Críticas Discos Especiales

«Lo nuestro fue como la explosión de un volcán. Estuvimos durante años en L.A. sin comernos una mierda, y en cuestión de meses éramos la banda más popular del mundo entero, todo el mundo nos quería conocer, todo el mundo nos seguía a todas partes. Empezó a llegar el dinero… las drogas llegaron con facilidad…» Izzy Stradlin

Poco puedo contar de Guns n ‘Roses que no se haya dicho ya, o no. Hay quienes afirman de manera tajante que es la última gran banda del rock, una afirmación que me resulta muy atrevida más allá del fanatismo o de unas miras en ángulo no muy abierto, no tienen una trayectoria tal, no la hay, eso sí, si nos referimos al «sexo, drogas y rock’n’roll» en el sentido clásico y rolling stone de la frase si que son una de las últimas bandas que ha vivido el rock como en los 70, despiporre, con faldas y a loco, y la cartera llena, así podría aceptarlo a regañadientes, pero a nivel artístico ni de coña, ahí tenemos a unos Black Crowes sin mácula en su discografía y que lo merecerían mucho más, hasta meto a REM por delante. Eso sí, si hablamos de discos clásicos del rock, este disco lo es como el que más porque lo tiene, sigue sonando peligroso y excitante, y eso con la perspectiva que dan los años y el largo bagaje musical (de cada cual) es mucho para un disco.
Así que aquí tenemos Appetite For Destruction empezando por la portada que lució durante dos semanas antes de que fuera censurada, cosas de la doble moral, en las calles de Los Ángeles reinaba la corrupción y la violencia era permitida a todas luces, pero en cambio era motivo de escándalo que un grupo de rock expresara ese sentimiento en la portada de su disco. La portada posterior, la de la cruz y las calaveras sería por defecto la que daría a conocer el disco al gran público. 

Tuve la suerte de vivir aquel momento a la edad conveniente, sólo son recuerdos, lo sé, pero estoy convencido de que algo parecido debieron sentir los jóvenes que vivieron en sus carnes cuando el punk puso el negocio patas arriba. En mi caso, en aquella época fuí de los millones de chavales que se rindió al fenómeno socio-rebelde-mediático-musical, un imberbe cualquiera listo para experimentar en sus carnes la rebeldía hormonal armado con este disco, perfecto aliado para reafirmarse contra la corrección, según los cronistas el rock’n’roll volvía al camino de los descarriados. Aunque otro aspecto importante y a recalcar es que su música además te llevaba hacia otros nombres de interés, desconocidos para el neófito en estas lides musicales, por edad más que otra cosa, con sus dos volúmenes de la Ilusión lo hacían de manera más transparente pués entre versiones de Paul McCartney y Dylan, sonaban a los Stones y encima eran capaces de mantener su instinto asesino.

Los hechos se sucedieron a una velocidad difícilmente asimilable para cualquier grupo, y la leyenda urbana cumplía además demasiadas premisas ya vistas anteriormente como para creerse de primeras que eran tan peligrosos como sonaban. Puede que el sr.David Geffen tuviera bastante que ver, como Malcolm McLaren lo tuvo para los Pistols, sabía sacarle los dividendos a la rebeldía generacional y la gracia para elegir a los kamikazes apropiados (años despúes hizo lo propio con Nirvana). A mi siempre me quedó la pregunta, pese a la contrastada calidad de este disco, de hasta que punto aquello fue real o simplemente correspondía a una artimaña discográfica y de prensa especializada, con sus consiguientes e impresionantes campañas de promoción de mucha pose y poco detrás, Mtv mediante, algo muy típico del rock de los 80 (mainstream, no independiente) que utilizaba la pose dura y violenta como parte del pack de grupo de rock duro.
yonkis en acción

Pero releyendo todo lo que tengo de la época, libro incluido, y escuchando de nuevo esta maravilla me inclino a pensar que allí paso de todo, y al menos en cuanto a actitud y en lo referente a la musica había poco de impostado. La violencia de sus relaciones, sus capítulos con las drogas, y ese choque constante contra el mundo eran reales, era su vida diaria. Recuerdo un reprotaje en tv en el que enseñaban sus posaderas desde las ventanas de desembarque del aeropuerto, otra noticia en la que el presidente de Argentina recomendaba a los jóvenes de su país que no escucharan la música de esos delincuentes… realmente estaban viviendo el rock’n’roll hasta las últimas consecuencias.

