Discos Críticas

«Ritter es el mejor cantautor de su generación. Junto a Isbell y sus 400 Unit entrega una nueva colección de canciones sobresalientes. Estamos ante un disco magistral, un disco necesario como el agua. Sin duda será uno de los discos del año»

Estamos de enhorabuena. El cantautor oriundo de Idaho, Josh Ritter, ha entregado esta primavera su nueva colección de canciones y como siempre, roza la excelencia. Poco a poco, sin levantar la voz, sin excentricidades, con clase y calidad a  borbotones ha construido una carrera sólida sin fisuras. Creciendo a cada nueva entrega, enriqueciendo su propuesta y dejando con el culo al aire a cualquier otro cantautor coetáneo que intente hacerle sombra. No hay color. No hay comparación posible. Josh Ritter es el mejor en su estilo, el mejor de una generación, el mejor en mucho tiempo y este «Fever Breaks» solo hace que reafirmarme en estas impresiones, en estas certezas, en esta creencia. Ritter es de esos artistas que conocí de jovenzuelo una vez entrados en el nuevo milenio. Su «Golden Age of Radio» (01) se encuentra por méritos propios en la banda sonora de mi vida. Descubrimiento que le debo sin duda a mi hermano mayor, y por eso le estoy completamente agradecido. En 2003 «Hello Starling» confirmaba lo escuchado, y continuaba llamando mi atención pero sin duda fue con su siguiente álbum, su «The Animal Years» (06) cuando me hizo absolutamente suyo por los siglos de los siglos. A cada disco, a cada nuevo trabajo exceptuando su «Sermon on the rocks» (2015) con el que no llegué a conectar pero que rescataré sin duda por si no entendí la propuesta, me he reafirmado en su superioridad creativa y musical con respecto a otros artistas. Ejemplos miles: el favoritísimo «The Historical Conquest» (2007), la magia paulsimoniana de «So runs the world away» (2010), la belleza de «The beast in tracks» (2013) y por supuesto su penúltimo trabajo, su «Gathering» (2017), que me voló literalmente el cerebelo y le dio la vuelta cual calcetín a mi atomatado corazón. Ritter es, perdónenme ustedes, el puto amo.

«Fever Breaks» es su nueva colección de canciones. Un disco que ya desde su excelente y bella portada se encarama en mi lista de favoritos del año, y será muy difícil que alguien lo mueva del podium. Si Ritter ya nos parecía soberbio, en este nuevo trabajo se alía con nada más y nada menos que Jason Isbell y sus 400 Unit, así pues todo fluye a un nivel que deja prácticamente sin respiración. Isbell y Ritter estrecharon lazos durante sus giras del 2016 y 2017, y quedaron en trabajar juntos, en poner en común ideas, melodías y pasión. Ritter mira por el retrovisor a Dylan, mientras que Isbell y su unidad musical le prestan servicios cual The Band…  Un lujo inesperado que dota al disco de una fuerza musical sin precedentes en los discos de Ritter. Siguen estando allí las referencias de siempre, además de la del gran y omnipresente BOB, encontramos las del gigantesco pequeñín Paul Simon, obviamente, pero esa fuerza que le da Isbell al guiso sirve para recordar al mejor Springsteen, a Petty, a los Truckers y a bestias de similar pelaje. Y a todo eso, sigue sonando a Ritter!!! sigue fiel a lo que nos gusta, a lo que queremos, necesitamos y amamos. Disco magistral. Disco esencial del año. Disco tremebundo y necesario como el agua.
«Ground don’t want me» es la encargada de abrir el disco y lo hace, como no, de manera magistral. Americanada de ritmo acelerado y pegadizo, de esas tonadas que te hacen suyas al instante. Folk-rock de libro, y estribillo de lujo. «Old black Magic» es más rockera, más oscura, más «Truckers», pero sigue siendo magnífica. Esta dupla inicial resulta ser atronadora, demoledora, increíble. Capas de guitarras por doquier gracias a la «400 Unit» que, porqué no decirlo, suenan de lujo y le sienta sensacionalmente a la música de Ritter, dotándola de otra dimensión, como también lo hace en «Losing Battles» ya por el final del disco, en la que también encontramos mucho de los «Trucker», mucha distorsión, mucho rock. Puede que estas tres canciones sean lo más destacable de un disco que nunca baja la guardia, que nunca tiene un despiste, un bajón, un momento de debilidad a pesar de indagar en los medios tiempos y en la siempre efectiva acústica. Ejemplos miles. «On the water» es una dulce maravilla. Puro Paul Simon, puro Ritter. Pure and easy. Luego llega la bella y delicada melancolía de «I still love you» y nos deja extasiados para toda la vida. Qué tema más bonito! qué pedazo de canción! qué estribillo para cantarle al cielo! . Ritter se pone el folk por montera con «The torch committee» donde sale a relucir su pasión dylanita y en «Silverblade» hace lo propio con el grandísimo Boss, ojalá el bueno de Bruce se remangase y decidiese hacer canciones así!. Con la simpática y alegre «All some kind of dream» me hace feliz. Yo no necesito nada más. De verdad, esto me parece sublime. Antes del final nos ofrece la ya comentada «Losing Battles» donde se nota mucho la presencia de Isbell y de paso recuerdan un algo a los Crazy horse», porqué no? para dar paso a «A new man», una canción sencilla, de cantautor puro y duro. Cierra el disco Ritter con la maravillosa y demoledora balada «Blazing highway home» en la que las guitarras acústicas se hacen protagonistas absolutas. Ritter firma un disco sensacional, otro más. Un disco que podríamos decir que es su mejor disco o no. Disco a no pasar por alto. Maravilla absoluta.

Josh Ritter – Fever Breaks (2019)

01.- Ground Don’t Want Me/ 02.- Old Black Magic/ 03.- On the Water/ 04.- I Still Love You (Now and Then)/ 05.- The Torch Committee/ 06.- Silverblade/ 07.- All Some Kind of Dream/ 08.- Losing Battles/ 09.- A New Man/ 10.- Blazing Highway Home.


Un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos que te pueden interesar