Críticas Discos

Corgan es posiblemente uno de los front-man/músicos que genera más antipatía y recelo en cualquier tiempo y lugar en esto del rocanrol. Esto es así. Yendo más allá de «folklores varios», los dimes y diretes en tropel habidos y por haber, la principal razón y motivo de ello es, especial y básicamente, uno: megalomanía absoluta y galopante. Más que recalcitrante en su caso y sin duda. Este hombre, en cierto momento de su carrera, daba la impresión de creerse Bowie, Bolan, Led Zeppelin y los puñeteros Pink Floyd en «todo-en-uno-mode»… Y puesto a señalar de forma ya completamente personal siempre me quedará el hecho que esto hombre firmó una de las grandes desilusiones que me he llevado con el idioma de Berry y Ricardín… El puñetero «Adore».  Tras un excesivo doble o triple álbum (que hubiera sido la repanocha si alguien le hubiera pasado la podadora por el tercio -quizá algo más-  que le sobra) que continuó con dignidad el disco que se pretende recordar hoy  (que fácil no sería ello, ojo), llegó «la experimentación» con el mentado «Adore». Muchos le/s rieron el chiste y, atención, que yendo más allá hay un significante para el que, incluso, resulta «eso» su mejor disco… Que se respeta y acepta ello sin problema, nada más faltaría (gustos/colores, si). Pero sin duda no és, fue ni será mi caso. Nunca le encontré maldita la gracia y por deferencia a esas gentes descritas mejor me callo lo que, en verdad, me supone a mi el disco en cuestión… lo dejo en que solo su mera producción elegida me pone de una importante mala leche. Desde ahí, por supuesto, en caida libre. Alguna canción buena si uno se pone a buscar con denuedo y poco más… De hecho, desde el disco de «zero» lo mejor que ha hecho Corgan (siempre en la opinion de uno) son las cuatro o cinco piezas a reivindicar del «Oceania» este de hace dos años. Y/pero que, a su vez, se descubre como un esbozo, una broma, de lo que parecía iba a ser esta banda (aunque superior a «machinas», «zwanes»o «tarantulas» -y demás-, demasiado irregular en los recuentos finales, sí).
Pero, al tanto, esta es una entrada de «hacer justicia con la historia de uno mismo» de esas y ahora toca centrarme ya en lo positivo:  el disco de cabecera de entrada  en cuestión y, mayormente, en lo que al que suscribe le supuso y, se admite también ello sin problemo, aún supone.  Y  aunque, dígase todo, uno ya estaba en aquel 1993, en el que conseguiría la mayoría de edad, por la labor de devorar a Pixies, Dinosaur Jr y Sonic Youth en demérito de los entonces ubicuos y multiplatino Nirvana, negar el «efecto Nevermind» vendría a ser como negar el mismo sol… Imposible ello. Y por otro lado, negar igualmente la vidilla que dio antaño el pique «pearl jam-nirvana» se antoja, como poco, complicado. Más cuando Cobain se lo pensó un poco de más para dar continuación al célebre niño buceador, tiempo que aprovecharon los de Vedder para publicar el segundo y el que, para el menda, es aún su mejor disco… Por ello aunque estaba encantado también con otras varias cosas (recuerdo) resultaba y  resulta evidente que tarde o temprano debía fijar mi atención sobre la que venía vendiéndose, ya de hacía unos buenos meses, como «la tercera banda en discordia del grunge»: Smashing Pumpkins, of course (habrá quien se acuerde aquí de los Soungarden -pelotazo BMF y mejor aún «Superunknown»- o incluso gentuza que -como yo- opine que, visto hoy en perspectiva, Lanegan y sus árboles berreadores se pasan todo eso por el forro sin problema que medie). En cualquier caso mi primer contacto con el combo de Chicago fue en la primera página de la sección «Cultura/Ocio» de un periódico, donde explicaban que la formación lo estaba «petando» cosa seria y donde el pirado de Corgan afirmaba haberse beneficiado a la Courtney de las narices y que también se lo haría «encantado» con Kurt… puro Shakespeare, sí. Después, ya en las últimas semanas del 93, pude ver parte de un concierto por la tele… y, en efecto, a cuadros que me quedé. El final creciente de la hipnótica «soma», lo emblemático de «cherub rock» y «rocket», lo incendiario de «quiet» con ese riffazo criminal que sigue figurando como mi momento predilecto de la formación… Muy bueno todo, ya les digo. La rehostia, en verdad. Así, con las cuatro perras recogidas de los «regalos navideños», la adquisición musical en las compras cometidas desde la bisagra 93-94 por mis partes fueron el ya mentado disco de las «rearview mirror» y cia en cedé y, en rutilante musicassete original, el «Siamese dream» de los Calabazas Cojonudas… Los dos álbumes que más obsesivamente me embutí durante 1994 y cuyo sonido y canciones me llevan siempre a su correspondiente verano, ya puesto… Recordemos, por cierto, que estábamos en era pre-interné y entonces para conseguir un «new release» era más corriente que pasara un tiempo hasta la adquisición particular (el de Pearl Jam es de otoño del 93 y el de los Pumpkins de mediados del verano del mismo año aunque el que suscribe los exprimiera durante la siguiente añada, que por ello lo destaco esto). Más si uno tenía que «arriesgar» dado que,  obvio, acarreaba una transacción económica con la que, de vez en cuando, te la podías pillar y no poco… Por cierto, ya justo antes de entrar a lo que tocaría por título de posteo y tal, mientras me vengo escribiendo todo esto la banda sonora que acompaña no es sino el último y flamante disco de los ínclitos: «Monuments to an Elegy «. Que por supuesto sigue alternando momentazos con pasajes que rozan la vergüenza ajena (y a veces en la misma canción ello !)… Ejemplo: la poderosa y final «Anti hero» es como bastante incontestable pero, en la otra esquina del cuadrilátero, eso del «Run2Me»  es como para darle de capones a Billy hasta que le salga pelo again…
