Críticas Discos

No hace demasiado días se marcaba servidor un bastante extenso «record by record» sobre la banda de Mascis. Banda que, como ya sabe cualquiera que me haya tratado un mínimo, es sin duda una de las debilidades más intocables y marcadas que me ha regalado jamás la cosa esta del rocanrol. La cuestión es que en dicho alarde jurásico y llegados al final de la reseña sobre el álbum que nos ocupa se desmarcaba el menda con un: «En fin, puede que estemos hablando de mi elepé predilecto, firmado por banda alguna, dentro de la década a la que pertenece. Puede y és, en realidad y qué narices»… A partir de ahí si a alguien extraña el pleno final, llegada la hora chirigotera de las valoraciones en esta entrada, le acabo de aclarar del todo que, en verdad, me resulta absolutamente imposible obrar de otra manera… Sería algo contra natura para mi y sin más.

Y es que «Where you been», más allá del cariño generacional, es una gema de inabarcables proporciones en base a mis gustos. Además, si se me permite, me gusta eso (por el efecto reivindicante del debate a destilar y mi ferviente disconformidad -contradicciones te da la vida-) de que estando ya fuera Barlow desde antes del anterior «Green mind» y siendo la banda ya un coto privado para con su lider a todos los niveles, Dinosaur Jr perdiera parte del favor de la crítica especializada (aunque fuera solo relativamente). Esto hace que siempre se presenten «You’re living…» y «Bug» como sus dos grandes masterpieces exgeradamente por encima del resto  y, a su vez, esto me viene a demostrar por enésima que a la crítica (especializada o no) solo se le tiene que hacer caso hasta cierto punto… Como fan irredento afirmo sin problemas que cualquiera de los discos posteriores a «Bug» tiene poco o nada que envidiar a ese par y, de hecho, en más de una y dos ocasiones como que me va un poco en sentido contrario el asunto (que a mi me parecen todos la reoca, vale, pero ahí queda eso). A partir de la marcha de Barlow (zambullido por entonces en la época dorada y archirrecomendable de sus Sebadoh), Mascis empieza a cambiar noise por folk (sin sacrificar jamás su pericia eléctrico-guitarrera que es el buque insignia, nos jodió el mosen y faltaría) y a presentar unos temas menos agresivos pero mucho (muchísimo) más ricos en matices. Así, en el muy honorable «Green mind» -seguramente el disco menos «noise» del bicho- o los tan cruelmente ninguneados «Without a sound» o «Hand it over» (para mí brutales, que no meramente buenos, los dos)  tenemos unas canciones como para que se te caiga todo al suelo. Y la bandera de ese nuevo planteamiento de sonido, por supuestísimo, brilla más y mejor que nunca en el disco que encabeza esta entrada y que, ya mismo e ipso facto, se pasa a desmenuzar.
1. «OUT THERE«.  Imaginemos por un momento como sonaría una imposible fusión entre Sonic Youth y The Cure producida por el tito Young… Qué estulticia, qué parida gratuita, claro qué si… Y sin embargo, qué cosas, eso existe. Y suena de puta madre. Tanto en ese 93 donde su humilde servidor lograría la mayoría de edad como a fecha presente. La eléctrica oscuridad, vamos ya al tema, de la enorme «out there» tras la atenta contemplación de la feucha portada fue (y es) uno de los momentos más felices que me ha dado este tan necesario medio. De calle. La febril voz de Mascis, las distorsiones, las campanitas del final, el riff criminal… Me olvidé de todo, con contadísimas excepciones, me descojoné del grunge y sus sucedáneos por entero… ¿Nevermind?. Esto atraviesa médulas, joder. No hay tiempo para jugar a las cocinitas con imitaciones de brocha gorda de los Pixies… Y ese volver al final con la voz ya agónica de la puñetera «out there»…  Escandalosa forma de empezar un disco (y aunque no nos demos cuentas de primeras a lo mejor).
2. «START CHOPPIN«. La primera canción que escuche (por la radio) de la formación. Con ese gritillo en falsete tan memorable como chorras (¿acaso tienen por qué excluirse mutuamente sendos conceptos?), pero en cualquier caso, es escuchar ese rasgar cuerdas del principio o la poderosa progresión guitarril tras el mentado grito y para mi que ya le sale el sol hasta al día más cabrón. Que, claro y hablando de guitarras, aquí además las tienes de todos los colores. El amigo Jay no perdona una y, no se dude, hace aparecer su rasgo más claro, indiscutible y diferencial a la mínima. Así, cual superhéroe de manual: ahí donde se necesita un guitarraso ahí que aparece Mascis al rescate. Temazo que hasta parece alegre y todo por momentos y por si poco fuera.
3. «WHAT ELSE IS NEW«. Enorme y para aplaudir hasta el dolor con su emblemático riff de entrada y lo de «I’d like to see you in the morning» para dedicarse después a subrayar con la Fender cada hiriente estrofa hasta el innegociable solo de impagables quilates y más allá (con el precioso desenlace con violines y demás). Un puro diez, otro más, para una de las canciones más bonitas jamás compuestas por el melenudo golfista-esquiador. Y los conocedores de la obra «jotamascisiana» saben muy bien que ello no sería decir precisamente poco.
