Teddy Thompson regala melodías preciosas y precisas, algo almibaradas pero de escucha placentera.
El nuevo disco del vástago de Linda y Richard Thompson obviamente no será el disco del año. Tampoco será el más sano pues no es que tenga azúcar sino que más bien es puro almíbar y para muchos individuos sería necesario estar preparados con una buena dosis de insulina si fuera el caso.
Dicho esto de entrada, también es justo decir que el disco es un rotundo notable, que hay clase por doquier y melodías preciosas, que hay acercamientos al soul, al blanco, al de Van the Man, y que lógicamente es imposible que siendo el hijo de quién es y mirando su carrera discográfica (que por cierto, es también notable aunque no haya ningún pelotazo sideral) nos decepcione si es que no se ha vuelto loco y comienza a darle al reggaeton.
El disco es puro boniquismo, puro buen hacer pero no tiene la suficiente magia para volverse eterno y en mi opinión tampoco le veo mucho recorrido. No me veo escuchando el disco dentro de unos años, no me veo eligiéndolo entre miles a pesar que alguna canción si roza el sobresaliente. Ahora puede parecer que le estoy dando cera al bueno de Teddy Thompson pero no, eso está lejos, muy lejos de mi intención.
Es más, que quede claro, recomiendo la escucha de su disco porque es placentero, vamos, de agustito total. Además, tenemos a Richard, su padre, ese señor que es leyenda viva de la música tocando sus acordes y sus cositas por el disco. Ya digo, todo estupendo. Todo en su sitio. Todo más o menos esperado y sin sorpresas.
La maravillosa «Why Wait» abre de manera souleada el disco. Lo hace además con una tripleta ganadora porque ese triplete de entrada es soberbio. Volviendo a «Why Wait» es fácil acordarnos del León de Belfast. Clase por doquier y lección bien aprendida. Maravillosa.
Esa tripleta ganadora la completan «At a light» y «Heartbreaker please». La primera es una pieza elegante, bella, con una melodía cincuentera maravillosa que otra vez remite a Van Morrison y a su soul celta, en cambio, la pieza que da nombre al disco empieza con una base algo distinta, rozando la modernez electrónica que acojona pero sale victoriosa, porque el tema es sencillamente estupendo y una vez superado ese inicio nos encontramos con un medio tiempo delicioso por el que, por ejemplo, Ryan Adams mataría.
El disco es bellísimo, prueba de ello son todas las canciones pero el ejemplo claro es «Brand New» donde el piano coge protagonismo y la sombra de Buckley (Jeff) se asoma poderosamente. El inicio de «Heartbreaker Please» es estupendo, y en mi opinión ahí pone toda la carne en el asador, porque después de este póker no hay tema mejor, y entonces o iguala (esto lo digo con boca pequeña) o no supera o se limita a la repetición.
Son buenas canciones las restantes? pues sí, imposible decir lo contrario pero no consiguen llegarnos, no consiguen que el disco sea sobresaliente. Ejemplos? «What now» que podría ser cualquier tema de relleno de Adams, Isbell, Leblanc, Ellis, Rouse, Ritter…. bueno, me entendéis? «No idea» es vocalmente preciosa pero no estremece, y «Record Player» es muy cuqui y simpática pero ahí se queda.
No todo es negativo pues Teddy retoma un poco la inspiración inicial con la tripleta final. Primero con el pseudo-vals «Take me away», seguido de la estupenda «It’s not easy» que es muy «everly» y, finalmente, el cierre con «Move at speed» que es preciosa. Así pues Teddy Thompson firma un trabajo delicioso y azucarado, bonito y delicado, para corazones rotos y necesitados de amor, pero no excelente como se presumía al escuchar la primera mitad del disco aunque suficiente para darnos momentos placenteros.
Teddy Thompson – Heartbreaker Please (2020)
01.- Why Wait/ 02.- At A Light/ 03.- Heartbreaker Please/ 04.- Brand New/ 05.- What Now/ 06.- No Idea/ 07.- Record Player/ 08.- Take Me Away/ 09.- It’s Not Easy/ 10.- Move At Speed
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