Críticas Discos

La megalomanía y el mesianismo no son para nada epítetos prestos al aplauso, está claro. Y si se juntan las dos cosas al unísono pues, obvio, «ya pa qué»… Pasa que el mundo este del rocanrol no es impermeable (tampoco él) a aristas y excepciones, más o menos sonadas (lo máximo, en verdad y por cierto, para el caso que hoy nos ocupa), y -en efecto, cómo no- muuuuy de vez en cuando aparece algun/a hijo/a de la grandísima puta que te hace pensar lo de: «bueno, ok, ya le vale, pero ok…», pues tal és y resulta su contundente y abusivo talento guste o no de ver. La tozudez de lo evidente, sin más. Siguiendo desde ahí, y para rematar este primer  párrafo, basta reparar en la chocarrada tan gratuita como rotunda de que si ahora mismo teclean uds la palabra «príncipe» en inglés en google, bastante antes de aparecer cualquier referencia a heredero monárquico -real o inventado- que valga, tienen tropecientas y una entradas de/sobre Prince Rogers Nelson. Ya el paroxismo postrero, el culmen, fue lo del símbolo (su -impronunciable- cruz cristiana en funky mode!), sí… la madre que lo parió… Pero claro su name is Prince, y the one and only además… qué le vamos a hacer, pues ole sus huevos colganderos y viva la que lo parió, de paso y faltaría.
Recuerdo ahora que en aquel posteo sobre el sublime «Talking book» del tito Stevie, de hace un tiempo en esta casa, venía a explicar que -para mí- ni siquiera el mismísimo Prince le aguantaba el tirón a esos discos de seguidilla setenteros del famoso e invidente genio pero, muchos  ojos, dicho ello solo queda admitir/aclarar, y sin boca pequeña que medie, que -e igualmente para humilde servidor- negar la grandeza, el indiscutible figurar en el mayor de los panteones de la historia del medio, al pequeño/gran genio de Minneapolis es, definitivamente, hacer un mucho el ridículo por la curra…Ya no entramos en que sabe tocar más de treinta instrumentos, su «niñoprodigismo» galopante (virtuoso hijo de virtuosos, en verdad), sus casi cuarenta años de carrera donde cabe sino todo poco menos… Y aparcamos también, por supuesto y para no eternizar, que como guitarrista le tosen casi nadie y después ninguno, que supo solapar su talento por encima de unas producciones muy deudoras de una década cuanto menos controvertida en esa dirección, o que hasta el más purista y tocacojones de los exigentes seguidores añejos del «rocanrol way of life» han tenido que bajarse la pantalonada (más tarde o más temprano, pero sin falta) con el Prince este de marras (pones perspectiva de la historia, ta das cuen de lo que ha hecho, y: «vale joder, si que es de los grandes, sí»… no falla)… Nos saltamos igualmente el anecdotario más amarillista del contencioso con la Warner, su noria de grupos acompañantes y proyectos paralelos mil, y hasta nos saltamos (cómo no) el que se haya follado hasta al canario…Y lo hacemos, el pasar por encima de tantas cosas,  porque al final lo que queda es la obra y con este príncipe del funky que es mucho más que funky sin dejar de serlo (y aquí tiene el galimatías soplagaitas del mes el que lleve la cuenta) nos encontramos en que hasta en la más cicatera, amarrategui y roñosa de las cuentas este hombre tiene al menos tres tótems, tres masterpieces, de letras doradas, cursiva y hasta doble subrayado en la historia rocanrolera ella toda: «1999», «Purple Rain» y este «Sign’o’The Times» de hoy… Que se nos acaba la canela fina con solo la mitad de cualquiera de ellos, desde luego. Y admito, sin reserva a valer, que soy un tanto veleta a la hora de quedarme con uno concreto de esa fabulosa e indispensable triada ochentera de nuestro prota de hoy… El primero es el que más veces he escuchado (lo ponía mi tete a todas horas en aquellos mid-80’s) y al que más cariño le tengo por defecto; el segundo es la síntesis, la concreción de un talento inimitable y necesario perse hecha discazo… Sin embargo, miren, me quedo con el tercero para esta primera intrusión del músico/genio en el Exile. Razón:   es el vademécum definitivo del artista (todo «lo de Prince» aparece aquí de una u otra manera), es su obra más ambiciosa (o la que mejor ha resultado dentro del grupúsculo de sus obras más ambiciosas, puestos a puntillear) y, por qué no, la que creo debe recomendarse a cualquiera que nunca se haya atrevido a zambullirse, por un u otro motivo y  como procede, en la carrera de tan magnífico artista. Sin más, porque de este tipo se pueden poner cosas hasta el mes que viene (basta referir, por ejemplo, el muy apreciable número de otros discos que no veo como bajarle del notable ni intentándolo adrede… ceñirse a esos tres, y aún contradiciéndome según la lectura que se quiera hacer con lo arriba explicado del glorioso hat-trick, resulta una más que inefable cagada en mis cuentas… y por decirlo suave), vamos con esta barbaridad de doble discazo en cuestión.
