Críticas Discos

¿Quién lo iba a decir? Un disco a traición, anunciado con premeditación y alevosía, con el aviso de la siempre sospechosa técnica de utilizar el patchwork para unir viejos retales- pertenecientes al copyright de uno de los grandes compositores de canciones de nuestro tiempo, el Señor Gary Louris, compartido con otros artistas de eso que llaman americana pero que es folk-rock de toda la vida, con una sugerente portada de un fotograma de Wim Wenders y un disco previo de recuperación, el Paging Mr Proust, (pincha y leerás nuestra reseña) que contenía canciones notables pero algún que otro experimento moderno de esos de desmarque que sinceramente no les pegan nada y que para su odiado ex-compañero Olson representaban los sonidos del Averno (Mark es muy intenso y muy Harry Smith Anthology, Gary es más british que los Zombies).
Los salvajes picotazos que se dieron los dos gallos- sus relaciones personales eran inversamente proporcionales a su hechizo armónico vocal donde parecían el matrimonio mejor avenido- fueron indirectamente presenciados por este escribiente cuando en su pase de Bilbao, en el Wop Festival para ser exactos (gira de reunión) y ante mi ilusión infantil de que me firmaran su vilipendiado pero para mi especial Mockingbird Time, Karen que era la única que se encontraba en el camerino, me dijo, tras comentarme que no estaban allí ninguno para firmarlo más que ella: «You know…the boys» con cara cariacontecida  por *el ruido de portazos previos que allí se habían dado.
*La anécdota completa os la cuento en persona. Pero el disco lo tengo firmado solo por ella, lo miro y me da mucha pena.
Todo estas circunstancias nos hacían presagiar un trabajo de trámite o para girar, que no tuviera la categoría que si que tiene y mucha este Back Roads and Abandoned Motels (Legacy Recordings), del que antes de nada destacaría su magnífico sonido (a todos los niveles: producción, arreglos y matices, el vinilo suena estratosférico)
Tras muchas escuchas, ojo it´s a grower, podemos calificarlo como un disco especial. Mi apreciación personal- tengo el vinilo y hablo por caras- es que la cara A es la mejor cara desde sus tres obras maestras del periodo clásico HTH, TTGG, SOL ya que Rainy Day Music, siendo un disco sobresaliente y del que este nuevo tiene mucho, no contiene una cara tan bella y pasional como la sublime Cara A de este BRAAM. En el disco blanco del «abuelito soplado » Old Man´s Problem tiene la culpa de no rematar la cara A en el 10 de las cinco que le preceden.
La cara B de este nuevo es la intimista, en modo disco en solateras de Gary, más Vagabonds part II y es la que desprende todo su alma si la ponemos en situación personal y en contraste con el paisaje de un atardecer de verano o una tarde de tu vida si a ese tiempo equivalen los años que uno lleva gastando suelas. Porque la voz del señor Louris en este disco es lo más digno de destacar. Produce escalofríos, como cuando aquella vez pude escucharla en Castro Urdiales a menos de dos metros de distancia, casi sin micros y al natural. Está en todas las canciones INMENSO. En la utilización de los falsetes y esos tonos tan altos que parece que van a reventar sus cuerdas vocales y que emiten ese calor humano de la escuela de tío Neil. Si,de verdad, como vocalista quizás sea su mejor intervención junto a la del Sound Of Lies o al injustamente infravalorado pero sublime Vagabonds.
La cara A es la putoama del todo, la que rueda, a pesar de que tiene también sus etapas de embriagadora contemplación (Gonna Be A  Darkness, ay) aparte de ese gesto generoso del todo de Su Capitán de poner a Karen y a Tim de vocalistas solistas en varios de los cortes. La cara A tiene las melodías y ganchos que se te pegan pero que no cansan, de momento, es la que pones a los amig@s para decirle eso de mira «ESCUCHA la perfección hecha armonía vocal» «La melodía irresistible como el helado de bollo de mantequilla que me tomé ayer en Gelatti Gelatti», los instrumentos orgánicos de rock americano jodidamente bien mezclados, los ganchos montaña rusa-siempre admiraré la capacidad de sorprenderme en los estribillos y middle-eights de este hombre-, ese perfecto soft-rock a la America o Bread  o esa influencia perenne y más en este Motels de los dioses CSN&Y -el brío de Stephen está en Backwards Women por los clavos del Cristo de Laurel Canyon-.
En fin… que la secuencia es tan hermosa: Karen pillando el punto country-soul a Come Cryng To Me como si hubiera estado colgada de Bettye Lavette y las cornudas del soul durante meses; luego la primera bomba de relojería Jayhawk con el Everybody Knows, pura música de día lluvioso pero todavía mejor grabada que las que con ese nombre se editaron. Mira, si en vez de dársela a las Dixie Chicks, hubiera cerrado la cara A del Rainy Day ya teníamos la Cara A de la vida. Sin embargo, Gary no hubiera tenido pasta para comprarse la casa del Puerto en Cádiz porque el trío de country le llevó la canción a lo más alto de las  listas lo que le supuso un buen cheque regalo.
Poner de tercera la que compuso con Jakob Dylan pero cantada por Tim es un total acierto. Es una canción tan hermosa Gonna Be A Darkness y la voz del batería tan sugerente…muy fan de los drummers cantores. Esta canción es muy emocionante y la recordaba perfectamente por el vástago del Nobel.Y si ya estás con el moco colgando por todo el liquido que segregan las notas y voces agridulces, los sueños rotos y los moteles abandonados y las vistas desde las carreteras secundarias (no olvidemos, siempre las mejores y con la mejor perspectiva) llega la canción quizás más obra maestra desde el Blue o el Man Who Loves Live o el Trouble, es decir Bitter End. Contaros que las primeras veces que la escuché estaba en La Rioja de fin de semana. Allí solemos ir a tomar la fresca a un pueblo que se llama Grañón, carretera Burgos desde Santo Domingo y que tiene una panadería que hacen unas pastas caseras artesanas que te mueres de placer. Pues vale, allí que nos fuimos a comprarlas y esta vez había de sésamo, nuestras favoritas-siempre se acaban. Después fuimos a la ermita de Carrasquedo a comérnoslas con los pies descalzos en la hierba y viendo un atardecer rojo Cañón del Colorado. Antes, pusimos la canción…y se nos pusieron los pelos de punta todo lo que dura y recordamos esas canciones sobre los amigos de verdad, los viejos amigos y nos comimos las pastas de sésamo, eso si acompañadas de un cerveza bien fría y brindamos por ellos como los Jayhawks brindan por los suyos en la canción, eso si con vino. Y pensamos en One of these Days de tito Neil o en el Old Friends de Chuck Prophet, ese tipo de canción que nos encanta y volvimos a creer en el poder inmenso de las canciones inmensas como Bitter End. Sobran más comentarios, no se me ocurre otra forma de explicarla. Y si , para mi es mucho más emocionante que la de las Dixie Chicks cuando aquella parecía insuperable. En los talleres de composición tendría que explicarse: tanto sus falsetes, su paradiña en tercera estrofa, su majestuosidad sencilla con ese violín de Kraig que te lleva a las texturas del Comes a Time (siempre tito Neil), su corte en el medio tipo vals a contra-pie con la batería. En todos esos detalles y salvando las distancias,  me recuerda a su hermana mayor Blue, tiene exactamente ese azul eléctrica emoción que, sobre todo, desprende la voz del Paul Simon de nuestra generación. Si a ello le añades las voces de todos los lobos enamorados, pues todos estamos más que contentos.Ay qué tonto de mi, pensé en lo bien que le hubiera quedado la voz de Mark, me callo y así no la lío.

