Críticas Discos

Menuda manera de hacer el mindundi el querido Godglasses con esta «juventú brutal»… No se enteró de nada en aquellos mid 90’s. En las islands se estilaba el expolio sin fronteras a la british invasion 60’s o, por lo menos, al encontronazo punk/newaver de los últimos 70’s y primeros 80’s donde, para más inri, Costello es y fue figura básica para entender todo aquello. Dos estrellitas y media que le dan en Allmusic… Sí, por mucho que aparezca en lo de «Los 1001 discos que…», está claro que si bien hablar de fracaso es algo muy fuerte (brother, incluso) se esperaba más de este álbum, así al generalizar… Supongo que el tipo pensaba que con recuperar a Lowe en la producción y tratar de recuperar el tono, y buen rollo, que tuviera con los Attractions en los años de bonanza sería suficiente… Pues no, mira. Y, ojo, que  tampoco le sirvió presentar quince canciones variopintas a más no poder mostrando prácticamente toda (que toda en un solo disco es imposible) la paleta a disponer. Muy mal, MacManus, muy mal…
Sí. Hoy sosteniendo la muy apañada, y reciente (y doble también), reedición  vinilera ya hace meses religiosamente agenciada, he visto la luz al fin… Incluso yo, que le dediqué un blog temático para él solo (un fuerte abrazo a Mansiones y Cierzos, a colación) al que, y aunque hoy largamente abandonado, se que volveré de nuevo tarde o temprano.No se puede hacer un disco tan deslavazado, no…  No se puede hacer meramente la enésima «colección de cancioncitas» cuando mandan «estilos». Esa fue la lección que tuvo que aprender a su pesar nuestro protagonista del día en aquellas mitades noventeras… Y con una producción tan prístina y sin mácula a mediar, tan denotada y concienzudamente clasicota, además. ¿Pero en qué coño estaba pensando?.
¿Y qué coño es esto del «Pony St.» para abrir el álbum, además?. Con toda la mandanga de su hermana y frases del tipo «those Super-8 movies of Daddy in your disco dresses» y demás… Con el pianito de Nieve, la alegre y sincopante melodía, y ese raspar o echarte miel por el gaznate como si nada. Un poco más de seriedad, que tiene ud un nombre ya, hombre. Por si fuera poco, ¿querrá que cuele el single este del «Kinder Murder«, con ese afilado y  rabioso registro de siempre y esas guitarras que se atropellan para dar contexto a la urgencia propuesta?. De verdad, de verdad que sí, que se debía creer que por superponer música y letra a un nivel global, en ese metalenguaje que solo cabe atribuir a los intocables en serio y de verdad, iba a pegar un pelotazo aquí… Aunque, al tanto, que no le va a la zaga «13 steps lead down«, que está parida desde igual patrón, para escucharse hasta la sordera y sin dar cuartel que valga. ¿Cómo se le pudo ocurrir un single tan evidente y arquetípico a estas alturas… con la qué estaba entonces cayendo?. Qué hay que modernizarse, señorito… Por si fuera poco llega «This is hell«… «my favorite things are playing again and again… but  it’s by Julie Andrews and not by John Coltrane»… Qué sí, qué sí… Que nos canta usted muy bien y la melodía de ser más preciosa revienta el equipo pero, caray, con la marcheta que llevábamos… ¿ahora esto?. ¿Tanta necesidad había de demostrar diversidad de palos a estas alturas?. Y además «Clown strike«… Huelga de payasos con su ritmillo jazz y tal. Con sus corillos de lujo y sus vientos de quita y pon, con esas semicapellas intermedias y demás (hasta chords en pizzicato que parecen flotar según cuando)… Pero, ¿es qué no me ha escuchado a los chavales estos del brit pop o qué pasa aquí? ¿Por qué ser tan pedante… no puede hacer como Weller y dar a la gente lo que quiere y espera, sin más?. Que, y esa es otra más, ya harás el disco con Bacharach, ¿a qué viene adelantarnos con el «You tripped at every step» este de las narices por preciosísima que sea?. Disimule, disimule… «Still too soon to know«, otra bonitez extrema, parece recuperada desde el «King of America», y ya estuvimos ahí… Nos da igual lo mucho que mejore el planeta solo por su mera existencia, coñe. Y, hale, sin previo aviso… «20% Amnesia«, que parece orneada en la calderas del Botero, con esos vientos y ese truculento marchamo que se nos planta de sopetón… Vale que es chula hasta lo indecible, otro single potencial de esos que nunca utilizó, pero es que no pega… En fin, vayamos a por la segunda parte del folletín, a ver qué aguarda…