Aunque, al tanto, en esta ocasión me pongo el modo turbo y ventilo rápido el tracklist (cosa que, según me calza -no es nuevo-,  suelo aprovechar con estos «discos de isla desierta» que a veces caen, y en aras de lo conocido y reconocido del tema). Ya puestos, me parece que hacer un song by song de las dieciséis perlas aquí embutidas resulta(ría) algo bastante cansino… El gran triunfo de «Sign» es sin duda su orgullosa heterogeneidad de palos a tocar, y se nota (y se procura mucho que se note, para quien lo quiera entender). No olvidemos que, y esto o similar tampoco es nuevo por la parte que toca a la historia de los grandes discos del rocanrol, el disco es parido desde las cenizas de tres proyectos caidos previamente y, por ello, es (por decirlo de alguna manera) un recoger las mejores frutas de varios árboles caidos a fin que el cesto quede perfecto para el modelo del bodegón. Así, quién sabe si mosqueado porque la película que fue de la mano con «Parade» no le gustó ni a su abuela (aunque el disco déjalo ir, y por mucho que fuera a la postre un partir peras con sus Revolution) o porque el personal no pilló el rollo al notable y anterior «Around the world…», Prince (aunque con no pocas y esporádicas colaboraciones en estudio) se marca un «produced, arranged, composed and performed» que para Cristo el caldo tres tazas y que, de paso, funcionó cual capón budspenceriano para con todo aquel que ya venía metiendo heces con que lo de la «Purple» ya no se iba a repetir again de ninguna de las maneras y tal… ¿Canciones?. Buenísimas, estaríamos buenos (que son clásicos que se dice en no pocos casos), y de todos los colores y sabores a elegir. La extraña adicción conseguida por el famoso y contenido tema inicial con bajazo conductor que te engancha de primeras y que ya la tenemos liada, la alegría por la alegría de «Starfish and coffee» que hace bailar la chatunga hasta a los zombies del Walking Dead, la bonitez desmedida de la locura «Slow love», el hitazo «Play in the sunshine» de la que ya ni comento porque la radiaron hasta en Mordor, el marchamo marciano de «Ballad of Dorothy Parker» que te funde souledades con bossanovas con una majestuosidad y naturalidad que asusta, «Hot thing» que es la evolución natural de lo ya conocido del disco del 82 y, no quepa duda, mucho (pero mucho) más, y aún sin salir del primer disco… Eso sí, por si acaso, el cabrito se reserva para el segundo el brutal crescendo con remache guitarril de «The cross», la emblemática «I could never take the place oy your man» (otro de los cinco singles extraidos del álbum y la elegida para la gloria en última instancia de tan suculento  lote para quien suscribe) o la tan cojonuda «Strange relationship» y su engañosa ligereza rematando con (entre algunas otras nuevamente) esa jam en directo con los aquí ya extintos Revolution de «It’s gonna be a beautiful night» casi al cierre… Todo de fetén para arriba, en resumen y cómo no (y que no vean que cosazas me prive de mentar por ahí en medio)… Y puestos a resumir, ya al cierre, solo queda recomendar este classic albumazo beluguiense una y mil veces (y por innecesario u obvio que resulte, se admite -aunque esto va dirigido a los pocos escépticos mayormente, que de todo hay-) hasta a las musarañas no sin antes recordar, por última vez, que su nombre es Prince, y the one and only además… A decir verdad, que como es el final ya me sincero y atrevo del todo, opino que la carencia de este disco en cualquier discoteca que se precie debiera ser penado constitucionalmente de una u otra manera. Ahi queda… The croooss, la que lo parió, ya lo dije antes, sí…
Prince – «Sign’☮’ The Times» (1987) : 10/10
01. «Sign ‘o’ the Times»/ 02. «Play in the Sunshine»/ 03. «Housequake»/ 04. «The Ballad of Dorothy Parker»/ 05. «It»/ 06. «Starfish and Coffee»/ 07. «Slow Love»/ 08. «Hot Thing»/ 09. «Forever in My Life»/ 10. «U Got the Look»/ 11. «If I Was Your Girlfriend»/ 12. «Strange Relationship»/ 13. «I Could Never Take the Place of Your Man»/ 14. «The Cross» / 15. «It’s Gonna Be a Beautiful Night» / 16. «Adore».