«Siamese dream». Al fin, si.  Da igual lo mal que caiga el tio (no se libra para demasiada gente y por mucho que se autofinancie los tours para dar todas las recaudaciones a la ONG de turno y tal); da igual que (no se dude) los Pumpkins -como sus compañeros grungers más reconocidos- pertenezcan a lo «alternativo» noventero de gran superficie, el de sobredifusión de Mtv y tentetieso, y tal… Da igual eso y lo que quieran de más ya que, en resumen y al fin: el segundo disco de esta banda es absolutamente bru-tal (… y tal, sí también). Lo haremos resumido en esta ocasión… Y es que el impacto que nos causo a muchos disco y banda en su momento ahí queda y, por mierda se les quiera echar, eso ya no nos lo quitarán ni a nosotros ni a ellos/él. Mientras Pearl Jam sonaban abiertamente a los discos de rock setentero del hermano mayor -o el familiar de turno- sin ninguna vergüenza, Nirvana expoliaba sin cortapisa que valga a Pixies y Rem por igual (bajo el siempre bienvenido apadrinaje de la familia sónica, que siempre ayuda) y/o, por ejemplo también, cosas como Soundgarden u Alice in Chains flirteaban con dinámicas mas abiertamente jevilongas a la salud del negro sabadete, la «banda de Corgan, el chino, la rubia y el yonqui», eran algo definitivamente… distinto. Ese alternar continuo del cantante de lo pastoril al estreñimiento berreante, ese pasar de lo más cándido a unos guitarrazos de mil infiernos, esa aura de góticos arrepentidos amantes de los cuentos que pasaban por carne de colleja pretérita de instituto pero que, a su vez, cumplian en cierta medida con todos y cada uno de los tópicos de la rock star (por el inabarcable ego de su líder, mayormente)… Muchas, demasiadas cosas. Y aunque el primer disco ya tenía lo suyo, al tanto con eso, estaba escrito que se dice y se comenta, que «el sueño siamés» debía e iba a arrasar con todo a su paso.
Ya sus tres singles tan conocidos no dejan lugar a mucha duda, evidente ello… Lo emblemático de esta «Cherub rock» que arranca el disco sin contemplaciones con una fuerza  y electricidad del caerse de culamen (y con ese Chamberlain de traca en las baquetas… que a saber hasta qué punto se sirve de su formación jazzística para aportar lo suyo el pájaro), el contrapunto más abiertamente popero de la incluso más conocida «Today» (hasta en las sopas el video, sí) y su entrada de guitarritas que tantos recuerdos, sino ya pura y bobalicona nostalgia, nos supone a tantos aunque, está claro, pocas cosas a comparar con «Disarm» en la singladura de la formación (o del subgénero asignado, ya puestos)… Con esa explicación que nunca acabó de colar del todo de Corgan con los recuerdos de su errática infancia y demás (se nota que quería saltarse censuras… llamándose así el disco, con esa portada y esta letra tan a juego… blancos y botellas, vaya), los violines, las campanitas, la rentré del último chorus… Pelotazo total, está claro. Por otro lado tenemos un cuarto sencillo, apañao por las multiplatinas circunstancias imagino, en la cojonuda «Rocket» que, para mi al menos, supera los dos primeros singles ya explicados, aunque pague con su inferior popularidad el peaje de su menor inmediatez (se «te queda» menos de primeras pero tiene un desarrollo como bastante superior al humilde entender de uno)… Pero, por supuesto, lo mejor de todo es que cuando uno se sumergía por completo en el total alcanzado como obra homogénea era cuando empezaban los tocamientos… Todo lo más plausible de esta formación está aquí embutido para los restos. Y más y mejor que nunca. El riff criminal que sostiene «Quiet» (debilidad personal como ya escribí antes) y la agresividad de una «Geek U.S.A.» que no sabe de cuarteles por dar o recibir (apagándose de golpe en la mitad la muy puta para regresar con doble y mitad de mala leche en el tramo final  antes del vacilón adiós); la bonitez sin mácula de la etérea «Spaceboy» o de la tan breve como casi empalagosa «Sweet sweet», subrayada esta segunda con ese bellezón de despedida definitiva y postrera que es «Luna»; el flirteo con el prog en la más complicada pero siempre recordada con afecto «Silverfuck» (la pieza más larga del lote); y, mucha atención, ese regalazo que son el tríptico propuesto con «Hummer», «Soma» y «Mayonaise»… Las tres canciones que para mi otorgan la personalidad y empaque definitivo  a este disco. El arranque de guitarras de la última que enamora y punto sin más, la despedida espectacular de la del medio (con lo pausada qué empieza… hasta sonido de grillos en la noche que suenan) o ese libro de estilo que resulta la primera con su vitalista discurso y su tan bonita despedida en el último tercio que, de hecho, parece querer enlazar con el principio de «soma»… En fin, que ya pueden criticar a la banda por lo excesivo de su principal mente pensante o por su oferta «post-melon» todo lo que quieran y más (yo mismo lo he hecho… y en no pocas ocasiones aún a pesar de que tiene/n canciones puntuales como puros soles por ahí -pseudoescondidas entre tanta berenjena-, qué cojones), pero no somos pocos los que cumplimos la mayoria de edad el año de edición de esta álbum (o más/menos, imagino) y que no estamos dispuestos a que nos toquen la moral con el asunto… Piensen (o/y pensemos) lo que proceda de los Pumpkins, pero el brillo de «Siamese dream» sigue ahí arriba, incólume a tiempos y pareceres. Tal es su grandeza y joda a quién quieran dioses y demonios que lo haga.
 


