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Reseña del doceavo disco de Lucinda Williams

Lucinda Williams llega por esta carretera repleta de fantasmas que miran desde el arcén, una carretera por la que prima la apertura interior y la confesión sin cortapisas, el difícil arte de la canción cruda a la par que profunda y sin adulterar como la vida misma.

El nuevo disco de Lucinda Williams me tiene atrapado. Uno de los pocos elegidos que no ha parado de sonar desde que saliera hace casi medio año, cosa que se dice pronto, pero que rápido pasan las novedades!. Creo que no hará falta explicar que Lucinda Williams más allá de americanas y alt-country es una de las grandes damas de la música de la actualidad por trayectoria y por el excelente estado de forma que está demostrando a lo largo de los años, y quito ese habitual «dama» de por medias que ya hasta me resulta sexista.

Lucinda Williams es una de las mejores singer-songwritters que existen ahora en activo, que oigan, haberlos haylos muy buenos pero que tengan una voz propia y una escritura refinada a contar con una mano, añadamos que su interpretación puede y debe considerarse maestra por la sinceridad desbocada que transmite, regla de oro para contraponerla a cualquiera que confunda el oficio con el estilo de diseño cartón-piedra.

¿Quien dice que ya no nos quedan heroes? es mentira, ella es uno de los grandes, pero sin nada de divismos, incluso aquellas ruedas marcadas en el camino se me antojan ahora parte del aprendizaje que la ha llevado hasta aquí, no quiero quitarle valor a aquel disco pom que por cierto es de mis grandes favoritos, ni a ningún otro tampoco, pero si que es verdad que desde hace unos años su nivel es el de los grandes compositores de la canción de autor a la altura de sus drunken angels.

Lucinda Williams llega por esta carretera repleta de fantasmas que miran desde el arcén, una carretera por la que prima la apertura interior y la confesión sin cortapisas, el difícil arte de la canción cruda a la par que profunda y sin adulterar como la vida misma.

Canciones de estructuras que no se pierden en la complejidad y permiten el esparcimiento de los dos grandes guitarristas Bill Frisell y Greg Leisz, grandes protagonistas por la parte que les toca que a través de los compases hacen que este camino lleno de baches lleve además uno de los mejores trabajos de guitarra de los últimos tiempos, fraseos entrelazados pantanosos y con mucho blues, técnica refinada jazzística, pinceladas de excelencia sonora que apuntalan el sentimiento y emoción que contienen estas canciones.

The Ghosts of Highway 20 para mi no es comparable a ningún otro disco de Lucinda, podrá tener nexos de unión con su anterior y más fluido disco, no lo niego, el caso es que no veo mejores ni peores discos en su discografía, no entiendo sus discos de esa manera, para mi cada disco tiene su carácter y la Lucinda que manda siempre es la de ahora.

Si Lucinda Williams habla yo escucho, y de ahí a Dust queraspa como la piel contra la grava de la carretera 20, ya de primeras ambas guitarras se esmeran en segundo plano cuando canta la jefa y se recrean en los espacios entre estrofas, confieren y dan grandiosidad a una composición de base arenosa que abre la puerta a este cancionero por todo lo alto.

La conjunción es maestra y la magia espectral es la del Nebraska oculto y familiar que se impregna de la esencia de clase obrera heredada en este caso de la amargura del sur profundo, por tanto, aunque trata de sus experiencias personales ese Factory en mitad del camino puede que no fuera necesario, pero es un gran guiño y entiendo que Lucinda Williams ha visto a su protragonista como uno de tantos fantasmas que podrían recorrer esta autopista 20.

Al igual que el House Of Earth que consta coescrita con Guthrie, por ser el título del último libro que escribió nuestro hobo universal y porque al tratarse de un disco road-movie de carreteras debía estar presente.

La Lucinda Williams crooner de I Know About It me resulta magistral, ese «I know all about the pain» se clava tanto como el lamento emotivo y cortante de la guitarra, en las mismas coordenadas de country noir se desenvuelve la excelente If My Love Could Kill.

Place In My Heart es un remanso de paz, como una pequeña nana que da oxígeno en mitad de tanta densidad de canciones como la plegaria tormentosa y lánguida de Death Came. Doors Of Heaven que suena a campos de algodón y al sur profundo, a espiritual que clama al cielo y a country-blues inmenso.

Ni más ni menos que siete minutos dura The Ghosts of Highway 20 el tema central tiene el fraseo vocal que la emparentan directamente con el folk primigenio pre-village pero la música la eleva más allá de sus orígenes, Bitter Memories es otro blues como la copa de un pino, esta vez de cantina y alcohol, de llorar las penas para continuar por esta autopista, que grandes Frisell y Leisz.

Can’t Close The Door On Love es favorita, se abre paso grácil con Lucinda entonando este ni contigo ni sin ti, un Trust me como una declaración de amor dolorosa, «I know we fight and we can raise some hell but I’m gonna be with you for the rest of my life», y es redundar, pero aquí la guitarra se sale.  A remarcar también la tormenta final que reinventa el gospel Faith and Grace de los Staples Singers, catártica y visceral como pocas, una de las versiones que sirven para completar un cuadro amplio con un mensaje claro de supervivencia y superación, una purga de dolores profundos del alma.

Por supuesto este disco demanda inmersión y abandono a sus canciones, no puede someterse al juicio rápido y superficial. Un disco que está hecho para las horas de esparcimiento nocturno y no apto para todos los paladares, de hondo calado y de los que acompañan a largo plazo, además contiene las mejores partes de guitarra de lo que llevamos de año.

Un equilibrio muy fino entre la lírica extremadamente profunda  de Lucinda Williams y la música de excelencia superior protagonizada por esas dos guitarras que se saben todos los palos de la América profunda sureña. Un disco que me tiene cautivo. Uno de mis favoritos de este año. Muy grande Lucinda.

Lucinda Williams – The Ghosts of Highway 20 (2016) 8,5/10

1. «Dust» / 2. «House of Earth» / 3. «I Know All About It» / 4. «Place in My Heart» / 5. «Death Came» / 6. «Doors of Heaven» / 7. «Louisiana Story» / 8. «Ghosts of Highway 20» / 9. «Bitter Memory» / 10.»Factory» / 11.»Can’t Close the Door on Love» / 12.»If My Love Could Kill» / 13.»If There’s a Heaven» / 14.»Faith & Grace»

Bandcamp de Lucinda Williams <LINK>

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3 comentarios

  1. Buffffff …. no way. ¡El peor disco de Lucinda en años!. Aunque con tanto halago me haces dudar. Le daremos otra oportunidad con el entorno adecuado como recomiendas a ver si captamos el hondo calado. Saludos,

    1. Es un disco denso, si, no entra tan bien como algunos de sus conocidos, no obstante te invito a que vuelvas a intentarlo, desde un tono más bien contemplativo, enfocando en los preciosos pasajes de guitarra cuando la aspereza se te haga demasiado farragosa, yo insisto, es un gran disco. Gracias por tu opinión siempre bienvenida. Abrazo

  2. Es un disco de Lucinda para los Lucindomaniacos….un trabajo ENORME y todo un regalo para los que pensamos estar delante una diosa… ademas resulta que ha aprendido a configurar musicos y musicas que cada vez hacen mas compactas sus obras… Creo que este disco es el resultado de alguien que sabe mucho de musica y mucho de raices….

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