Discos Críticas

Éxodo desde el Exilio… No se espera en esta entrada lograr el consenso logrado hace siete días con la Playa del gran maestro canadiense, a priori. Y lo entiendo, no problem. Hay mucha gente (más de la que ellos mismos individualmente sospechan, me temo) que no comulga con el hijo de la sra Nesta y sus Wailers, particularmente, ni por extensión con el género que, guste o no de admitir, los inmortaliza forever a nivel global. Y en su derecho están. Es mi opinión, me esfuerzo en ello además, que el que no guste «X» o «Y» artista/genio (por idolatrado que sea y al nivel de erudición que toque desde la subjetividad personal que igualmente proceda) no condena a absolutamente nadie, lo mismo que no otorga derecho a mirar por encima de nada por pura (y gratuita) causa-efecto. Ciñéndonos ya en la icónica figura de Marley nos encontramos, en cualquier caso, con un sinfín de verbenas que lo mismo pueden llevar a la beatificación indebatible que al rechazo inmediato… Esto es así. Puedes centrarte lo mismo en la cabeza más visible -el héroe- que saca la música jamaicana de las barracas para imponerlo en un país donde las radios solo dejan rodar música anglosajona para -desde ahí- merendarse all the whole world de un zarpazo y porrazo en ristre, que también en algunos de los dogmas (más misóginos que meramente machistas) integra la filosofía rastafari a la que nuestro protagonista principal de hoy está evidentemente adherido. Sin embargo, yendo más allá de manías y adoraciones (de a granel o no) que es lo más importante, encontramos a un tipo que es historia del S.XX, amén de un músico e intérprete claramente irrepetible. Descomunal. La faz y rastas de Marley es como la foto de Einstein sacando la lengua, Marilyn agitando las faldas, el puro-cigarro de Groucho, la portada del «Pimientas», Miles dándole a la trompeta, Elvis dejándose la cadera o Bob levantando cartelones en un callejón (sumen lo que quieran sea a nivel social, artístico o político del pasado siglo -y de popularidad, que no de trascendencia o importancia que  hablamos, ojo-), y aunque sin duda siempre hay personal que en su (envidiable en no pocos casos) sabiduría reivindique a quien sea en el mismo registro, Bob Marley es inequívocamente la cara del Reggae… y de Jamaica, y de los trujis, y de las gorras de lana tricolor… e incluso, por qué no, otro ícono (completo que no solo generacional, como ocurre con lo realmente incontestable a todos los niveles en esta vida) de pura libertad o al menos autodeterminación, aún en la acepción más generosa del asunto, se admite y si se quiere. Y voy ya al contenido que procede, sí, no se me duerman… Eso sí, quede ello cristalino, su humilde servidor por Robert Nesta Marley, directamente, mata y remata la veces sean menester. Que no quepa duda alguna.
Ah, coño, se me olvidaba: «pero si todas las canciones son iguales»… Claro, no como en el caso de Ramones o los Young (por poner dos de mis bandas más queridas de todos los tiempos -y etc-)… nos ha jodido mayo… A ver, que esto (como lo otro) es un asunto de «género», le gusta a usted o no el reggae pero no me sea ignorante por la curra, porfa plis. «Esos sonidos», además, son ubicables de forma más o menos esporádica en gentes que van de Zep a los Police, pasando por Talking Heads, los Clash o hasta Rita la Cantaora… No se puede ningunear esto, se respeta el que no guste (está claro e insisto), pero ningunear, jamás. Y menos, cuando nos enfrentamos a un álbum como «Exodus», faltaría. Mi predilecto de la chapa Bob Marley & The Wailers (aunque «catch» y «natty» no andan lejos -y sin obviar a alguno que otro más-). La historia rápidamente: Marley ya es «alguien» dentro y fuera de sus fronteras de origen  (ya firmó con Island -desde el «agarra el mechero» del 73 en adelante-) y vive plácidamente en su mansión de Kingston  -que es