… Y, venga, más de lo mismo… «Sulky girl» nos trae de vuelta al Costello del anterior, y harto ninguneado (¿será por tener una de las peores portadas ever?) «Mighty like a rose», con esta compañera perfecta para aquella «The other side of summer». Puro pop de manual de orfebre para otro de los singles aquí embutidos y, nuevamente, nada nuevo bajo el sol. Es entonces cuando sin vergüenza a valer se saca del hinojo esa «London’s brilliant parade» con la que parece quiera ganar el premio al crooner old school del año y al guía turístico londinense del siglo a la vez… Inolvidable melodia a la que hasta llamar preciosa es insultarla pero, por otro lado, es que  no se puede negar, no… No se quién me apuntaba una vez que siendo un buen disco lo malo de «Brutal youth» es que va mucho de más a menos… Cagonla. Y yo que siempre había pensado que es el disco del gafotas donde la inercia creciente era más palpable… Zopenco es uno. Y es que, en contraste y siguiendo, «My science fiction twin» no puede ser más alejada y uno se pierde sin remisión… Doble estribillo. Uno dulce otro agrio, para una de las composiciones más curradas del disco y que por mucho haga esbozar nostálgicas sonrisas observando en perspectiva la evolución de lo apuntado desde el lejano «model» puede despistar muy fácilmente al encontrarnos ante el enésimo volantazo brusco del artilugio… Y AQUÍ, ahora, dejo de hacer payasadas (disculpas si procede… que esto ha sido un caerse a la piscina y no poder parar): «Brutal youth» es, de tener que decir un título o te vas a parir panteras,  mi disco preferido de toda su maldita puñetera década… Tal cual. El que más he escuchado (y pienso escuchar) de los editados en ese considerable periplo de tiempo.
Con cadencia de «uno por decenio», por lo menos hasta presente, Costello ha editado un manual de estilo propio  en el que da su versión del mayor (que el pleno es imposible aquí, recordemos) número de posibilidades por ofertar… Así, si  en los 80’s «Trust» (mi favorito del músico junto al estreno, no me canso de recordarlo) y ya en el primer decenio del XXI el magnífico «Momofuku» ejercian de ello tan ricamente, los 90’s quedaron reservados para esta, su «juventú brutal»… Y esa miscelánea gloriosa queda engastada aquí forever con ese cuarteto de despedida tan variopinto y acojonante. La solemne «Rocking horse road» (en verdad toda un debilidad personal desde el año el anacardo) es soul de Van como la preciosa y wonderfulera «All the rage» lo es de Sam, en medio la rabia de «Just about glad» con esos crescendos finales que solo te los da este tio y el broche, antesala del futuro «Norte», a lo Sinatra con desnudo piano de exclusivo acompañamiento para «Favourite hour» y su suspiro postrero… «Gallina de piel» que decía aquel. Y es que al fin «Brutal youth» no es «un disco de los 90» más (ni sin más). Como ocurre tantas veces con los discos de Dylan, Reed. Bowie o Young (y algunos de otros muy pocos/as realmente selectos que conviven en la socorrida pero tan entendible label de «los grandes de verdad»), es lo de «clásico atemporal» que se dice. Imperecedero sin debate que valga y que debe considerarse siempre más allá de contextos concretos o tendencias de a granel. Escuchen, escuchen esas cuatro de despedida y después háblenme de oasises y offespringues… «Brutal youth» hace veinte años, en el 94, y entre según que mandangas grunges o/y pseudogrunges, insulsos britpoperos copiones a la salud de la Mtv y pijipunkies del club disney, no era (ni és) solo un disco… Es una península de enormidad brutal (en efecto) que se sostiene por un único radio que responde por lo más granado y mejor del pasado al que se debe sin dejar, tan obvio como importante ello, de transpirar la personalidad propia de un músico tan único como inimitable y… Pero, ¿cómo?,  ¿qué no parece taaan bueno?. Pues vale. Escúchalo de la última a la primera y al revés, piensa en lo diverso de las canciones, la calidad de las melodías, las letras, la cantidad de registros… Si no hay algún tipo de nada preclara cerrazón previa (o disposición gratuita a que «no guste» y punto, vaya), negarle la máxima puntuación a este álbum me parece, ya como despedida,  motivo de encarcelamiento directo y tirar la llave al rio… Y dicho ello sin acritud como siempre (faltaría).


