Caleb Caudle – Better Hurry Up (2020)

Si hay un disco que ha sonado por encima del resto en estas extrañas y confinadas vacaciones de Semana Santa, ese ha sido sin duda el nuevo trabajo del cantautor de Carolina del Norte Caleb Caudle. Escuchando «Better Hurry Up», escuchando ese derroche de calidad, ese buen hacer, ese mejunje de americana, country e incluso indie-rock, y mirando que es, creo ya, su sexto disco (algunos me dicen que es el octavo..), uno piensa como puede ser que este tipo que maneja tan bien esa mezcla de Ryan Adams, Jason Isbell y Gary Louris no esté más en boca de todos. Si alguno de vosotros ya le conocía sabrá de su bondades, sabrá que tiene algún que otro disco a reivindicar y todos a disfrutar pero parece que los astros se han alineado y este nuevo trabajo parece que sí tendrá su peso, que si será recordado, al menos por un servidor pues es mi favorito de su recetario. Creo sinceramente, aunque igual me estoy viniendo arriba, que este disco es un clásico de esos a fuego lento. Un pelotazo de americana que puede que este año se lleve medalla. Vamos a ver…. Ya sé que en este género todo está inventando, ya sé que hay millones de discos de este tipo .. pues por eso digo que cuando uno escucha estas canciones y se le eriza el bello… pues será por algo, porque ya os digo que escucho muchos discos al año de esta guisa y la mayoría acaban en el olvido.

Grabado en los viejos estudios de Johnny Cash y producido por John Jackson (habitual de Jayhawks y creo del último de Ray Davies), el señor Caudle se ha hecho acompañar de buenos elementos para acabar de vestir las canciones y porqué no decirlo también, se ha doctorado en JJ Cale y en esos sonidos de gran figura en la sombra, de secundarios imprescindibles en la historia del rock. Esos sonidos sureños que van de Leon Russell a Dr John, mirando por el retrovisor a Little Feat y animales de similar pelaje. Especial relevancia toma en el disco la figura del compositor y cantante John Paul White quién aparece en cuatro de los temas, cuatro de los mejores temas. En la inicial aparece también Elisabeth Cook (que repite luego en dos canciones más), y es ya con esa canción que da nombre al disco que nos tiene ganados no por su temática, pues es la vieja historia de siempre, pero hipnotiza y enamora a partes iguales. Y ese sonido es el que predomina en casi todo el disco, refrendado en «Call it a day» con una guitarra empapada en whisky y aromas a JJ Cale,  mientras que «Regular Riot» no desentonaría en un disco de los Jayhawks, aparece en ella Mr. Louris, y porqué no decirlo podría ser firmada por nuestro queridos Bantastic Fan. Preciosa tonada. Country reposado en «Dirty courtain», y belleza infinita con guiños a The Band en la favoritísima «Let’s Get» que nos conduce a la también estupenda «Monte Carlo», que es de lo mejorcito del lote, perfecta para conducir a todo volumen y velocidad. Pura América. Del disco no sobra nada ni se le puede poner un pero. Es todo sobresaliente, escuchen sino me creen esa joya que es «Feeling Free». El resto del disco está al nivel, al mismo o más, no hace falta decir nada más. El señor Caudle ha firmado un disco sobresaliente. Puede que su obra magna. Sureña y cien por cien Americana. Un clásico moderno.