Smashing Pumpkins – Siamese Dream (1993) : 9’3/10
01. «Cherub Rock» / 02. «Quiet»/ 03. «Today»/ 04. «Hummer»/ 05. «Rocket»/ 06. «Disarm»/ 07. «Soma»/ 08. «Geek U.S.A.»/ 09. «Mayonaise»/ 10. «Spaceboy»/ 11. «Silverfuck»/  12. «Sweet Sweet»/  13. «Luna».

Por Guzz

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22 comentarios

  1. Lo siento, pero a mi estos me la pelan. Nunca me han gustado ni me gustarán…. no he escuchado más de dos canciones y no habrá tercera…. no juzgo la nota pues como digo ni me he puesto con ellos….. a pesar de todo he leído el post, que está muy bien, pero no me convence el disco, ni el grupo, ni Corgan….. me autoproclamo un machacapumpkin!!!

    1. Sï, ya me consta que te encantan, ya… Bueno así recibís algunos de vuestras propias medicinas… Que no veas como trago bilis cuando le endilgáis más de un siete a cualquier disco que tenga que ver con White, los Kings of leon, arcades, artics monas y demás que para mi son una absoluta perdida de tiempo. Ya lo de considerar seriamente en la historia algo como, por ej, Oasis es algo que me lo guardo porque me parece de puro descojone… Viva los pumpkins -hasta el tercer disco exclusivamente, eso si-, coño !

    2. Que vivan!! larga vida a Corgan!!! y que sigan así…. una cosa menos de la que preocuparme, ja ja… Un abrazo Guzz….. qué discón el de Curtis Harding, coño, traételo al Exilio y déjate de Pumkins!!!

    3. Aunque podríamos debatir sobre la cercanía con Black keys que le otorgas al estreno de Harding (que es que yo no lo acabo de ver, oiga), doy por más que buena tu posteada de hoy al respective… a qué liarla más. Si pongo una novedad será el "so gone" de Bearhug que, insisto, me pone cosa seria… Esas guitarras de techo alto… ay, qué bonicas que son !