Elvis Costello – «Brutal Youth» (1994) : 10/10
01. «Pony St»/ 02. «Kinder Murder»/ 03. «13 Steps Lead Down»/ 04. «This Is Hell»/ 05. «Clown Strike»/ 06. «You Tripped at Every Step»/ 07. «Still Too Soon to Know»/ 08. «20% Amnesia»/ 09. «Sulky Girl»/ 10. «London’s Brilliant Parade»/ 11. «My Science Fiction Twin»/ 12. «Rocking Horse Road»/ 13. «Just About Glad»/ 14. «All the Rage»/ 15. «Favourite Hour».
Por Guzz


6 comentarios

  1. Gran post Guzz!!!! socarrón, socarrón…. como no se lean todo el texto pensarán lo que no es, je je…. A mí este disco me encanta, llegué a él tarde, muy tarde, pero me parece acojonante. Saludos (querido) archienemigo.

    1. Acojonante y brutal, ya le digo Archienemy. De ese grupo de seis o siete que se me pelean por completar el top 5 particular (asumiendo que el primero y "Trust" me son intocables). El "tono" era un poco por no hacer "lo de siempre" (ya sabes que con este tipo doy incluso más rodeos que de costumbre) aunque, obviously, al final no se consiga ni de coña, está claro… ¿Saludos?, un abrazo, coño !

  2. Ay que gran desconocido es para la gente este BRUTAL Youth. Canto de cisne para Bruce Thomas pero un album con mucho peso especifico en el sonido Atracctions. Una de las obras capitales del Costello post 80s.

    Mis favoritas: This Is Hell, Still Too Soon to Know (como canta Declan en esta cancion), London's Brilliant Parade, Kinder Murder, You Tripped at Every Step. Y que carajo, todas. 🙂

    Siempre lo he notado como el hermano de Trust. Hay una extraña conexion entre ambos discos.

    Costello rules.

    1. De hecho es su álbum post-80's que más prefiero en última instancia… Y eso que tiene auténticas virguerías, y bien distintas, por ahí en medio. Creo además que esa conexión con "Trust" (a la que sumaría el "Momofuku", se insiste) viene dada por ser clara e intencionadamente una demostración de palos a disponer, sin ambages ni miramientos… Un "mira si se hacer cosas"… Lo que, de cara al simpatizante ocasional sobretodo, le puede hacer inferior a según qué por no tener "su rollo particular" pero que, está claro, para el acérrimo es un regalo para el que no hay malditos cuartos. Rules always y forever el Godglasses, Mansion, ni qué decir.

    2. Coincido en lo de Mumufuku. Esos tres discos forman una triologia, no intencionada, pero excelsa.

      Y demuestran tambien que al bendito Declan nunca se le va a acabar ni el talento, ni la imaginacion, ni la clase. Hasta la portada de Brutal Youth es preciosa.

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