algo así como una comuna hippie en clave rasta-caribeña y, muy posiblemente, el lugar techado de la tierra donde más trujis se han liado en la historia del planeta-… Acaba de dejar registrado para la posteridad, para más cojones, su «no woman no cry» en el londinense «Live» del 75 para volver  a casa siendo más grande que cualquier cosa que se logre imaginar, hasta el punto de influir en la política de su país, a pesar de su «apolítica» autoproclamada condición … «Política» que, ni qué decir, es un polvorín siempre presto a estallar y que, en su caso, supone un atentado que acaba con él y sus familiares/amigos heridos en un tiroteo… Marley, tras el atentado, realiza un último concierto en su tierra (la famosa cita de «la gente dedicada a hacer el mal no se tomará un día de descanso… ni yo tampoco», sale de esto) y se va a las inglaterras donde registra, en las mismas sesiones, «Exodus» (77) y «Kaya» (78). El segundo es otro notable disco más que conviene tener controlado (ahí tienen la versión de estudio de «is this love» y alguna bicoca del copón como «satisfy my soul»), pero el primero… ay, el primero.
Movement of Jah people !
Ahí tenemos a los Barrett y a Patterson, los teclados de Downie o la guitarra de Junior Marvin… Lo que sería toda la camarilla. Un tracklist sin déficit a caber y, concretamente (al tanto), una cara B que cuento como una de mis cinco o diez (nunca menos) predilectas desde hace largos años… Y de acuerdo, sin duda, que resulta altamente debatible lo de la revista Time con lo de aquella encuesta, a finales de los noventa, que situaba a «Exodus» como el mejor disco del S. XX (tal cual lo explico, oigan), pero caray, que ahí queda eso igualmente. Así pues, atendiendo a todo lo apuntado hasta ahora (y cojocientas de cuestiones más que se pueden vertir sobre disco y músico -se nos acababa la semana aquí, como poco y en efecto-), llega la hora de abordar el cancionero de marras… Y sin más empieza «Natural Mystic«… Como se espera y toca que lo haga, estaríamos buenos. Y ya nos contarán, una y mil veces, que «Exodus», obviamente (que hay gente chalada cual botellines pero, por lo general,  solo hasta cierto punto), desde luego «mola» pero ya no es algo «tan puro» como lo que precede. Que está parido desde la premisa de agradar al «white mainstream» y tal… Bien, pues tras enviar a facturar puñetas a quien proceda nos queda siempre lo evidente de que, ya de salida y en todos los morros, esta pieza de inicio de éxodo no es sino el enésimo paradigma reggae en estado puro por parte del genio (y sus geniales asociados waileros)… Te darán ganas de perderte en la jungla a buscar tesoros entrujado perdido y dando bandazos litrona ron en ristre. Inmejorable flyer de entrada, con chupito gratis y la risa tonta que ya no te abandonará hasta el fin, al elepé. De seguidilla llegamos a «So Much Things to Say» con los memorables y tan ubicables coros de las I Threes (Rita Marley, Marcia Griffiths y Judy Mowatt). Con melodía más definida (y melosa) y esa complicidad que te arranca la muy cabrona… Un montón de cosas por decir, sin duda, pero te parecerá (o eso nos pasa a un significante sindiós) que realmente nada podrá dañarte ni joderte en los más mínimo mientras suena esto… Más veneno en la marmita y para adelante, vaya. «Guiltiness«, pura aflicción en pos de esa culpabilidad que no cabe, ni llegará, en las cuentas de los poderosos… Se van a zampar ese «pan de la tristeza» sin duda y a dos carrillos… ¿Se puede ser más explícito?, y sin imperdibles ni crestitas (que estamos en el 77, ojo no olvidemos). Tremendo viraje para ese tan sencillo como contundente estribillo, conviene también señalar. Para el penúltimo corte de la primera cara tenemos esa «The Heathen«, quizá la más monótona se admite (todo un mantra con eso de «De heathen back, yeah, ‘pon de wall»), pero no exenta de