Por Guzz


18 comentarios

  1. Absolutamente de acuerdo contigo, Guzz. Una obra maestra absoluta de un artista genial. Lo de la guitarra lo pude comprobar viendo a Prince en directo en los noventa: ¡cómo la toca!

    Un abrazo.

    1. Afortunado Gonzalo ! Recuerdo que la primera vez que tomé conciencia de lo enorme en realidad de este artista fue a finales ochenteros, en un concierto de La2 que me encontré por casualidad… El tio salía solo en un escenario enorme con la guitarra en ristre y hasta se ponía a jugar al baloncesto a lo globbertrotter por ahí en medio… Yo estaba en plena efervescencia del jevi guarro y esto me lo desestructuró todo de golpe ("qué cabrón", pensé para mis adentros… y ahí seguimos). Deliriouso, desde luego. Y abrazo guzzero.

  2. Que puedo decir de este disco Guzz….Uno de mis Top 10 de toda la historia. Me lo sé de memoria y Prince no es solo un genio. Para mi es un semi-dios.

    El mejor album de los 80. Es increible la cantidad de buena música que contiene y de tantos estilos diferentes. Buena noticia que rescateis a Prince!!

    Debilidad personal: The Ballad of Dorothy Parker. 🙂

    1. Conocía el texto, faltaría. Lo de genio o semi-dios lo abogo a cuestiones semánticas y lo dejo en que, para mí, es "uno de los grandes de los de verdad" (pese a quien lo haga y sin más), con el añadido que su talento es tan descomunal que asciende sobre las consideraciones habituales sobre aquellas "producciones-tipo" de su década de mayor esplendor (las canciones son las que son por mucho que se quiera malmeter). Eso sí, siempre me ha parecido "signs" un disco especialmente limado y con un sonido (curiosamente o no) especialmente limpio, que logra hacer destacar todavía más lo tremendo de sus composiciones. "The ballad…" es de traca ni qué decir (me parece además un claro guiño -que no el único en el disco- al también bombástico álbum del símbolo ya en los primeros 90). Abrazo guzzero, Mansion.