Backwards Women es posiblemente todavía mejor que Bitter End y mira que eso es difícil pero no vamos a hacer comparaciones odiosas porque ambas están para distintos menesteres. Stills estaría orgulloso de haberla compuesto, creo que con eso está todo más que dicho. Solo añadir: que gritar su estribillo a grito pelao y no quedarse ronco es todo un reto pero a pesar de la molestia y la tos que acarrea, no puedo evitar intentarlo cada vez que la escucho. Podría estar en Tomorrow the Green Grass  por derecho propio, esa categoría, ese sentimiento country-roquero de ventanillas bajadas y recréate en las curvas. Se deja para la frontera con la galleta side one del vinilo Long Time Ago para que Tim repita como voz solista en una canción que Gary compuso con el líder de Tonic y que te parece por el tono que duplica la anterior aparición de Tim; no te lo creas  ya que es un pedazo de canción, muy sutil y sugerente que gana con las escuchas y que remata seis temas escandalosamente adictivos.
La cara B o C del Vagabonds no es menos valiosa. Si, es cierto, aquí no hay hits, de los nuestros se entiende.  Aquí ya no es tan fácil cantar encima, aquí es cuestión de sentir las baladas y el sonido del piano, siempre predominante. Por cierto, la experiencia con Ray Davies se nota tanto aquí! Karen ya es prima dona.( y aquí repite con El Dorado, quizás como canción la que menos me convencía al principio pero que ahora la veo muy adaptada) Aquí tenemos al Gary sensible en Need You Tonight, pedazo de balada, de esas majestuosas que hacía Elton John o hace ahora Daniel McGeever pero que es incapaz de componer, por mucho que insistáis,  el plasta de Father John Misty.
Más acústica otra balada, Bird Never Flies prima hermana de D.C. Blues del Vagabonds y también de esas delicias a la que de vez en cuando con otro sonido nos acostumbra lo Yo La Tengo cuando se ponen acústicos. Escucharles cantar en armonía el estribillo es quizás uno de los placeres más hermosos de esta vida donde necesitamos de ese tipo de belleza para escapar de tanta mierda circundante.