evidente carga política y algún esporádico momentazo guitarril por parte de Marvin como para atesorar en formol para la canción más breve del lote. Y así llegamos al final del lado «»malo»» (dobles comillas, en efecto) del disco con, por supuesto, «Exodus» (la canción y tema titular)… «Natural Mystic» se pone aquí el traje de los domingos para estos tan reconocibles siete minutos de paso que, qué cosas, ejerce de imposible y enésimo hit en el opus de músico/banda. Himno rastafari, ritual vudú y canto a las buenas gentes del Jah (al que Strummer y cia tanto deberán -al canto que no al Jah-), todo en uno y tan campantes que se quedan… Y es entonces, oh brothers and sisters, cuando abandonamos el terreno de la mera excelencia y, sin toma de aire a mediar siquiera, nos ponemos metafísicos: toca darle la vuelta al elepé «Exodus» de Bob Marley & The Wailers… O «poco menos de veinte minutos en milagro mode que te crio», que va a ser lo mismo al fin…
De estas otras cinco pistas, que nos encontramos al girar galleta, reivindico y mucho (así de entrada) la del medio, la tercera: «Turn Your Lights Down Low«… Y no, no es porque me guste más que las otras cuatro es, sencillamente, porque no lo hace menos. Esa definición del reggae que lo revierte en soul caribeño, obviando su condición de folk autóctono de un lugar concreto, estalla del todo en esta canción donde Marley se nos aparece cual Marvin o Al, con una sugerente cadencia y tono previa al folleteo que no hay quien lo pare… Tremenda. Y tremendo el que esta auténtica burrada (por lo enorme) de canción quede eternamente relativizada… Sí, aún a pesar de su póker acompañante. Y es que, a ver… ¿Qué cojones explicar de nuevo a estas alturas del drama -y de la historia- de «Jamming«, «Waiting In Vain«, «Three Little Birds» o «One Love/People Get Ready«?… Díganme, por favor, que no se me ocurre nada. Cuando alguien comete la barbaridad de plantar cuatro canciones así en una misma analógica cara de un mismo disco… qué cojones pueden explicar sus detractores para vender la burra… ¿Es todo «muy inocente»?, ¿muy «facilón»?… Volvemos a lo de antes, si no gusta ok, pero no toquen la huevada al relativizar o tratar de ningunear su grandeza y, de paso, no hagan el ridículo free que no se hacen ningún bien…  Hacer fácil lo difícil es el santo y seña de los grandes, grandes de verdad. Hacer lo propio con lo imposible ya es coto privado de genios y similares. «Jamming» es Wonder disfrazado de pirata del Caribe tocando en algún garito de alguna isla perdida en hora de máxima audiencia (groove a tempo porrero… ¿qué coño quieren más?);  «Waiting in vain» es una de las canciones de «bonitez» más brutalmente extrema que he escuchado en la puñetera vida (y mi favorita de este señor junto a «Redemption song», ya puestos); «Three Little Birds» es el himno de la alegría del reggae y punto (el órgano de Downie en este tema lo han escuchado hasta en el planeta de los simios y hasta ahí mismo que te lo saben tararear); y, faltaría,  «One Love/People Get Ready» (con el extracto embutido del tema de Mayfield respondiendo por esa segunda parte del título) es de esas cosas que logran que uno no acabe de perder del todo la fe en la especie por jodido que, tantas veces, ésta te lo ponga. No veo a qué más vueltas con unas canciones que, de comulgar con ellas, terminan con todas las lisonjas y parabienes habidos, la verdad… El tercer día de junio de 1977 aparecía «Exodus» en la tiendas de discos y… No, no voy a tirar de la cursilería barata de mencionar que desde entonces el puñetero planeta este es un poquito, un algo ni que sea, mejor merced a ello. Eso sería demasiado jabón incluso para Marley, los Wailers y este tan célebre álbum que hoy me apetecía recordar, así que no lo haré… Y aunque, en la modesta opinión de uno, sea ello una puta verdad tan grande como el mismo sun.
 
