Nina Simone - Nina Simone Sings The Blues (1967)

Críticas Discos Especiales

Aún recuerdo la primera vez que escuché a Nina Simone, fue con su último éxito comercial «My Baby Just Care For Me»que aunque incluida en su disco «Little Girl Blue» del 57, un anuncio publicitario, de cuyo nombre no quiero acordarme, la recuperó a finales de los 80 para las nuevas generaciones, la cobertura comercial propició un aluvión de recopilatorios y reediciones. Parece mentira, ahora cuando escucho una canción que me gusta en un anuncio, hasta me molesta, y es que entonces, cuando la red aún no era nuestra más fiel fuente de decubrimientos, la televisión jugaba un papel primordial. Desde luego ese video de los gatos rodó durante mucho tiempo, era imposible no escucharla.
Nina Simone suele ser pasto de recopilatorios, algo lógico y comprensible, en su repertorio hay tantas canciones que en si mismas son obras maestras que tenerlas todas juntas es muy tentador, «Wild Is The Wind», «I Put A Spell On You», «Don’t Let Me Be Misundertood», «Mississippi Goddam»… son imbatibles. Podríamos considerar a Nina Simone sólo una artista de singles y aún así estaría muy por encima de la gran mayoría, en lo más alto, aunque sería una lástima no sobrepasar esa barrera, porque dejando a parte la interpretación de piezas archiconocidas y el hecho de que reinventó algunos standards a lo largo de su carrera, cumple con creces el papel de songwritter, puesto que compuso muchas canciones de una gran calidad, para recordar y tener cerca.
Así que la siguiente pregunta lógica sería… ¿que hay de los larga duraciones? aquí hay que andarse con pies de plomo, y no porque podáis equivocaros en la elección, es más porque aunque leáis críticas no muy favorables de algunos LPs, no hagáis caso, «Pastel Blues», «Wild is The Wind», hasta «Nina Simone and Piano!», discos considerados erráticos, difusos y/o de un sólo éxito, pero que el tiempo los ha enaltecido, esconden oro puro. Y por supuesto esos discos que hay que tener si o si (a ser posible en vinilo). «Little Girl Blue», «The Amazing Nina Simone», «High Priestess of Soul», sencillamente imprescindibles. Así que a diez años de su muerte me parece primordial reivindicarla como una de las más grandes artistas de nuestro tiempo.
El blues ya tenía sus «reyes» y «mamas», y el jazz sus «duques» y «ladies», a Nina Simone le tocó el título de «Sarcerdotisa del Soul». Aunque a ella nunca le gustó tal condición, limitante e injusta, en su música se superponían soul, jazz, blues, pop… Así que hoy me he traído al exilio el disco «Nina Simone Sings The Blues», siguiente a «High Priestess of Soul» (1966), disco que le dió tal título, también excelente, grabado junto a una Big Band y con unos arreglos exquisitos, sólo por la versión de «Work Song» y su «Come Ye» merecen atención. Pero en contraposición a todo el colorido de aquel disco, y supongo yo, que huyendo de aquel título eclesiástico, Nina se decantó por demostrar en su siguiente referencia que su música no podía encasillarse en pro del mercantilismo musical, ella era Nina Simone y punto.
Al igual que los maestros del jazz tenían por norma en su época dorada terminar los conciertos con un blues, casi todas las chanteuse, por no decir todas, tenían sus «Sings The Blues», los afroamericanos tienen muy claro su origen cultural y lo reverencian siempre que pueden. Ahí estoy de acuerdo con Jack White, pasa cualquier canción al blues, y si aguanta, será una gran canción, el blues siempre ha sido la pasta sobre la que se construyó todo lo demás, virtuosismos a parte, la simpleza de su estructura deja al descubierto al intérprete, y en ese aspecto Nina Simone es blues, ella, su voz y unos cuantos acordes de piano, ella podría ser los «three chords and the truth» llevados al piano-blues.