Y las dos últimas son las compuestas para la ocasión por Gary para completar. Y la verdad,  es que no desentonan con la cara, si bien  Carry You To Safety es más obvia, no tiene tanta categoría o digamos, está más visto su traje periodo Smile. La del cierre Leaving Detroit contiene una melancolía tan pulida y brillante, tan suya que la convierte, al tiempo, en su Puente Sobre Aguas Turbulentas. Canta la frase «outskirts of town» con esa belleza que solo tiene en sus cuerdas Paul Buchanan de Blue Nile, vamos que te sitúa en los mismísimos outskirts of town de la decadente ciudad americana donde el paro ha causado daños irreparables a la que un día bailaba al ritmo de singles de la Motown y la prosperidad de la joven América.

Pues si, este disco es soma para el alma, gasolina para aguantar cierto vacío en la escena de la canción de patrones setenteros sin copycateo, placer para los que nos gustan los grupos que cantan a voces, para los que soñamos con moteles abandonados en carreteras secundarias en ese viaje hecho tantas veces gracias a nuestra pasión por la música americana aunque jamás hayamos estado allí porque no tenemos la pasta para ir y a pesar de ello, nos lo conocemos de memoria.

Los Lobos Enamorados, como me gusta llamar a mi a los Jayhawks, son como las pastas de sésamo de Grañón, cuando las hay que no es frecuente porque vuelan, las  vuelves a comer y reconoces un sabor casero y en extinción que las hace diferentes del resto y que te arranca la sonrisa del corazón.


6 comentarios

  1. Genial critica Joserra… Es curuoso, con bitter end también pense en Olson cantandola a duo con Gary. Dios, hubiera sido la puta cancion de la vida.. Saludos.

  2. Estoy terminando de escuchar el "The Byrds Play Dylan" mientras leo tu entrada. La cara B con las grabaciones de los Byrds de Gram Parsons, Clarence White o Skip Battin. Antes, la cara A con la formación clásica, me ha puesto en plan cojín, el pacharán también ha tenido algo que ver en el proceso. Creo que voy a cerrar los ojos y dejarme llevar por esas carreteras de Burgos, de horizontes cortados por señales que llevan hacia acantilados de prados y mieses, no parar hasta encontrar ese motel abandonado del que hablas. Respirar la fuerza aérea del verano, la de la última hora de tarde, la que sabe a galletas, como las que te comes con la peña.
    Bienvenido Joserra.
    Fuerte abrazo,
    JdG

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