4. «ON THE WAY«. Mayor velocidad de nuevo para «on the way», retomando las formas del tema inicial, pero cambiando (oscura) melodía por pericia a las seis cuerdas. Solo Thurston y Lee en comándita y a pleno nivel pueden alcanzar (y solo quizá) ese nivel a esa mecha en estos registros. Nunca deja de maravillar a los fans del combo lo que este tipo es capaz de meter en una misma canción. Aquí, entre otras, hay punteos que harían jubilar de vergüenza a casi la totalidad de los «hachas» del heavy metal de cualquier época o una distorsión y mala uva (fuzzeo al cubo) que hace empalidecer de agobio al hard core yanqui de los ochenta por completo. Todo servido en pequeñas dosis pues, además, J no pretende para nada aquí subyugar una canción que enarbola el dinamismo por bandera a su proverbial pericia… Y que bien que le quedó.
5. «NOT THE SAME«. Cantada íntegramente en falsete es la canción que raja el álbum en dos partes (que no en vano marca el ecuador como final de la cara A que és) y que nos devuelve al Mascis de la tan bonita «thumb» del anterior «Green mind»… Y al igual que con aquella estamos ante una de mis canciones «tristes» predilectas de cualquier tiempo (se me ocurren rápido «straight to hell» de los Clash o el «R’n’r ghost» de los Replacements como otros ilustres ejemplos que meto en esa particular, e imprescindible para mí, saca). Tan lúgubre como bonita, «not the same», con sus partes de sutil instrumentación clásica de fondo y demás, te acaba calando y llevando al huerto tarde o temprano. No se resistan que no hay nada que hacer (y aunque sea la pieza más distanciada, de largo, acorde a lo que suele esperarse de nuestro prota de hoy).
6. «GET ME«. Una de las canciones más emblemáticas y conocidas de Dinosaur Jr . No es para menos. Hasta el punto, ojo, que tuvo cierta repercusión en la época con su video y tal. Con sus implacables solos de guitarra y su melodía arrastrada que huele a oldie del mejor folk-rock setentero por todas partes, es sin duda «una de esas canciones» forjada para pasarse por el arco del triunfo todas las inclemencias y putadas varias que el carbono 14 pretenda endiñarle… Dolorosamente épica e irrepetible , con ese inolvidable retomar la canción tras el primer solo antes de encarar el otro y postrero donde, directamente, hace sangrar las cuerdas… Imparable. Hablamos,  en definitiva y según lo veo, de una de las cimas más prístinas e innegables de uno de los mejores guitarristas de Rock. Tal cual (y con todas las rimbombancias y mayúsculas a cuestas).
7. «DRAWERINGS«. Escribía hace ya unos años uno de los colaboradores del Ruta a colación de esta canción que «su inicio siempre le hace llorar»… Y es que en verdad no és sino un continuar donde lo deja «get me» (y es que hasta estructuralmente parecen gemelas el par de gemas de marras). Además vemos asomar ya aquí una versión primigenia en los acordes de aquella estupenda «get out of this» del disco que sucederá a WYB. Nuevo solo impecable que se retuerce sobre si mismo hasta el delirio  y un nuevo triunfo en esa vertiente folk-rock que nutre, mayormente, tan indispensable (para el menda al menos y recordemos) álbum.
8. «HIDE«. La canción más caótica y sulfúrica del disco (con permiso de «on the way» esto segundo). La que más y mejor recuerda a lo logrado en el «You’re living all over me» del 87 (el niño mimado de la crítica especializada), del que en verdad parece haber sido secuestrada. Overdubs por un tubo y una linea melódica sugerida por la voz pero apenas secundada por la castaña eléctrica de fondo (de forma ex profesa, entiéndase ello) que hará las delicias de los que tienen a las inolvidables y sulfúricas «little fury things», «sludgefast» y demás en el más alto pedestal del bicho jurásico.
9. «GOIN HOME«. Posiblemente la cima folkie (siempre en las maneras y registros de nuestro héroe) del álbum que de alguna manera viene a cerrar el círculo formado también por «what else is new», «get me»y «drawerings» (yo me quedo con las cuatro, que elija otro). Bonita como ella sola esa pista de fondo con algo que, por ese dejarme arrastrar incapaz de someter a este álbum al menor atisbo de frío análisis, nunca sabré si és un mellotron (uno de los juguetes favoritos de J) o un órgano, subrayando el momento reposado por excelencia del disco que, en cualquier caso, siempre palidece (en la comparativa) por lo supeditado al tan brillante uso de las guitarras aquí también ubicable (faltaría).
10. «I AIN’T SAYIN«. La canción más corta del disco y, seguramente, la más abiertamente pop por esa melodía más inmediata que, eso si, se encuentra firmemente embutida entre los carismáticos guitarrazos de entrada y salida. Majestuosa manera al fin de cerrar un disco que hace de oscuridad virtud, de tristeza belleza y de ruido melodía. Una linterna con eternas baterías para los oscuros rincones del alma sin duda pero que, particularmente, dejaría al fin en un menos apológico/redicho pero más gráfico «disco de recontraputísima madre». Y punto. Uno de mis favoritos de cualquier tiempo y lugar, ni que decir y en cualquier caso, como ya apunté con anterioridad.
 