Me decanto por este disco como representativo, cruzada ya la barrera de los grandes éxitos, porque sin contener ninguno de sus temas conocidos se vale por si sólo, con gran parte de las canciones compuestas por la propia Nina Simone, y donde los arreglos complejos dan paso a la austeridad propia del blues, lineas de guitarra básicas y exquisitas, harmónicas, contrabajo, batería y piano, algún saxo, y por supuesto una Nina que borda, como siempre, su interpretación.
Pero este disco no trata sólamente de una intérprete haciendo un buen disco de estilo, Simone tiene los pies en el suelo y no olvida de donde viene, el sufrimiento y los problemas de la comunidad afroamericana que se sucedían más allá de los logros del sueño del Dr.Luther King. De eso trata el disco, de su propia esencia como persona, sus raices y su compromiso con la música, de su pasado, su presente y su futuro. El tratamiento es blues, pero aquí hay mucho soul, hay cantos espirituales, es música racial, honesta y con mucha fuerza, algo que la diferenciaba en una época donde las formas y apariencias empezaba a romper el equilibrio sobre la misma esencia, y que la conecta con artistas que parecen lejanas como Bessie Smith, aquí Simone recorre el camino inverso a su anterior LP.
«Do I Move You?» es el blues que introduce la guitarra y la harmónica, puro Chess, tras la estela de esos encuentros entre Willie Dixon y Memphis Slim, nos sitúa en la catársis de las sesión, el grupo se vuelca arrastrado por el sentimiento y se oyen los gruñidos de emoción de algunos de los músicos, el blues y la actitud socarrona de Nina simplemente nos pone en situación, nos dice que aquí no se andará por las ramas. Los sonidos amables que mezclan su amalgama de influencias se presenta en «Day and Night», una delicia casi pop, esto en Nina nunca supone obviedad, más bien frescura. Y vuelve al blues añejo de los años cuarenta, «In The Dark» que me recuerda a Ray Charles baladista, «Real Real»  basado en el espiritual «He’s So Real To Me», de nuevo, como Charles, se trae el gospel de la iglesia a la cama, fenomenal muestra de maestría, y como siempre que puede, Nina referencia a la opera negra por excelencia, el «Porgy and Bess» de Gershwin en «My Man’s Gone Now», estremecedor lamento que le une con sus antepasado, pelos de punta. De vuelta a Chess con «Backlash Blues», fantástica, mi preferida, junto a la primera, ambas de su puño y letra, gran compositora a reivindicar, don’t forget Nina!.
Otra de sus composiciones es «I Want a Little Sugar in My Bowl», una delicia, ese saxo noctámbulo, melancólica y desencantada, reinventado la canción de «Bessi Smith», en estos momentos ya llevo puesta mi sotana y estoy en el púlpito repartiendo azúcar, genial. Y reiros de las canciones sexys de las divas del R&B con «Buck», que ritmo y que ganas de chasquear los dedos caminando por Harlem, para pasar a derretirse con la balada blues «Since I Fell For You», guitarra y harmónica se enroscan con el desencanto del amor no correspondido, y fijaros la reinvención de «The House of The Rising Sun», otro contrapunto a la famosa versión de los Animals y a la acústica de Dylan, Nina la devuelve a New Orleans y al éxtasis con un ritmo frenético. «Blues For Mama», es su sentido homenaje a Big Mama Thornton, y puede que sin saberlo la propia Nina, después de un disco como éste, sobrepase el título de Sacerdotisa del Soul, Big Mama Simone, Nina’s got the blues.

Nina Simone – «Nina Simone Sings The Blues» (1967) 
10/10
01.- Do I Move You/ 2.- Day And Night/ 3.- In The Dark 4.- Real Deal/ 5.- My Man’s Gone Now/ 6.- Backlash Blues/ 7.- I Want A Little Sugar In My Bowl/ 8.- Buck/ 9.- Since I Fell For You/ 10.- The House Of The Rising Sun/ 11.- Blues For Mama


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