    4. En algunos temas es claro… se nota que Curtis trabajó con CeeLo y éste con Danger Mouse el productor que para bien o para mal cambió a los Black Keys… su fórmula está en el disco, su huella se nota aunque su nombre no aparezca. Un buen disco este de Curtis, le agradezco el soplo.

  2. Buff…me pasa como a Niko, les vi hace dos años en el ARF y el bolo no ayudo a que cambiase de opinión…en todo caso a peor.
    Hoy toca disentir.
    Abrazo a ambos.

    1. Es que esa es otra Addison… Será megalómano el Corgan que teniendo su apreciable retahíla de temazos de sus golden years se obceca siempre en centrar los conciertos en "lo último" en más de 3/4's partes… Y está claro que, por muy fan se sea quien toque (yo no soy irredento de la banda, nadie se confunda, solo de este disco especialmente y en menor medida del de antes y el de después), es una formación que va clamorosamente a menos en su historia… y a pesar de que, ulteriormente en la historia, calamidades infumables (siempre para el menda) también multiplatino como muses y placebos se hayan lucrado lo indecible imitándoles hasta el peinao… En fin, abrazo guzzero.

  3. Nirvana de garrafón.Creo que llego la hora de que haga el sábado un post sobre Jeanette.La muchacha tiene algún 9…jejeje…Pero no me jode nada. Esto mola por lo punk que es poner un 9,3 a semejante coñazo cuya escucha puede dejarte turulato y con ganas de escuchar el Little Criminals de Randy 10 años seguidos..Anyway, qué no merecen un texto asi de bueno de Don Guzz, que s elo han encontrado.
    No ves como tienes que escuchar más novedades y no vivir solo de recuerdos de juventud? Abrazo y a sus pies.

    1. Bueno, y qué es nirvana sino la imitación más famosa de los sacrosantos Pixies… Jajaja, no me saque a Randy con estas mandangas, hombre (abusón !)… Estamos en nivel bocabits, no me saque un bellota veinte jotas !! Eso sí, como bocabits, no me arrepiento de la nota (ni que sea por el tema generacional que, adivinas fetén yes, pesa mucho aquí) y sigo pensando que este disco es cosa fina en lo suyo. Y, ojo primicia, si que escucho novedades (bastantes más de lo que el personal imagina, i guess) solo que a mi esto de ponerle nota a algo que todavía va en pañales… Para disfrutarlo en la inmediación, sí desde luego (me encantan los discos de este año de jovenzuelos como Proper Ornaments, Bearhug -sobretodo- o Blank Realm -etc.-), pero para puntuar… Qué respire algo el vinate en pos de una mínima perspectiva !. Además, forma todo ello parte del esquizoide "registro guzzero"… Qué será la semana que viene… ¿ El tercero de los Feelies, el cuarto de los Metallica, el "Mercy !" de Don Covay?. Suspense, intriga y dolor de barriga… Y abrazo Master Joserra !

    2. Hombre es que "is the answer" total, sí… Pero me juego mi colección del MacManus que una ambrosía como el "only life" de los Feelies tiene que ser plato de su gusto… fijo y refijo !

  4. Joder, la que ha liado usted Don Guzz… je je je… vamos a ver… a mi ya sabes que me la pela 300.000 si al respetable le gusta o no el Corgan… el calvo, o como se le quiera llamar… pero amigo… Los Golpeadores o Machacadores de Calabazas tienen 4 discos en los 90 antes de su caída a los infiernos muy buenos, y este es uno de esos.
    Fíjate que cuando hice hace año y medio una pinchada temática de los Smashing (joder lo que se aprende), de éste disco a parte de los temas que yo puse, me llovieron peticiones, desde luego dentro de los fans del grupo, a parte del Mellion Collie & The Infinite Sadness, es probablemente su disco bandera… con decirte que me pedían hasta Mayonaise… no te digo más.
    Su obra maestra para mi es el doble de 1995, le pese a quien le pese. Adore (un día te cuento una anécdota muy jugosa cuando nos veamos sobre este disco cuando salió) me costó pillarle el punto, pero mola mazo, aunque es otra cosa. Y el otro grande es The Machines of God, donde recuperaron a final de siglo el brío que nunca más han vuelto a tener, también por la deserción de la banda de la bajista que ahora da pena verla y el chinorris del guitarrista que era cosa fina.
    ¿La nota? Dentro de la discografía del grupo es de lo mejor, ahora… dentro de los 90 pongo otros discos delante.

    Abrazos truferos.

