Críticas Discos Especiales

«…llevó la expresión artística a niveles de realismo pocas veces visto, arriesgó y se dió de bruces contra la incomprensión de unos años 70 que asomaban desinhibidos y trufados de excelsos trabajos de rock…»

Con la marcha de Lou Reed surge la fuerte necesidad de ordenar mentalmente sus discos, encontrarse con el nycman cara a cara en sus diferentes facetas, se le echa de menos. No podría decidir la primera posición y ya sé e imagino que disco copa el primer puesto en toda lista que se precie, aún así considero Berlin su disco más trabajado y el más compacto, artísticamente valiente y diferente a cualquier cosa que pudiera esperarse de él teniendo en cuenta su bagaje, tanto en la Velvet, como por el precedente tan pontente a nivel comercial como fue y sigue siendo Transformer.

Me fascinan sobremanera los discos de intensidad lírica descomunal, discos difíciles que miran hacia lugares donde no es nada fácil mirar, a nadie le gusta sentirse mal pero en ocasiones estos ejercicios de espeleología emocional pueden conseguir que nos enfrentemos a ciertos miedos que aunque sólo parecen existir en el contexto de los versos, descubren los rincones oscuros de cada cuál y nos acerca a nuestros propios límites, y Lou Reed en eso siempre fue un maestro de maestros. Entendió el rock como un vehículo lírico muy potente con posibilidades expresivas infinitas, hizo algo similar a lo que hizo Dylan dando otra dimensión al rock, e introdujo sentimientos y emociones que hasta ese momento eran ciertamente tabú, superando con creces el estigma juvenil y musico-festivo al que siempre se había adscrito la música en los 60.

Odió en sus canciones, e intensificó la angustia existencial y la desesperación hasta niveles nunca vistos, nos hizo sentir la violencia de las calles, también la de género antes de que nadie se atreviera, y el amor nunca entendió de sexos, ni tuvo barreras de ninguna clase, además hizo de la marginación un espacio vital tan digno como la normalidad, y habló de la droga sin complejos más como un acto de expresión realista que por simple apología, lástima que muchos jóvenes de la movida no lo entedieran así.

El plantel en este disco es de auténtico lujo, tenemos a Steve Hunter, a Jack Bruce, a Steve Winwood y al gran Aynsley Dunbar, hasta los hermanos Brecker aportando ese punto de calidad a los vientos, y con la inestimable mano en los arreglos Bob Ezrin, quien supo canalizar el estado anímico de Lou Reed después de su desastrosa relación con Bettye Kronstadt. Orquestaciones, pero nada ampulosas y en su justa medida, piano jazz arrastrado y melancólico, music hall gótico, arrastra trazas del glam del Transfomer, y como en aquel Lou Reed aporta sus canciones y centra su labor en la interpretación con un resultado excelent.
Para nada empaña el disco el hecho de que muchas de las canciones fueran de la época con la Velvet Underground, desde Berlin, la canción que da título al disco y que ya apareció en su debut en solitario, aquí con un simple arreglo para piano, perfecta para introducirte en la historia partiendo de una fiesta de aniversario y abriendo la puerta a una cotidianidad desgarradora, Lady Day tiene unos arreglos exquisitos, orquestada al detalle, perfectamente podría pertenecer a su anterior disco, y Men of Good Fortune muestra el camino futuro del Reed más básico y reflexivo, según parece fue de las primeras canciones que tocó la Velvet en directo hacia 1966, algo que sólo los archivos de Warhol pueden atestiguar. Al igual que Oh Jim, aires siniestros que se adelantaban a su época, armada a partir de la demo Oh Gin de la Velvet. Y Caroline Says(II) fue reescrita a partir Stephanie Says, aparecida en bootlegs y algún recopilatorio, también Sad Song procede de otra demo de la Velvet, aquí con las lyrics modificadas en casi su totalidad. Es evidente que esta obra conceptual se alimenta de su etapa clásica, algo perfectamente respetable y que no resta ni un ápice de interés a cada una de las canciones.