Además, cada movimiento fue aprovechado por todos los actores en la función, desde los críticos que los veían como la típica banda generacional con actitud de pataleta juvenil y pose falsa, pasando por las asociaciones de amas de casa que se indignaban con su lenguaje barriobajero al tiempo que iban estampando las etiquetas de «parental advisor explicit content» por doquier, y hasta los aduladores en nómina de fanzines de renombre que no cuestionaban ni uno sólo de sus postulados musicales y que provocaron (hasta nuestros días) una verdadera tormenta de seguidores obsesivos con poca cultura musical pero con suficiente espacio en sus habitaciones para sus posters (los posters de los gunners lucían muy bien) y en el armario para sus camisetas (fue la primera que tuve de un grupo, aun la tengo). Finalmente estaban los críticos que de manera más razonada si que veían en ellos la regeneración del viejo rock’n’roll pero sin afirmaciones tajantes, atrás quedaron Led Zeppelin y los Rolling Stones, ¿que les iban a contar?. Todo confluyó en un mismo punto y durante un espacio de tiempo bien corto.

Pero la historia de Guns n’Roses es también la historia de L.A, y por extensión de una clase media-baja que tocaba fondo. Los Angeles era una ciudad en decadencia, tumulto variopinto y peligroso dominado por la violencia entre bandas y el tráfico de drogas, y como reflejo de toda esa tensión campaban a sus anchas especies urbanas como Hanoi Rocks, Mötley Crüe, L.A. Guns…las rockstars llenaban los tabloides musicales a golpe de sensacionalismo, y su música era la banda sonora de un hervidero a punto de estallar tal que una auténtica Sodoma de los 80, como cantaban los gunners, una auténtica jungla. Como miles de jóvenes en cientos de bandas, el ansia por conquistar el éxito al estilo años 70 y a toda costa, permitía cierta promiscuidad entre los grupos, hoy estabas en esta banda y mañana probabas en la otra, en un abrir y cerrar de ojos podías pasar de los bajos fondos y la casi indigencia, a las actuaciones espontáneas en los callejones cercanos a Hollywood Boulevard y los garitos del Sunset. Y entre los rebotes entre bandas,  Road Crew, Hollywood Rose, L.A. Guns, y que las ocasiones que las pintan calvas ante la posibilidad de un bolo, nacieron Guns n’Roses.

Por tanto y muy importante, esa idea que nos quedó de una banda fragmentada por el éxito y los excesos no es cierta, los problemas internos existieron desde el principio pues formaba parte de su misma forma de ser y constituía uno de los puntales de su música, estaban destinados a quemarse desde el mismo momento que se subieron a un escenario bajo ese nombre, en este disco en concreto pueden oirse los chasquidos de la leña empezando a arder.

Cuando el volcán estalló, dejaron las botellas de Nigh Train y de la noche a la mañana se convirtieron en el mejor anuncio de Jack Daniels. El Appetite se comió a todos sus contemporáneos, incluso a quienes ya llevaban bastante tiempo en una posición cómoda como vanguardia del rock. Tocaron el olimpo rockero por poco tiempo y dejaron una huella imborrable. Aquel breve e intenso triunfo de Guns n’Roses fue también el triunfo del rock en su sentido más primitivo como reflejo del descontento de una sociedad con pocas escapatorias y unos valores morales en desuso, con comunidades enteras en el paro, con una total falta de objetivos, era la vida en las calles y la violencia callejera, era el mismo rock que décadas atrás irrumpía con la rebeldía como modelo de vida al margen de lo bien-visto, cumplía de nuevo su función principal esquivando las reglas del juego, de manera natural y sin pretenderlo, y reflejaron todas esas angustias en los escenarios hasta sus últimas consecuencias.

