Críticas Discos

A raiz de mi reseña en rockandrodri land, nuestro querido amigo y kamarada Addison prometió ponerse con el disco en un comentario a la misma y sacó a flor de piel todo su sentido con este precioso texto publicado en su blog Rock and More. que transcribo aquí como firma invitada hoy al Exile.
Sólo decir que Addison es dulce, verdadero, lo tengo cerca, como éste disco.
Gracias por ser tan generoso compartiéndolo todo. Te queremos. Fundamental dar al play mientras se leen las bellas palabras de Addi.

«Eugene es un lugar sito en Oregon donde el joven Sufjan Stevens pasaba sus veranos, allí nos transportan de forma metafísica las primeras estrofas de este tema, poco a poco el tiempo, que pasa a toda velocidad por las cuerdas de la guitarra como si de un tren mono-raíl se tratase nos sitúa en el fallecimiento de la madre de Sufjan, termina este viaje musico-temporal en un presente dominado por la tristeza que provoca el recuerdo, la depresión de lo que se queda sin hacer, sin decir…la pena de lo que ya no volverá, aunque Eugene siga allí, en Oregon, Sufjan ya no pisará su tierra con la misma firmeza, con la misma vida y luz en la mirada…y él lo sabe.

Estados de depresión que se mezclan con el dolor, la dama de blanco arrebatando el aliento a los que se quiere, el recuerdo de un tiempo en el que el pasado aún no imponía leyes ni condiciones, y el futuro era un túnel al que aún no se le vislumbraba la luz de la salida y no provocaba temor ni sugería cuentas atrás en torno a la duración del trayecto, pánico al momento cada vez mas cercano de alcanzar la luz.

Pueden parecer sentimientos oscuros, envueltos en la niebla de la pesadumbre, pudriéndose y desprendiendo la peste del desconsuelo, el hedor de lo irremediable, el ácido gas venenoso de lo que se teme por resultar desconocido y que provoca picor en ojos y cosquilleos en tripas.

Sufjan canta a todo esto posiblemente para espantarlo, para alejarlo…no se si lo consigue, lo que si sé es que esta noche, en la soledad de la guardia nocturna, con el cuadro de control ante mi, frio, con multitud de luces que no iluminan nada que no sea la normalidad del mecanismo interno insensible y abstraído de vida, cuando los minutos de van desplomando como la mermelada cae, viscosa, a duras penas, lentamente por el borde de la cuchara olvidada tras el desayuno, en esas horas en las que los pájaros del monte duermen, el río parece haber postergado su discurso para cuando el sol ilumine el brillo de sus labios de agua dulce, de pronto el viento sacude las ramas de los árboles causando caricias, el sexo de la naturaleza ante mi sin sentir pudor…en la soledad que impone la oscuridad y el temor, soledad a cambio de euros…en esos momentos de silencio, siempre tan asociado a la mentada soledad, esta noche, una más, como cualquier otra…¡no!!! como cualquier otra no, esta noche el radio cd que siempre suena tan mal, ha repetido una y otra vez, con voz limpia las penas, los recuerdos y la depresión de Sufjan Stevens, gritándolas al mundo dormido de la madrugada, consiguiendo que mis minutos, esos de confitura de melocotón, vuelen, que fuesen como agua desprendiéndose por el interior de una cueva en madrugadas de deshielo, que el silencio se parta en dos, atravesado su corazón despiadado por la voz y la guitarra de Stevens, que la belleza, la horrible belleza de tan dolorosos sentimientos se travista de belleza para gritar en medio de la noche que aún estamos vivos, que saldrá el sol y que merece la pena poner la epidermis a merced del mundo, aunque solo sea por llorar bajo el influjo mágico y hermoso de canciones como «Eugene», para estremecer corazones ensordecidos por el chillido de horrible belleza que en medio de la noche, que esta noche ha provocado esta belleza sin par que habla del mundo, de la vida, la única que tenemos» 
 
