Críticas Discos Especiales

Weld, la gira de presentación de Ragged Glory, volvía a revivir la llama del rock de Neil Young & Crazy Horse en los escenarios a un nivel muy alto, uno de los dobles en directo más gloriosos del canadiense.

La primera toma de contacto que tuve con Neil Young condicionó por completo la manera en la que empecé a percibir su música, fue a partir del iniciático Rockin’ In The Free World que me abrió la puerta puño en alto a Freedom, mi primer disco de Shakey, y empujado por el himno de los desamparados me topé con Weld, que entra sin lugar a dudas en mi top de directos de la historia del rock.

Con Ragged Glory, Neil Young & Crazy Horse volvían a demostrar que en cuanto a rock guitarrero se refiere, pocos podían hacerle sombra en aquellos primeros 90, no es de extrañar que toda una generación le adoptara como padrino espiritual puesto que tanto Weld en concierto, como Ragged Glory en estudio, ponía los puntos sobre las íes, además recuperaba para la juventud las camisas a cuadros y parte de su repertorio clásico. Los más entendidos tienen el precedente de Live Rust como para considerar Weld, sólo les diría que escuchen de nuevo este doble directo, puede que despejara toda duda.

En su momento me impactó el sonido de Weld, y aún lo hace, el volúmen y el feedback de las guitarras se presenta aquí poderoso y realmente alto, yo que venía de admirar y reverenciar mis descubrimientos de finales de los 80, entre reuniones excelsamente producidas de clásicos y entre mucha laca y solos que masturbaban mástiles sin compasión, y me encontraba con un estilo más bien escueto y rudo que prescindía de todas esas notas reitarativas que no aportan nada a la melodía y que tanto gustan a los virtuosos.

Weld aún me pone los pelos de punta, sin ser rock’n’roll, ni folk, ni punk, ni hard rock, con Weld me volví en su día a formular la pregunta de que es el rock en su sentido más amplio, pués las líneas no eran tan claras como yo pensaba, y más a punto como estaba de caernos encima todo el rock-alternativo de principios de los 90, no es que Young fuera por delante, el nunca fue ni por delante ni por detrás de nadie, siempre fue a la suya, pero aun hoy en día continúo pensando que aquel directo es uno de los mejores discos de rock-alternativo que vió nacer aquella década.

Neil Young & Crazy Horse - Weld (1991)
Neil Young & Crazy Horse – Weld (1991)

Y los coros tan peculiares, muy de folk y taberna, nadie más es capaz de dar cabida a unos coros tan deslavazados como estos sin morir en el intento, y vale que tenemos las armonías vocales de otros como Beach Boys, The Byrds, CSN&Y, más bonitos a nivel artístico, sí, y muy emotivos, pero no tan diferentes a todo y únicos como éstos del Caballo Loco, suenan a hermandad callejera, como esos finales de película que nos tragábamos de más jóvenes y que nos ponían el estómago en un puño de emoción, con esos coros, Neil Young parece hacernos protagonistas, invitan al berreo, están hechos para corear en el escenario, en el graderío y/o al otro lado del transductor.

El gancho para mí fue Rockin’ In The Free World, la principal razón que me llevó hasta Weld, pero  ¿que me decís del Blowin’ in the Wind de Dylan? sé que con sólo leer el título todos tenemos clara cuál es la mejor versión, no se trata de superar ni mucho menos, pero es que nunca pensé que nadie fuera capaz de cogerla para convertirla en otra cosa, otra vez los coros que quieren levantar del letargo al respetable con ese motivo melódico simple y ya universal, pero contudente.

Entonces no podías coger el título de una canción que te gustaba endosarla al buscador y pulsar el botón para ver de donde venía, entonces cada disco te llevaba a otro, llamadlo aprendizaje, y en ese sentido el tracklist fue durante mucho tiempo mi índice esencial para ir descubriendo su obra. Tuvo la facultad de abrirme en su día hacia el universo de Young, la clásica Cinnamon Girl hacia Everybody Knows This Is Nowhere, Cortez The Killer, aquí brutal, hacia Zuma, Weld también me llevó hacia Tonight’s The Night, su lado más oscuro.

Y por supuesto la siempre emocionante e imprescindible en el repertorio crazyhorsiano Hey Hey My My que tendió el puente hacia el Rust Never Sleeps inaugurando un disco con una afirmación tan grande como Rock and roll can never die que en aquellos días significó tanto para una nueva generación de rockeros.

Y por favor, atentos a esos catorce minutos de auténtico clamor rockero que es Like A Hurricane y debería estudiarse en la ESO y en los conservatorios por el bien de la humanidad. Y aunque Ragged Glory fue protagonista de la gira, siendo sincero, siempre he prefirido las versiones de Weld, en canciones como Love And Only Love y Love To Burn las guitarras llenan el amplio espacio en el que están situadas de manera grandiosa.