Y mientras los Guns n’Roses buscaban su sitio, entre tensiones internas y en constante peligro de desintegración, fueron la perfecta coartada para todos los que necesitamos en cierto momento de una ventana que no fuera de cartón piedra por la que escapar. Su música sonaba novedosa, miles de comentaristas no acababan de situar si tiraban más hacia el hard-rock, hacia el punk, o incluso al sleazy. Dejémoslo en rock a secas, partieron de los clásicos, e inducidos por la urgencia actualizaron el rock’n’roll para todos los jóvenes que de lejos habíamos oído hablar del punk o de Led Zeppelin, en su momento incluso algun insensato les dió el título de dignos sucesores de los Rolling Stones. Digamos que fue un disco generacional, el final y el principio de otra cosa, y puede que la última vez que el rock ensució de verdad las listas de ventas de todo el planeta desde los Sex Pistols.

En poco tiempo les estalló en las narices, estaba escrito, nunca sabías si te encontrabas ante el final de la banda o quizás en un nuevo principio, todo para alegría de reporteros que gastaban litros de tinta hablando sobre infancias difíciles e historias de sexo y drogas. Y no tardaron en ser blanco de la satanización por parte de los fundamentalista del rock que esperaban el tropiezo con ansia, con el consiguiente ostracismo de la prensa más especializada, algo normal y ayudado todo sea dicho por los desvaríos de su cantante y el cese de dos de los componentes originales. Izzy, el más grande, queda dicho, para mí el punto de inflexión hacia el desastre.

Ah!… las canciones. Tenemos las siempre archiconocidas, Welcome To The Jungle es una buena crónica de introducción a la L.A. de finales de los 80 arrasada por las políticas anti-sociales de los neo liberales, despiporre, trapicheos y promiscuidad en estado de casi indigencia… su targeta de presentación, otra de las arquetípicas ha sido siempre el adictivo Paradise City con sabor a improvisación y a jam (hacia el final), y el popular medio tiempo Sweet Child O’Mine, aun presente a día de hoy en las kisesefemes y con el riff que más aprendices de guitarra han intentado después del Stairway To Heaven, también la ñoña Think About You parece acercarles al lado pop que explotarían en sus discos posteriores. Del You’re Crazy me quedaría con la versión de Lies, le sienta más que bien esa mirada al blues clásico. It’s So Easy  tiene el empuje punk de Duff, pocas veces reconocido, con la intro esperas que estalle un Anarchy in the Uk. Pero es la mano de Izzy, mi gunner preferido ever, quien otorga a mi entender una de las grandes bazas de este disco con su visión rolling stone del hard rock, para mí uno de los grandes logros de este disco y que queda perfecto en Nightrain, nombre de la marca de vino barato que sirve de metáfora a sus inicios, esta letra en boca de los Pogues no quedaría tampoco mal, una de mis preferidas.  

Out Ta Get Me nos lleva al hard-rock más clásico y no es de extrañar que se comieran con patatas y de un plumazo a toda la caterva de bandas angelinas aspirantes al título, actitud socarrona en una reafirmación en toda regla contra todas las alimañas que rodeaban la farándula angelina, posteriormente más explícito en Get In The Ring. Los personajes en este disco fluyen como imágenes concretas y sin lijar, como arrancadas de la realidad, al menos no veo a Axl con una invetiva tal como para sacarse a My Michelle de su imaginación. Las drogas no podían faltar en este lienzo y se materializa en Mr.Brownstone, un riff tan glam como clásico, otro de los grandes momentos musicales del disco que pone de manifiesto el peligro de ciertas adicciones. Cierra el disco Anything Goes y Roquet Queen, crónicas de su día a día lujurioso y macarra, compañeras de It’s So Easy. Y queda la sensación de haber asistido en primera fila a un acto tan crudo y peligroso como ser ultrajado en un callejón oscuro de L.A.