  5. Ahhh leches que se me olvidaba, luego está un disco que para mi es glorioso que es el de descartes de la primera época Gish-Siamese Dream, ese Pisces Iscariot, en cuya edición deluxe hacen versiones hasta de Neil Young, La Velvet e incluso Depeche Mode… guauuuu.
    Ese sonido de guitarras sucias de la primera época me parece glorioso.

    Más abrazos truferos y calabazeros.

    1. Es que aunque, se confiesa sin problema, de pocos discos tengo un recuerdo tan vivido en expectativas -y posterior disfrute- como con el Melloncolie (hasta los anuncios me traen buenos recuerdos "más de dos horas de música !", seguro te acuerdas), lo mio con "siamese" es casi fetichismo… Creo que es un disco especial que les pilla de dulce y en un nivel que nunca repetirán (por cohesión y temario) y, aunque (coincido) a día presente pondría unos cuantos bastantes por delante en su década, no me parece del todo justo aquí hacer pagar el todo por una parte (la animadversión a los excesos de músico y banda -de la que por suerte ambos no somos participes- en contrapunto al señor álbum que aquí tenemos). Después Corgan, cual napoleón del grunge, se autocoronará en la reencarnación final de Bach y Elvis juntos (con esas abusivas producciones y tal) pero estos Pumpkins primera época (que destacas en el segundo comment, yeah) no me parecen poca cosa, no… Cherub rock de pumpkin !!

      Abrazo guzzero Mr. Truffle !

    2. Aclaro Don Guzz, yo el que si que pondría como uno de los mejores discos de los 90 es el Mellion Collie… sin dudarlo, a mi ese disco que marcó, me lo ponía a todas horas… joder en esa pinchada que te comentaba (antológica, si llegas a venir la agarramos gorda) me pedían temas como Muzzle o X.Y.U… buahhh que gozada tron.

      P.D.: La versión de Depeche Mode está en el segundo cd de éste Siamese dream, me he colado antes.

      More abrazos truferos y calabazeros.

    3. Es que "muzzle" es la puta caña Mr. Truffle ! ("I'm fear that i'm ordinary", si no has gritado eso alguna vez no conoces la "magia pumpkin", coño)… Y que te pidan un tema tan incendiario como "X.Y.U" es la evidencia de cuanto calaron este personal en su apogeo… Recuerdo haber leido como se referían al "melloncolie" como "el blanco" del grunge y, distancias por salvar al margen, un bastante de eso hay… un cajón de sastre donde de todo hay… Yo insisto que me sobra un tercio o aprox. pero aún así me queda un disco de 18-20 canciones que… joder compadre !

      Más abrazo guzzero sin butterfly wings (que sería una moñez) Mr. Truffle, pero abrazo al fin !!

    4. Jaja, qué grande Savoy cerrando persianas con "fuck you" tras lo idílico del "believe in me as…" y demás de tonight ! (¿esto fue un momento de inspiración o ya estaba estudiado?… "si si muy bonito todo, pero ahora os marcháis con esto encima, hale"… Tremendo !)

    5. Guzz hermano aquello fue glorioso… la peña sintiendo las guitarras furiosas de los calabazeros… y ojo yo siempre improviso… pero con Fuck you acababa por mis santos cojones… glorioso. Me agarré un buen pedal y salí super contento, con la peña felicitando al Dj… bueno de correrse.

      Abrazos.

  6. A mí me parece un muy buen disco. Menos pulido que el Mellon Collie y con una retahíla de bombazos impresionantes. Está claro que les vino muy bien el auge de Seattle. Pero no vislumbrar la calidad de Iha, Corgan, D Arcy y Chamberlain aquí es una incuria.

    1. Tal cual Sr. Palahniuk. Después, insisto que siempre en mi opinión, se pierden en sobreproducciones (de hecho ya al famoso doble, que me se de memoria hasta el código de barras, le suelo quitar unas 10 canciones que me chirrían por lo excesivo) pero que aquí están de miedo y nada sobra (tan siquiera esa "sweet sweet" que es la ñoñería total) es puro perogrullo… No hay sino revisar los directos de la época (esas versiones electrificadas de "disarm" o la lectura kamikaze de "quiet" que solían hacer son el tocarse, mismamente), caray. Y abrazo guzzero.

  7. Reconozco el gran postarro, pero la nota me parece una salvajada, siempre claro, desde mi perspectiva que la voz de este hombre siempre me produjo espeasmos estomacales. Y mira que en su día lo escuché "i just to be a little boooy, so poor in my shoes…." esa es buena si. Saludos

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