Aún tardé mucho tiempo en adentrarme en su vertiente más country y folky, estaban esas canciones como Powderfinger y Mansion on the Hill, que sin que lo supiera, estaban abriendo mi consciencia al country mucho antes de deshacerme del prejuicio que me causaba tal estilo, imaginaba tipos enfundados en chaquetas con chorreras y gorros de cowboy cantando lo bonito que es ser americano, aún estaba por descubrir el (alt)country de Neil Young. Cerramos  enrollando otro cigarrito en Roll Another Number, un country arrastrado donde la pedal steel es sustituida por una quejumbrosa eléctrica que crazyhorsiza con enjundia rockera este tremebundo directo.

Recuerdo el impacto que me causó este directo como si fuera ayer, aún lo sigue haciendo. Cuando dí con Weld quería fuego y lo quería ya, y aquí está presente desde la portada. Neil Young siempre ha tenido un valor añadido y es que tiene su tiempo para la rebeldía, su tiempo de introspección, su tiempo para el amor, su tiempo para la pedal-steel y su tiempo para aporrear la eléctrica como pocos son capaces de hacer. Y todos los «Young» tienen algo en común y que siempre le guió como un plus al buen hacer artístico: honestidad brutal. Weld nunca saldrá en las listas de los mejores directos, o sí… en la mía está en lo más alto.

Neil Young & Crazy Horse – Weld (1991) 10/10

Disco Uno: 1.- Hey Hey, My My (Into the Black) / 2.- Crime in the City /  3.- Blowin’ in the Wind / 4.- Welfare Mothers / 5.- Love to Burn / 6.- Cinnamon Girl / 7.- Mansion on the Hill / 8.- F*!#in’ Up

Disco Dos: 1.- Cortez the Killer / 2.- Powderfinger / 3.- Love and Only Love / 4.- Rockin’ in the Free World / 5.- Like a Hurricane / 6.- Farmer John / 7.- Tonight’s the Night / 8.- Roll Another Number 


13 comentarios

  1. A mi siempre me ha dado la sensación de que no tiene mucho sentido comparar este directo con el Rust. Creo que se desarrolla en momentos musicales diferentes y concentrado en setlist también distintos, aunque haya temas que estén en ambos directos claro.
    Creo que depende del momento los dos funcionan a la perfección, dos POM y reflejos de un sonido entregado y un repertorio salvaje.
    Fantástica entrada Chals.
    Un abrazo.

    1. Es discriminación positiva, que la hay, por supuesto, teniendo el Live Rust, mayor recorrido en cuanto a tiempo, tienes razón, aunque la comparación viene dada porque de hacer una lista de directos de mi vida este entraría, Live Rust no, cosa que no digo que sea malo, que me voy por las ramas je je je, tienes razón, Young es puto amo antes en los 90 y ahora. Saludos Addi

  2. Los primeros discos originales que compré de Neil fueron éste y "After". Imagínate lo que me significa este trabajo… Como también comenta Addison estoy un poco bastante en contra de la comparación sistemática con el Rust (inevitable para muchos por la portada, supongo). La elección de temas de "Weld" habla por si sola, consigue la entidad propia alcanzando el obvio nivel "only x choosed ones" del genio y arrolla sin remisión… Lo mismo que el pedazo posteo que te has marcado, Chals. Esto es así.

    1. Gracias Guzz, la comparación simplemente enfatiza la importancia que ha tenido en mi educación musical, también fue uno de mis primeros de Young, una enciclopedia de rock y de guitarras punzantes. Saludos

  3. Estoy en la onda de Addison, ambos directos son distintos y en momentos distintos, pero yo me quedo con este, simple y llanamente era la gira de Ragged Glory, y con eso está dicho casi todo.

    Well well well Mr.Chals.

    Saludos truferos.

    1. Por supuesto, son muy distintos y poco tienen que ver, este te pasa por encima como una apisonadora, y el otro es simplemente igual de putoámico en su contexto y momento. Saludos Savoy

  4. Bien puede ser éste el mejor directo de la historia del rock. Haber grabado "Ragged Glory" y girar con Sonic Youth abriendo sacó a un Young absolutamente fiero, pero fiero en la sobriedad, “un estilo más bien escueto y rudo que prescindía de todas esas notas reiterativas que no aportan nada a la melodía y que tanto gustan a los virtuosos”, como bien dices. Un disco que podemos comparar con el "Ascension" de John Coltrane, fíjate lo que te digo. Espléndida entrada, Chals.

    Un abrazo.

    1. Me gusta mucho ese paralelismo que trazas con Coltrane y el concepto de Ascension, que por cierto no lo tengo controlado, a por ello voy. Gracias Gonzalo por iluminar con tu comentario. Saludos

  5. Bueno, después de volver a ver al puto amo ayer en Barcelona esta mañana he rescatado este disco de la estantería. Es pura adrenalina con sentimiento; una catársis sónica que sale del alma. Somos unos privilegiados: tenemos a Neil Young.

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