De no haber grabado este disco, estos músicos seguramente hubieran acabado tirados en un oscuro callejón víctimas de una sobredosis o de una trifulca entre camellos de poca monta. Y es que ni de la peor de las pesadillas de cualquier padre podría haber surgido tal calaña de populares rockstars adorados por sus hijas, algo que en cierta manera les acerca a las mejores épocas del rock cuando el fenómeno fan arropó la insurgencia juvenil que tan peligrosa resultaba para la corrección, el viejo mito del rock’n’roll no podía haberse actualizado de manera tan brutal como con los Guns n’Roses a todos los niveles el día que fueron una banda de rock de verdad y aunque sólo fuese en un breve fogonazo. Recuerdo que tiempo después, cuando ya todo el mundo se las daba de alternativo (de poca monta) en la segunda mitad de los 90, llegué a tener la sensación de que afirmar que te gustaban Guns n’Roses podía dañar tu credibilidad como amante de la música (si es que no lo está haciendo ahora mismo), pero el tiempo pone cada cosa en su sitio y su legado ha encontrado una nueva generación que aunque no vivió aquellos días reconoce en Appetite For Destruction uno de los discos clásicos del rock de todos los tiempos, si trataba de eso, estos chicos lo consiguieron.

Guns n’Roses – Appetite For Destruction (1987) 9 / 10

1. Welcome To The Jungle / 2. It’s So Easy / 3. Nightrain / 4. Out Ta Get Me / 5. Mr. Brownstone / 6. Paradise City / 7. My Michelle / 8. Think About You / 9. Sweet Child O’mine / 10. You’re Crazy / 11. Anythin goes / 12. Rocket Queen


14 comentarios

  1. Pues mira Chals, yo a veces oigo eso de que si han sido la mejor banda de rock and roll, y me entra cierta risa irónica, no lo puedo evitar.
    Pero te digo esto, porque la gente tiene muy poca memoria musical, y se olvidan de Led Zeppelin, de Deep Purple, de los Stones…
    nada… unos pringaos vaya… pero bueno, seamos claros este grupo hizo un muy buen primer disco, como este del que hablas hoy, y luego un doble con un 70% de material de altos vuelos… pero ya está…
    luego un disco de versiones y se acabó… En fin, que no seré yo quien los eleve a la categoría de dioses de la música porun buen puñado de temas.

    Abrazos truferos…

    1. Y a mi también me entra la risa, solo se entiende desde un punto de vista de fan adolescente, muy lejos de cualqueira de los que has nombrado. Eso sí este disco está muy bien. Saludos

  2. ¿Pringaos? Básicamente cambiaron la escena musical de su tiempo; y era tan alto el listón que habían puesto, que muchas bandas de la época tenían que, o disolverse, o a otros menesteres.

    Para mí es uno de los diez mejores discos de rock de la historia y el mejor debut de todos los tiempos. Es apabullante de principio a fin: Aerosmith, New York Dolls, Ramones, Led Zeppelin y los Stones en un álbum que es un MUST HAVE.

    1. Si si, pringaos como los Sex Pistols, solo que ellos recogieron más billetes y la inercia les hizo durar un pelín más, no discuto que es un gran disco del rock, pero si nos ponemos con listas de mejores debuts… creo que no entra en la mía. En cuanto a si cambiaron algo, no lo tengo muy claro, en un par de años les borraron del mapa los andrajosos de Seattle, y a día de hoy no les veo un grupo influyente a un nivel musical, en su género no superan ni de lejos a cualquiera de los que has nombrado, eso sí, el Appetite es un gran disco de rock salvaje. Saludos

  3. Uff!, a buen seguro lo que voy a decir va a traer cola; vamos a ello: el disco de marras no es que me parezca mediocre, es que es malo de solemnidad. Ya se que bandas de descerebrados hay a raudales, algunas incluso adorables; pero estos tipos si que son estandarte de la más absoluta vacuidad.

