Discos Críticas

…dentro de un set de 10 preciosidades destacamos Eddie & Polly como una de las canciones de 2019 aunque sea tan tempranera. Pero es que este disco-motel es de estancias completas de minutaje dando oportunidad a echar los 10 polvos que te plantea y , además, de seguido…

Cierto es que The Delines, el proyecto con chica del inmenso Willy Vlautin (Richmond Fontaine) donde da rienda suelta a su fantasía americana virada al country-soul de los discos de apaleadas del género mediante una mujer tan soulful como la cantante Amy Boone, no han inventado la pólvora pero eso no quiere decir nada si no sabemos leer y amar las letras de las canciones para entender mejor sus méritos y requiebros.
Vienen a mi cabeza no ya los obvios Cowboy Junkies que aparecerán en todas las reseñas sino maravillas minoritarias como los británicos A Girl Called Eddy o los también los americanos Jesse Sykes & the Sweet Hereafter que ya pasearon esas tierras del Dusty In Memphis, la niebla oscura de Bettye Lavette o cualquier Betty o Barbara que se precie de los callejones traseros souleros y , por supuesto, las composiciones de corte del dios del género Mr. Dan Penn.
Sin embargo, Willy aparte de novelista de nivel, escribe canciones de corte nebraskero como su maestro Bruce: de esas sobre carreteras secundarias y abandonados moteles donde se viven pasiones de madrugada como el polvo que he escuchado en directo a las cinco de la mañana desde el tabique de la  habitación de unos vecinos de portal de los que me imaginado- vaya usted a saber- una historia de lo más romántica. Es lo que tienen las cosas entre las 4 y las 6 de la madrugada, no hay como la noche para hacer trucos cuando tratas de estar tranquilo que dice el maestro Zimmerman.
Si ya nos tuvo locos Colfax (2014), el debut de la banda, y su presentación en directo, a la que por supuesto acudimos, este segundo titulado The Imperial- que ve la luz de chiripa porque Amy casi muere en un accidente de tráfico del que le ha costado años recuperarse- es igual de impresionante, sin suponer demasiadas alteraciones pero conteniendo canciones de muchos quilates. Además de interpretaciones sentidas de una cantante con más soul que el soul.

Sin hacer mucho ruido The Imperial, esa anodina fonda de la portada que bien podría estar en La Mancha y en la que mis fogosos vecinos podrían haber mejorado la épica cinematográfica del encuentro, se transforma en un cálido hogar donde cribar errores, frustraciones y así forjar enmiendas, cambiar comportamientos. Te paseas por sus surcos como sólo vistes en la intimidad y donde no te importan como te vean. Como los vecinos. Escuchar no es ver pero si imaginar.

Y los corazones rotos, siempre protagonistas de las canciones de Vlautin, viven sus vidas dentro de estos mini-cuentos donde todo cambia de estrofa a estrofa sea por la culpa de las putas drogas o porque te abandonaron tus padres de bien chaval/a o porque vienes a peor fortuna porque los tiempos no son en absoluto halagüeños en la era Trump. Los poetas románticos es lo que tienen consigo, independientemente de su época, la oscuridad que dice el príncipe Elliott Murphy.
El estilo es canónico country soul, pianos Spooner, medios tiempos abrasadores, vientos de vez en cuando, una banda en estado de gracia para acompañar a una voz de beso en la boca,  Amy tenías que llamarte… Y todo eso que nos encandilaba que echamos de menos en Lambchop desde que Kurt descubrió el peligroso auto-tune y desde esos primeros números que compramos del Uncut cuando la americana reinaba y Heartbreaker de Ryan Adams estaba aún caliente de fábrica, vuelve con The Imperial a volver a enamorarnos.Y os doy un consejo, a más escuchas el confort del motel es mayor, convirtiéndose en un hotel de cinco estrellas.
Y dentro de un set de 10 preciosidades destacamos Eddie & Polly como una de las canciones de 2019 aunque sea tan tempranera. Pero es que este disco-motel es de estancias completas de minutaje dando oportunidad a echar los 10 polvos que te plantea y , además, de seguido. Si que se puede. Que se lo digan a mis vecinos del portal 26.

*Quiero contar la anécdota: cuando estuve con ellos tras el bolo en el Antzoki presentando Colfax fueron encantadores, especialmente amables, les brillaban los ojos hablando de música. Y Willy antes de que le saludara me dijo: «Hey yo a ti te conozco! Tu eres el fan de Dan Penn. Hablamos de soul y discos buenos cuando vine aquí con Richmond Fontaine» 


Santo y seña.

Por Joserra Rodrigo


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