Bob Marley & The Wailers – «Exodus» (1977) : 10/10
01. «Natural Mystic»/ 02. «So Much Things to Say»/ 03. «Guiltiness»/ 04. «The Heathen»/ 05. «Exodus»/ 06. «Jamming»/ 07. «Waiting In Vain»/ 08. «Turn Your Lights Down Low»/ 09. «Three Little Birds»/ 10. «One Love/People Get Ready».

Por Guzz


5 comentarios

  1. Magistral. Disco y entrada. En casa adoramos a Marley, un artista pasto de recopilatorios, aunque ojo con los discos, Exodus y Up Rising son los favoritos y hoy nos alegrará el día. Además Bruce lleva en el Hammersmith 75 el gorro rasta que Marley le dió ;). Saludos rastas. Hoy lo pincharemos.

  2. Uno esos posts que quería hacer un servidor por amar el disco en cuestión y venerar al artista. Junto a "Catch a Fire" es su mejor obra, la más completa. Llena de singles potenciales, y esa cara b…, de las mejores de la historia. Marley como muchos creen no es un artista de greatest hits, claro que de hits tiene un porrón y más, pero sus LPs son grandes, muy grandes. Gran post y enorme disco.

  3. Disco atemporal y contemporaneo donde los halla de Bob y los Wailers. Fue la primera premisa que me marqué al adquirir mi primer plato: Comprarme los discos de Bob Marley, y aunque muchos se empeñaran en asociar su música a la marihuana y al buen rollo. Detras de su inacabable discografía, hay el ejemplo más claro del mestizaje musical actual. Os recomiendo encarecidamente este documental, todo un documento gráfico revelador; creo que se puede encontrar con facilidad subtitulado, si no me lo podéis comentar y os lo paso de forma privada. https://www.youtube.com/watch?v=wQXyK1uxTps

  4. Dispongo de la edición de 30 aniversario de este disco que viene con un directo extra maravilloso. Gran y enorme disco, que encima contiene un par de temas que para mi son de los mejores de Marley, ese Jamming que siempre recurro a él y el Three Little birds, pero vamos que el disco entero es una gozada.
    Yo siempre digo que los Wailers eran unos eunucos cantando, era una cosa impresionante, Dios Santo ¡¡¡qué voces!!!

    Abrazos truferos.

  5. Mira Guzz, ya era hora de que viera algo que le haga justicia a un ser que juega en otra liga.
    Bob Marley es como si juntamos a Bob Dylan,Curtis Mayfield y Keith Richard pero en el Tercer Mundo y diferente y tan bueno como los mencionados. Yo ya chico no distingo entre sus discos, quizás los dos últimos son un poco más vendidos a "Babilonia" pero la verdad es que es como Camarón, el saxo de Coltrane o la trompeta de Miles. me gusta escucharle a él, su gracia , su fraseo , su hermosa y sincera voz que es la del pobre, su grupo funky como la mierda, sus sisters que son como las de Aretha, su tremenda levedad de hierro, su fuerza sin peso, su mensaje sin chorradas, su tremendo espíritu soulful ala Marvin Gaye pero en diferente, su what´s going oneo infinito, su denuncia, su jeta, sus gorros, como chuta la pelota. TODO en Nesta es fundamental. Yo tengo todos sus discos , hasta cuando canto en su última comunión. es como dices que te ha gustado mi término, de reclinatorio como los miércoles en el exilio. Vengo y me arrodillo…me va usted a pagar unas prótesis nuevas! Exodus, infinito, borroka,luchador, combativo, espiritual de verdad, grasa omega 3, fuente de vida y crencia en la facultad del ser humano en elevar la mierda que somos en el universo. I love BM.Soul is the answer.

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