Críticas Discos

A razón de disco cada tres o cuatro años ya supera la cifra de largos editados por los míticos Pavement, cálculos numéricos a parte, su trayectoria ya es de fondo así que nunca es tarde para afirmar sin miedo que el sr. Stephen Malkmus es uno de los artistas de su generación que mejor han sabido mantener el nivel sin que se le haya ido la mano, respetando su legado de los noventa y honrándolo sin mácula en su recorrido en solitario.

Pero para defender Sparkle Hard sería un error por mi parte argumentar que nos trae al mejor Stephen Malkmus, más que nada porque el artista californiano lleva ya mucho tiempo sacando discos sobresalientes con un margen de error realmente muy bajo. Que nadie dude que su anterior disco Wig Out at Jagbags, por poner un ejemplo, es tan bueno como éste, sin embargo ya puestos a escribir esta reseña no me quedaré sin decir a voz en grito que: Vaya pelotazo se ha sacado de la manga!!!!.

Este Sparkle Hard me resulta un perfecto catálogo de todo aquello que Malkmus hace muy bien, sin perder su marca de agua (por supuesto, Pavement incluido) aún es capaz de descolocarme y no es que haga nada que no esté inventado ya, pero esos primeros compases de Cast Off, esa tranquilidad y ese piano me llevan de cabeza hacia las Catskills para a continuación sacarme de tal zozobra a medida que avanzan sus guitarras, temazo. Sin despeinarse, con Solid Silk se podría equipar a los mejores Wilco, ese sonar ‘de ahora’ y al mismo tiempo atemporal.

Como no podía ser de otra manera nos teletransporta a los 90 con, entre otras perlas, la rítmica Future Suite o con la melodía perfecta y familiar de Middle America. Bike Lane se desarrolla en términos de pop psicodélico setentero, como Rattler, capaz de mantener el pulso a épocas pretéritas en apenas tres minutos. Guiada por un bajo en primer plano, la fabulosa Shiggy tensa las guitarras en otro de los momentos más particulares del disco. Para nada desentonan los arreglos de cuerda de Brethren, ni cuando se acerca al country de la mano de Kim Gordon en Refute, para rematar la jugada con los siete minutos de enjundia alternativa de Difficulties/Let Them Eat Vowels. Y es que lleva consigo un grado de sabiduría musical que se denota muy sutílmente tocando diferentes palos, donde las cadencias más alt.guitarreras y las propiamente lo-fi confluyen con otras de pop/rock más ortodoxo. Quizás haya que estar un poco loco para editar un disco tan irregular y/ó desequilibrado (por sus subidas y bajadas de ritmo, no por su calidad), y si así fuera, que suerte que tengamos a tipos como Stephen Malkmus a quien le importa más bien poco el que pensarán o «hacia donde va mi música».

En definitiva, el presente disco tiene la dosis precisa de caos controlado para que me entusiasme hasta el punto de tenerlo a falta de unos meses de finalizar la presente temporada entre los cinco mejores discos del año. Completando lo dicho, si algo ha conseguido el sr.Malkmus con este disco es hacerme ver que no le ha hecho falta desprenderse de su particular personalidad artística para sacarse un disco que además recoge la mejor tradición pop y rock de las últimas cinco décadas sin recurrir al revival de tal o cuál estilo. Ni tampoco se le denota agotamiento ni falta de ideas pués fácilmente barre a cualquier joven geniecillo que ahora esté en auge. Un portento, disco muy recomendable.

Stephen Malkmus & The Jicks – Sparkle Hard (2018)

1. Cast off / 2. Future suite / 3. Solid silk / 4. Bike lane / 5. Middle America / 6. Rattler / 7. Shiggy / 8. Kite / 9. Brethren / 10. Refute / 11. Difficulties / Let them eat vowels


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