Conciertos

Llega el final de la gira del 25 aniversario de Doctor Divago con la presentación de su «Especial de la casa». Primera visita de Manolo Bertrán y los suyos a la Sala 16 Toneladas, buena afluencia de amigos, fans y allegados para decir adiós a una campaña completa y llena de buenas sensaciones, aunque tarde, parece que se les va reconociendo como uno de los grupos grandes del rock de este país, esperemos que esta inercia continúe para sus siguientes trabajos y puedan recoger el fruto de todo lo sembrado en estos 25 años de subsistencia contra los elementos.
Abrieron los castellonenses Motel, un grupo con una trayectoria a tener en cuenta, anti-heroes del rock que ya cuentan con más de quince años a sus espaldas con un repertorio que se extiende a través de ocho discos, destilaron auténtico espíritu rock, con unas guitarras potentes pero estilizadas, con el efecto wah-wah como elemento que les da una personalidad propia y donde son evidentes ciertos puntos en común con Doctor Divago, principalmente desde la vieja escuela del rock nacional, y que bien podría tomarse en su caso como una evolución lógica y mejorada del rock urbano de finales de los 70, que sin llegar al hard rock y con toques de garage, canalizan con potencia las sonoridades de todos aquellos que quedaron al impasse del rock de los 80 i los 90. Algunas de sus canciones son realmente muy buenas, auténticos himnos que derrochan actitud.
Doctor Divago pisó el escenario con la batalla medio ganada, pues los allí presentes asistieron predispuestos a pasarlo bien y a bailar, conscientes, puede, de su adiós temporal a los escenarios, o al menos hasta que se tercie un nuevo repertorio. El grupo correspondió con creces lanzando todo su repertorio con seguridad, impolutos en cada una de sus interpretaciones. Manolo es uno de los mejores vocalistas de la escena nacional de los últimos años y de cuantos he visto en directo, y por lo que pertoca a cada uno de los músicos, ¿que decir?, la inmensa personalidad que da la armónica de Chumi, los solos con sabor a clásicos del rock de auténtico lujo de David Vie, y una sección rítmica que transciende su papel secundario con auténtico arrojo y técnica, Wally tiene mucha clase, inconmensurable Edu Cerdá y sus líneas serpenteantes de bajo. Fueron cayendo uno tras otro todos sus himnos a la supervivencia, «Ligero como una pluma», «Sonaba Julio Galcera», «Los tontos buenos tiempos», «El virtiginoso atleta moral», «Eva», «Un minuto antes de la realidad»… canciones conocidas y recitadas por el respetable con fervor, otras más antiguas y no menos conocidas, «Clínica del alma en Navidad», «Srta.Alfa»… también hubo espacio para una versión de Nino Bravo dedicada al dueño de 16 Toneladas, si no me equivoco «Voy buscando», y donde incluso las tonadas más recientes, como «Los amantes faquires», «El asesino tocaba la armónica» y «Gracia Imperio», sonaron a clásicos en su ya extenso y excelso repertorio.
Sus historias pequeñas se expandieron en la noche como auténticos tratados de costumbrismo universal, con pulsión festiva como entre amigos y en familia, pues todos los allí presentes no fuimos a buscar la enésima demostración de su valía, ya se da por hecho, fuimos más que nada a celebrar este milagro del rock de nuestros días que es Doctor Divago, y a escuchar una vez más las canciones que forman parte de nuestro universo musical. Y ellos, como no, lo bordaron. Grandes. Clásicos.
Escrito originalmente en ON THE ROUTE

Foto cabecera: Fernando Fabuel Esteve


4 comentarios

  1. Les ví en Bilbao con Addi y sus adorables aitas y me acordé mucho de mi Valencia gang. Es un grupo sólido como una roca, fabuloso. Qué alegría! Clásicos! Un abrazo.

  2. Fue un gran concierto, el único punto negativo fue el horario, empezó muy tarde y mis neuronas andaban justas, y la verad es que sin el batallón concertero cerca se hizo más ardua la batalla (y esas fotos del teniente Farelli que siempre vienen bien je je je) My mestre, cuando tengas el pie más o menos mejor te paso a buscar, haré de taxi-rock si se tercia. Saludos a todos, a ver que concierto de este pelo podemos concentrarnos de nuevo.

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