Adisson de Witt

La luz del anochecer también es toda igual pero si miras al cielo te parece la suficiente para dibujar con cada uno de tus pensamientos, sentimientos, esperanzas y decepciones una nube diferente.
Me importa bien poco que los talibanes me llamen indie, moñas, poco roquero o amante de lo que a muchos resulta muy plasta por edad, hormonas y feromonas o prejuicios de corazón de piedra. Este disco es el que más me ha emocionado en lo que vamos de 2015.
Me gustaba el clásico Sufjan, el de Illinois , cómo no! pero tampoco me arrebataba, no había esa chispa de amor que tengo con Eels o con sus amigos, mis bienqueridos The National
Su busqueda en los sonidos del expresionismo musical que queda bonito mirando los cuadros de los administrados por Abraham Lincoln, los que todavía conservaban el rastro colono, su historia cristianoide y su carácter esquivo, gorrita de beisbol de vuelta incluida, no acababan de hacerse del todo creibles para un servidor.
Fueron sus inmensas colaboraciones con los fadistas de Brooklyn-los The National- las que me lo pusieron en otra dimensión y más,  cuando el pasado otoño le vi con ellos en escena aportando toda su sabiduría y gusto musical.
Tiene un rollo que es muy suyo, está claro y aunque puedas observar trazos de Nick Drake o del más triste Paul Simon, Sufjan suena a Sufjan.
Le faltaba ponerse un poco en pelotas y firmar un disco ala el Electro Shock Blues de Eels (reseñado por nuestro Don Guzz) que yo creo que ha conseguido, salvando las distancias estilisticas, con éste brillante Carrie & Lowell.
Desde que lo escucho, desde hace tres semanas, con una frecuencia simbólica, me relaja, en un sentido Camino de Santiago interior, lo escucho y me cuenta sus secretos de amigo fiel, se confiesa ante mi y me ha llevado a querer volver a compartir ese sentimiento con todos vosotros.
Si bien las melodías, los arreglos y el tono vocal es muy lineal ( también lo era Ben Watt en su debut en solitario, el querido North Marine Drive) da igual, hay mucha belleza, inexplicable. La luz del anochecer también es toda igual si miras al cielo pero te parece suficiente para dibujar con cada uno de tus pensamientos, sentimientos, esperanzas y decepciones una nube direferente.
El hecho de que nos cuente su niñez, típica americana como la de Boyhood, esa película que tanto me gustó y con la que lo relaciono, es digno de agradecimiento porque a uno le gusta escuchar verdad y frases con gusto y guión.
Su madre murió hace poco y eso mueve las entrañas a cualquiera aunque fuera alcohólica, quizás más por dicha razón que produjo el desencuentro inicial. Luego está la figura de un padrasto bueno y eso mola mucho, qué quereis que os diga, no todo te va a tocar malo en la vida.
De ahí que esté dedicado a ambos por su nombre de pila, Carrie & Lowell.
Me gusta pensar que este chaval ha creado un folclor moderno, algo realmente nuevo bajo el sol, que se salta la generación r&roll hacia atrás e incluso pasa del siglo XX para buscar un fantasma anterior y de ahí, disfrazarlo de Siglo XXI, como hicieron los Suicide en los setenta o los Radiohead en el cambio de siglo pero menos enrraizado en corriente tangible.
Como si fuera otro Elliott Smith, otro de nuestros boyhoods pero sin el ramalazo melódico de Lennon, su sonido es de campana tibetana, muy yoga (ahora estoy haciendo yoga y me viene muy bien aprender a respirar y controlar, bobadas aparte) muy mantra y podriamos considerarlo cerca de lo que hace Sun Kil Moon.
Americanos sensibles y europeos, estoy seguro que John Cale es fan.
En esta ocasión, el Señor Stevens ha dejado de lado el pintar un lienzo muy artístico para centrarse en destripar a posta su trauma, calmando su duelo tras una relación complicada con su madre. Le abandonó con un año, ostias pensadlo. Pero le han calmado los recuerdos buenos, de tres veranos con la nueva pareja de su madre y sus hermanastros, llenos de excursiones de domingo y cestas de sandwich.
El disco viene a decir eso de que madre no hay más que una, aunque sólo la hayas disfrutado tres veranos completos y los últimos días de su enfermedad, tratando de recuperar miradas, cariño imposible pero cierto, tratando de demostrarle que eres su hijo y que le quieres. El mismo caso o parecido de John Lennon. Mother…you got me but I never got youuuu! Todo muy Eels también.
Pero lo importante es lo que queda tras el relato, la conclusión dentro de todos esos arpegios tipo arpa que recuerdan a los sueños y esa voz tan dulce: salir adelante, vivir pese a todo.
Sientes el beso, el abrazo, el consuelo.
Death with Dignity, la primera canción, mi favorita, me produce escalofrios sobre todo cuando dice I got nothing to prove, I got nothing to prove. Tenemos que agradecer tanto…a pesar de todo.
Esos coros fantasmagóricos finales con alguna steel ululando…buff…preciosos.
Y no penseis que el tono varía, para nada, todos los temas suenan desde la caoba de un viejo confesionario, no olvidemos la raiz cristiana del personaje pero nosotros también tenemos esa cultura incrustada, de la culpa y el pecado y le entendemos a la perfección.
Detalles como dejar caer un yogur de limón o un cenicero para llamar la atención de su amatxu, te deja hecho polvo en la maravillosa Eugene. Staple del nuevo folk, como el First Day of My Life de Bright Eyes, se componen canciones clásicas, sólo hay que encontrarlas.

