… Y aunque, dígase todo, el respiro para rebajar estática de «Bogie’s dawn» quizá se alargue un algo (es el único momento que se levanta pie del gas, por otro lado, lo que le otorga en cierta medida la etiqueta de «necesario» al tema… antes que los tímpanos empiecen a sangrar y tal) ese final con la parte más melódica (a su manera, ojo) de «GT 400» y «Drop» (con «Pistol disco» en medio como último arreón kamikaze, eso sí), y siendo esa última mi momento favorito destacado en un disco cuya media se me antoja tan indebatiblemente elevada, ahí queda para los restos. Y no se engañe nadie, que si hay canciones que no menciono no es porque sean inferiores en modo alguno es, se admite no sin cierto pesar, por pura y dura haraganería estival… qué reprochar a burradas como «Angie Hotel», «Young jaguar» o «Dust bunny ride on», al fin y por los mismos clavos (y con ello, anda mira, ya las menté todas -menos los bonus-… tramposete es uno, sí).
Es, en definitiva, por ejemplos de estos contados que la historia rocanrolera te va dando (de muy en mucho) que no me hace perder el sentido según qué de lo mayoritariamente aplaudido en la actualidad, aún por las gentes de bien amantes del rocanrol, por mucho que me lo intenten endilgar a presión… No es que Ryan Adams, Jack White, Ashcroft y el otro, o los Artics (considerable etc) me parezcan mal (de verdad que no), es que para mi no pasan del mero entretenimiento (y para un muy breve ratito)… de los entremeses baratos de altramuces y boca bits. Lo que de vez en cuando está bien (claro qué sí) pero…joder, si hay entrecot a la pimienta no me hagas jugar a las casitas, porfa plis. Once eran los samurais que se te escaparon cuatro, Maestro… Y aunque no los hayas visto jamás en la Mtv o similares.
Thee Michelle Gun Elephant – «Casanova Snake» (2000) : 9’4/10
01. «Dead Star End»/ 02. «Cobra»/ 03. «Young Jaguar»/ 04. «Plasma Dive»/ 05. «Revolver Junkies»/ 06. «Dust Bunny Rides On»/ 07. «Naked Sun»/ 08. «Rhapsody»/ 09. «Bogie’s Dawn»/ 10. «Silk»/ 11. «Pinhead Cramberry Dance»/ 12. «Angie Motel»/ 13. «GT400″/ 14. «Pistol Disco»/ 15.»Drop».

Por Guzz


7 comentarios

  1. Adoro este disco , me parece un genuino trallazo de rock´n´roll al que acudo cada vez que necesito simplemente evadirme un rato , es como una purga necesaria ; Casanova Snake fue toda una bofetada contra el simulacro y sigo creyendo que condensa la más auténtica esencia exterminadora del rock and roll ; he disfrutado nuevamente mucho de tu texto ; gran banda , gran disco , la pena es que nunca pude hacerme con su copia en vinilo , me tuve que conformar con el CD ; eso sí , muy bien presentado en su cuidado cartonaje .
    Abrazos ! Feliz verano !

    1. Estoy en lo mismo Jesus. Menos mal que muy de vez en cuando aún surgen genuidades que nos liman el mediático bosque de plástico para volver a Chuck y Ricardín y darle otra vuelta tuerca a los más añorado y necesario (para un sindios) de amantes del rocanrol. TMGE son un ejemplo extremo de ello, casi obligatorio me atrevería a afirmar aún desde la humildad y tal… Gran abrazo guzzero Maestro y el mejor estío posible a tí y los tuyos !

  2. Hace mucho que me alejé del punk y sus aledaños, me sigue gustando y es la falta de tiempo la culpable de este alejamiento, recordaré este discazo en este puente.
    Abrazos.

    1. TMGE suenan a superpoderoso garage punk de manual pero, al loro, que como apunta Jesus, en su mayor sabiduría, esto no es sino -mayormente- lo de "la más auténtica esencia exterminadora del rock and roll" que comenta… Más Stooges que Pistols, para entendernos. Quizá hice demasiado hincapié en lo de punk y menos en lo de garage en el texto, sí, pues este cuarteto no deja de ser rocanrol de toda la vida, aunque "a su manera". Feliz bridge Addison y abrazo guzzero !

  3. ¿Qué quieres que te diga, brother Guzz? No solo de punk garagero, la mejor banda de rock de los último veinticinco años sin duda alguna (Sonic Youth es de los treinta). Y al loro con su extraordinaria evolución final en "Sabrina Heaven" y "Sabrina No Heaven". Este "Casanova" fue el primer disco que escuché del cuarteto, y casi me da un colapso emocional.

    Un abrazo.

    1. Tal cual. Recuerdo escuchar este disco hasta el puro dolor de oido… Y después seguir en inevitable ejercicio de masoquismo. Siempre lo recuerdo como uno de esos momentos cumbre como la primera vez que escuché lo de "Kick out…" o el "appettitte" (que con unos trece añitos que me pilló y ni te cuento), pues a ese nivel lo estimo y por ejemplo. Tenían estos tíos ese ángel de "hacer sonar como nuevo la mierda de siempre" a espuertas, y eso es algo muy -muy- raro de conseguir realmente… No me extraña en absoluto, por ello, que los "infectados" los tengamos (a disco y banda) en tan alta consideración. Es lo lógico y no hay otra opción. Que no le putee a ud y los suyos este calor horrible en exceso (yo "soy de inviernos", que se dice) y a disfrutar lo que se pueda y/o dejen, Gonzalo. Abrazo.

  4. Lo desconozco totalmente, y tomo nota, sobretodo por las alusiones a Stripes y demás, gracias por alumbrar de manera tan clara, los escucharé. Saludos

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