Dinosaur Jr – Where you been (1993) : 10 / 10
01. Out there/ 02. Start choppin’ / 03. What else is new/ 04. On the way/ 05. Not the same/ 06. Get me/ 07. Drawerings/ 08. Hide/ 09. Goin’ home/ 10.I ain’t sayin.
Por Guzz
Este texto fue incompasivamente secuestrado, posteriormente desmembrado y finalmente recosido desde el espacio Citizen Guzz.
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3 comentarios

  1. Desde luego esta banda es una de mis cuentas pendientes, el último de J. Mascis me los ha devuelto pero tengo mucho que descubrir, los conozco solo por encima, este creo que va a ser el primero en quemar.
    Abrazo.

  2. Los "dinosaurs" son la típica banda que debería gustarme sí o sí pero que no sé el motivo se me resiste, no lo sé, debo ser yo, pero no acabo de conectar con ellos a pesar de su indudable calidad. Este disco sí lo he escuchado varias veces y creo que sí es excelente.

  3. Muy buena reivindicación, y es reconocible eso que dices con muchos otros grupos con la marcha de uno de sus miembros, a alguien se le ocurre soltar que ya no son lo que era y el mantra surte su efecto. Luego llega un neófito y si lee lo que lee es difícil llegar a discos como este, que apunto junto con todos los demás de la chirigota del otro día. Fantástico post. Saludos

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