Líneas melódicas reconocibles y hermosas en Should Have Known Better con efecto flautista de Hammelin, coros desde el cielo de las musas.

The Only Thing, muy de su estilo pero sin la pompa de antes, ni la estúpida eléctronica de alguno de sus experimentos para convertir las cosas en moda, esto es un grupo de nanas de tienda de comida orgánica de NYC.

El momento en el que el corazón se te para se llama No Shade In The Shadow Of The Cross, uno de sus cuatro pilares., como también lo es la super emocionante aunque dura Fourth Of July.

El final con Blue Bucket Of Gold es eso, de oro porque esto, aparentemente tan parecido en su tono, son canciones, todas hermosas.

A las noches, me acurruco en la mullida humanidad de Carrie & Lowell y eso me ayuda a tener ilusión de ver lo que nos trae el nuevo día, si mi hijo se despierta a la hora y no hay bronca, si mi darling companion dirá adios al irse a trabajar de esa manera tan dulce en que lo hace siempre y si , de nuevo, por la noche  llamaré a mi ama para ver cómo está.

File Under: Pink Moon-Nick Drake/ Blue-Joni Mitchell/XO-Elliott Smith/ Bon Iver-Bon Iver.

Esta entrada se había publicado en rockandrodri land pero es adaptada ahora para el Exile.

Sufjan Stevens – Carrie & Lowell (2015)
9, 2 – 10
Cara A

Death with Dignity/ Should Have Known Better/ All of Me Wants All of You/Drawn to the Blood/ Fourth of July
Cara B
The Only Thing / Carrie & Lowell/ Eugene/ John My Beloved/No Shade in the Shadow of the Cross/ Blue Bucket of Gold


5 comentarios

  1. Es para mi un honor ver mi nombre en este exilio que tan bien mantienen un grupo de amigos a los que quiero y admiro. Abrazos convenientemente repartidos.

  2. como me gusta este disco pero de todos los que tan maravillosamente escribis en el exile no va a escribir nadie de este disco tan maravilloso que han sacado los King khan & BBQ Show -Bad News Boys , os agradeceria que me describieseis este disco como vosotros lo sabeis hacer , o en su defecto el Forever Changes de Love muchas gracias

  3. No he podido ponerme con él. No suele ser de esos que me atraen de primera y además viene con el dicho que te deja hehco un guiñapo…. espera su momento oportuno, porque pintaza tiene.

    Addison, eres mu grande.

    1. Pues te aseguro my king, de que cuando llegue el momento a ti precisamente este disco te gustará, es superchulo, demuestra que se puede hacer mucho con muy poco (a primera vista).
      Tu si que eres grande y encima de otro planeta.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos que te pueden interesar