  3. Uno de los diez mejores discos de la historia de la música. arriesgado y popular. este es un disco que merecería una box set en condiciones pues rarezas las hay a porrillo y magnificas. Creo que se haría una bonita cajita de hasta mas de 10 cds. Asi por si alguien lo quiere en su día algún fan loco me remitio lo siguiente SIGN OF THE TIMES EXPANDED conteniendo cd1 sign of the times, cd2 b sides and rarities cd3 el famoso disco pirata dream factory ( primer esbozo del sign ) cd4 el otro pirata en estudio de la epoca CAMILLE cd5 black album cd6 y cd7 outtakes varios de la epoca Luego otro llamado sign of the times movie 3cds con conciertos de esa gira incluyendo el de la peli. asi que si alguien es muy fan del disco ya sabe mandeme email

    1. Recoñe Bernardo que eso es un trailer-list que no menaremente set… me lo apunto mucho, desde luego. Y más a sabiendas como se las gastaba entonces el pollastre (o mejor dicho el temario que tocaba pasear -que este nació genio y morira idem-). Coincido con eso de uno de los grandes álbumes sin duda a caber… Arriesgado y comiéndose el mundo, con un par que se dice pero, VITAL, también con CANCIONES (que es lo que realmente cuenta más allá de sonidos o tendencias determinados rendidos a la mode/época que toque). Abrazo guzzero.

  4. que placer leer una entrada de Prince… y del Sign of the times… yo no sabría elegir uno solo de él aunque el mas compacto y rockero Purple Rain sería mi favorito,,, y Parade como un gusto personal…

    discazo de principio a final, biblia negra del funk moderno, si tengo que elegir una canción, esa ni la nombraste! la mántrica y extraña If I was your girlfriend…

    somo varios fans de Prince eh!

    Pop life…

    1. Y no poco pleasure es también escribirlo Mr. JLO , que Prince es de esas cosas tan adheridas que salen del tirón y sin estrujarse mucho los cuernos (y disfrutando del proceso, faltaría). Y tremenda también "If I was your girlfriend" y ese rollo ambiguo que se gasta, de acuerdo estamos. Guzzero abrazo.

  5. Por cierto, aprovecho para comentar que (por si acaso a alguien se le escapó) a finales de este mes salen dos discos de "the artist". Uno en comándita que a priori me pasaré por el arco del triunfo así de primeras (ya veremos si le doy cabida más adelante) y otro, ese si que si. como diox manda titulado "Art official age"… Como le salga otro "3121" yo ya me doy con un canto o varios, tampoco pido más aunque tampoco pido poco, ojo.

    1. Tomo nota, y en base a ello le prestaré atención antes de lo previsto pues, pero como estoy a ciegas con ambos dos, insisto, me tira más de primeras el firmado por él solateras… Mitómano es uno, qué se le va a hacer y aunque después me arrepienta de ello y me gane el consabido "te lo dije"…

  6. En efectivo, Prince fue un genio -¿lo sigue siendo?- y nadie puede discutirlo. Gusten o no gusten su estilo, su música o sus proverbiales salidas de tono -no musical-.

    Recuerdo haber grabado el concierto en directo en los dichosos tiempos del inicio de 'las privadas' y el impacto personal que me causó 'The Cross'. Hoy, cuando alguna vez enchufo la videoK7 y repaso aquellas viejas grabaciones, sigo emocionándome con aquella versión.

  7. Sí que es un genio todavía, sí. Que, amén de algún que otro discazo que no se promociono como debiere por sus rollos esos raros con la industria y es la bomba, de vez en cuando aparece en alguna chirigota de estas de celebrities del rocanrol (con tres mil músicos en el escenario… todo a lo grande, como les gusta a los yanquis) y se quedan todos con cara de alelaos cuando le toca su performance… "The cross" es un gigante de canción, top-3 (sino 2) del disco sin duda a caber para mi. Saludos guzzeros !

  8. Años diciendo que este era el mejor disco de la historia y todo eso … hoy si soy sincero no lo pienso asi. Aunque seguro que estaria en un top-20 o algo asi. Prince por genio y por megalomano y por engreido y por bueno ha caido siempre mal. Siempre me ha dado esa impresion. La gente se suele asustar ante el talento y el yo hago lo que me da la gana. De todas maneras debo admitir que nunca consegui entrar en the new power generation y el chunda chunda posterior y eso me hizo perder interes en su carrera. Hasta Diamonds & Pearls ahi estuve … Y si, como guitarrista no tiene precio. Nunca vi nada igual. Saludos

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