Críticas Discos

A veces buscamos incomprensiblemente fuera lo que ya tenemos dentro. Muchos de nosotros buscamos ese sonido rock embadurnado de soul casi como una necesidad vital y normalmente lo hacemos al otro lado del charco. Desde un tiempo a esta parte podemos encontrar maravillosos discos cercanos a esos fantásticos sonidos, pero realizados en nuestra tierra, concretamente en el norte peninsular donde el rock añejo con sabor clásico parece haberse instalado. De allí, del Norte, nos han llegado los últimos años innumerables grupos que suenan igual o mejor que los yanquis, y claro, dentro de esas magníficas bandas tengo que destacar uno de mis últimos descubrimientos, uno que llegó a mis manos y oídos gracias al maestro Joserra Rodrigo y como no, a que formarán parte de ese sueño que tendrá lugar en Frías (Burgos) con un increíble y mágico festival en el interior de su castillo medieval, ese Último Vals que sólo de nombrarlo ya pone los pelos de punta. Still River es esa banda, y serán los responsables de cerrar el primero de los dos días de pasión musical, y lo harán después de la presencia escénica de Danny and The Champions of The World, desde luego valor no les falta, y tampoco calidad.
El quinteto Bilbaíno comenzó siendo cuarteto capitaneado por el norteamericano pero vasco de adopción al casarse con una norteña, Dan Cabanela (guitarra rítmica, voz), quién es originario de Minnesota como el gran Bob, y que supo arroparse muy bien por Txema Solano (bajo, coros), Isi Redondo (batería – también de Travellin’ Brothers), y Juan Gumuzio (guitarra solista, coros), y durante el año 2013 se unió al grupo Isra Redondo (piano, órgano y coros), dando ya un empaque descomunal. Antes de la llegada de Isra Redondo, Still River firmó su carta de presentación, llamada simplemente «DEMO», el cual no ha parado de sonar en casa estas últimas semanas gracias a su demoledor sonido americano, el de las bandas favoritas de Cabanela,  influenciado siempre por los Dead y The Band, cercano a Little Feat y como bien decía Mr Demo en el Ruta66, con los Allmand Brothers muy pero que muy presentes, con deliciosos vientos en «Please pass me the key» y «Four mile to mobile» que es una de mis favoritas gracias a ese piano trotón; y como no, con unas guitarrazas que son pura dinamita. La calidad no se discute, ni que los seis cortes del EP son un cañonazo pero escuchando su segundo disco, esta vez un LP como mandan los cánones, parece que «Demo» era el calentamiento, y que en su proceso andaban buscando un sonido propio que tal vez han pulido en «Wood & Wire» que ya os digo, para un servidor, es una joya, acercándose más al soul que al rock sureño, y, joder, no veo el día (o la noche) de escuchar sus temas bajo las estrellas de Frías. Mientras tanto, visiten su bandcamp y disfruten.
 
El año pasado sin ir muy lejos hubo un disco que me pilló por sorpresa, un disco cojonudísimo que combina perfectamente el rock tradicional con el soul, lleno de energía, pletórico, verdadero. Aquel disco no fue otro que el de Nathaniel Rateliff & the Night Sweets, y claro, es fácil que te venga a la cabeza aquel maravilloso trabajo al escuchar la espléndida canción que abre este «Wood & Wire» de los Still River, pero ya os digo que el resultado, en mi opinión, es mejor, más placentero. «High Time» tiene ese rollo soulero de fiesta, de diversión, de cantar a pechopalomo como algunas de las canciones del señor Rateliff. Es un pelotazo qué cojones, no se pude empezar mejor un disco. «Sweet Vermilion» es una de mis favoritas de todo el artefacto, pero es que alguien puede resistirse al aroma de New Orleans?, desde luego que no. Hablamos de un tema magnífico que parece haber salido de la banda sonora de «Tremé». «Cold Wind» nos deja tomar aire, nos da algo de vidilla. Es una tranquila canción con toques country-rock, creo con sinceridad que es otro de los grandes temas del disco que hace de enlace al country tabernero de «Jeremiah», que ha entrado como número uno en el ranking para cantar en la ducha, joder, no me la quito de encima, con ese estribillo y ese todo tan «Cridense….revival». A «Broken Whistle» le ven algo de Waits, y no digo que no, aunque para mí en su ADN hay mucho de papá BOB, mucha dylanesque en ella, mucho de aquella POM llamada «Things have changed». Con «Skatecam» volvemos a un sonido rock más actual o no, me suena mucho a «noventa», a ese rock de los Crowes, a ese rock que podían hacer los Pearl Jam cuando no grungeaban del todo, a ese rollito por ejemplo de los primeros Spin Doctors… el tema, pues me encanta. «Three-fingered Jack » sigue por la misma senda, con cierto toque «claptoniano» y «Yours to take» me derrite toa toa volviendo de nuevo al soul. «Wake Up» es mi tercera favorita en discordia, un temón, muy setentero, muy «Free», espléndidamente cantada por el señor Cabanela. Temón y requetetemón!!! Cierran el artefacto con «Pho & the Spotted Cow» que deja un sabor a gloria bendita, un cierre folkoide y otra vez, dylanesco. Sin duda este «Wood & Wire» se ha convertido en uno de mis discos favoritos del año, y no veo llegar el día de conocer a la banda, de escuchar sus canciones en directo y de marcarnos un último vals.

Still River – «Wood & Wire» (2016)
9/10

01.- High Time/ 02.- Sweet Vermilion/ 03.- Cold Wind/ 04.- Jeremiah/ 05.- Broken Whistle/ 06.- Skatecam/ 07.- Three-Fingered Jack/ 08.- Yours to Take/ 09.- Wake Up/ 10.- Pho and The Spotted Cow.


3 comentarios

  1. Aunque no te lo creas aún no los he escuchado, los tengo pendientes y me tengo que poner antes de Frías.
    Explendida reseña.
    Abrazo.

    1. Pues no tardes querido, es uno de los discos más excitantes del año, una joya que seguro a medio planeta se le queda en el tintero. A mi me tiene loco…. Ganas de verlos en Frías, pero más de veros a vosotros. Un abrazo.

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