    1. Que dices Víctor, estamos curados de todo espanto!, todas las visiones son buenas, la tuya muy respetable, hay que verlos como un grupo generacional, seguro que cuando salieron tu ya conocías a la perfección a Led Zeppelin y a New York Dolls, por decirte dos, es normal y lógico que no te produjeran ningún espasmo, pero tienen algo que no tenían nadie a finales de los 80 y es que en ese momento son los únicos que fueron capaces de transmitir el nihilismo que de jovencillos tanto les gustó a muchos en los Sex Pistols, otros que tal. Si que a partir de este disco en adelante secundo tu afirmación. Pero este disco en términos de rock, malo no es. Saludos Victor.

  4. Uno de mis discos favoritos sin duda y para mi a la altura de cualquier obra maestra de los Stones, Zeppelin, Sabbath o quien sea. Me pregunto cuantos somos los que les debemos a GNR el posterior conocimiento de cualquier otro clasico del rock. Yo tengo esa portada que enseñas en mi LP comprado en Galerias Preciados …. tiempos aquellos ….

    1. Ahí está el tema J Aybar, algunos parecen nacer enseñados, otros tiramos del hilo gracias a grupos como este. Si ponerlo al lado de cualquiera de Led Zeppelin o Stones, pues depende de discos, tendría que pensarmelo detenidamente antes de decirte que tienes razón, pero si, un gran disco del rock. Saludos

  5. Contradicciones por doquier… Siempre tengo la sensación de que es el disco de rock que más "lo ha petado" de los que me ha tocado vivir… pero hoy no lo pondría en mi top 50 ni borracho (yo con el tiempo me he hecho más de replacements, sonic youths, pixies y demás de esa época como bien sabes Chals por lo plasta que puedo llegar a ser)… pero "rocket queen". "Mr. Brownstone" y "you're crazy", caray… pero es que no deja de ser de alguna manera el bollocks del sleazy ochentero… pero, pero… Para mi, rematando, es un gran disco de rock (hasta historia del medio por derecho si se quiere) que hasta le puedes poner el 10 que yo no me quejaré pero… ¿equipararlo con las grandes cimas de stones y zep?… Hombre, y con todo el respeto a quien toque, no dejemos de tocar con los pies el suelo, please… Abrazo guzzero, Maese Chals !

    1. Este disco es lo que tiene, despierta sensaciones muy antagonistas, hay quien pierde la calma, ya sea por arriba o por abajo. Yo lo dejo con que es un buen disco de rock, no se me ocurriría ponerlo junto a los blonde/stcky del rock. Para mi una rara avis del rock.

  6. Estupenda entrada de un disco que a mi nunca me ha llegado.

    Suelo comentar que desde que me lo compré (ya ha llovido) pocas veces he conseguido acabarlo entero. No les quito méritos (entiendo el entusiasmo que generó y en el fondo creo que es un gran disco de hard rock) pero nunca pude con el. No soporto la voz de Axl, aunque Izzy reconozco que tenia mas carisma que todos los demas juntos.

    Mi favorita, con diferencia, Paradise City. Pero los Guns, nunca fueron lo mio. De todos los grandes grupos surgidos tras la estela de los Stones (con quien se les comparaban entonces y el tiempo a puesto a cada uno en su sitio), son los que menos me dijeron siempre.

    En cualquier caso, estupendo analisis Chals.

    Un abrazo

    1. No es un disco que suela pinchar hoy en día habitualmente, el caso es que ayer lo hice y siendo lo mas objetivo posible, no pierde fuerza, y es mas, canciones como estas ya no se hacen si se trata de crear aficion hardrockera, un disco generacional. Como decía en mi reflexion inicial, hoy por hoy meteria antes a Black Crowes o Rem por poner dos ejemplos de grupos a considerar grandes de las ultimas decadas. Saludos

    1. Estamos mayores amigo Addison je je je, no te creas que yo ando a guitarrazos por casa, el encanto del vinilo es lo que mantiene en cierta manera el fino hilillo que me hace a las mil pincharlo para hacerme un liftin, la crisis de los 40 seguro je je je. Saludos cordiales

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