En Berlin también hay espacio para momentos de pura delicia rock y glammer como How Do You Think It Feels, el solo de guitarra es para enmarcar, una de las que metería en mi top ten de canciones de Reed, la primera parte de Caroline Says(I) no se queda atrás. La parte central del disco, junto a Oh Jim, es la parte más guitarrera, Steve Hunter suena brutal acompañado por la sección de vientos, canción con cambio de ritmo hacia una parte más acústica y que da paso a las últimas cuatro canciones, la archiconocida Caroline Says (II), la devastadora The Kids, con un punto de emotividad añadida con el llanto de un niño, da paso al climax de The Bed, desenlace fatal, el colmo del optimismo «That it’d end this way but funny thing I’m not at all sad«, no lo digo a modo cínico, más como mi admiración hacia Reed demostrando una empatía total con alguien atrapado que sólo es capaz de ver una única salida, y finalizada con la voz espectral del espíritu que se aleja, quien sabe si liberada, hiela la sangre. Cierra Sad Song con orquestaciones con cadencia optimista, pese a su título, en estos versos uno puede hallar cierta esperanza dentro de toda esta historia de sentimientos encontrados.

En su búsqueda y a través de sus discos, Lou Reed dió siempre voz a los desamparados, a las últimas oportunidades y a la soledad profunda, en Berlin especialmente como nunca antes lo había hecho y como pocas veces haría después logró dar con la esperanza después de la desesperación y más allá de la muerte entendida como un nuevo y luminoso principio, y no dejando que los trapos sucios de la sociedad «civilizada» fueran barreras que impideran expresar ese punto de vista que la mayor parte de las veces nos resulta tan lejano y diferente a lo que nos encontramos en nuestro día a día.

En su momento este disco fue como un gran agujero negro que a punto estuvo de engullir a Lou Reed, arriesgó en su afán por llevar la expresión artística y lírica a niveles pocas veces visto en la historia del rock,  desestimó la nueva propuesta de Bowie y el maquillaje glam que hubiera supuesto uno nuevo éxito, y se dió de bruces contra la incomprensión de unos años 70 que asomaban desinhibidos y trufados de excelsos trabajos de rock, hasta el punto de impedir su presentación en directo, vilipendiado por propios y extraños, estas canciones incluso llegaron a ser prueba circunstancial en un litigio en el cual se pretendía quitar la potestad sobre su obra presente y futura.

Pero el tiempo le dió la razón, incluso orquestó la mejor de las venganzas con la edición en 2008 de Berlin: Live at St. Ann’s Warehouse y su consiguiente gira, reuniendo de nuevo para la ocasión a Steve Hunter y Bob Ezrin en la fiesta definitiva que reconcilió al mundo con uno de tantos discos malditos de su discografía. Magistral.

Por Chals
Estilizado y mejorado de On The Route

Lou Reed – Berlin (1973) 9,5/10

1.- Berlin / 2.- Lady Day / 3.- Men Of Good Fortune / 4.- Caroline Says I / 5.- How Do You Thinks It Feels / 6.- Oh Jim / 7.- Caroline Says II / 8.- The Kids / 9.- The Bed / 10.- Sad Song


5 comentarios

  1. "…Unos años 70 que asomaban desinhibidos y trufados de excelsos trabajos de rock… " cuanto tienen que ver las trufas en
    los grandes discos del rock and roll.
    Primordial disco Berlin, probablemente el más profundo en letras y el más complejo a su vez de entender, pero
    referencia indiscutible para entender a Lou.

    Abrazos truferos.

  2. Estoy con Savoy , sin Berlín Lou Reed está incompleto , vital y artísticamente ; yo venía de la Velvet y aun sigo yendo , pero Berlín es todavía un enigma ; para uno , un disco totem ; recuerdos adolescentes en que todavía me debatía entre el vicio y la virtud , con Berlín me quedé con aquel ; de los pocos que me sé de memoria y que tengo tan interiorizados .
    Gran entrada Chals ; y preciso y certero comentario el de Savoy

  3. Obra maestra sin discusion, oscuro y denso, doloroso y realista de fuego y hielo, una obra sobrecogedora inmejorablemente tratada en esta reseña.
    Saludos.

  4. Para mí uno de los discos más sobrecogedores que he escuchado.Estos discos tan difíciles como mencionas en el texto son los que elevan a lo más alto a sus creadores. Abraçada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos que te pueden interesar