Críticas Discos

Smith representa para muchos/as un vacio que nadie después de él se ha acercado a cubrir, en esos o similares registros mayormente, ni de coña y cualquier expansión hacia el reconocimiento de su arte y obra se (me) antoja demasiado poco. En verdad, para mis gustos (sin entrar en sentencias de a granel ni pretender vender nada a nadie, pues) no hay Iron&Wines, Rufuses, Hawleys, Sexsmiths, ni tantísimos otros, que valgan (y con todas sus diferencias entre si a contar si alguien tiene las ganas y la paciencia) en la innecesaria, si quieren, pero también contundente comparativa… El último (en aparecer, no en dejarnos, se entiende) songwriter anglosajón sublime hasta el dolor que ha existido, para un ingente importante además -que no es solo manía personal esto ni mucho menos-, es el señor Elliott Smith. Y claro que también está el drama del hacedor del irrepetible «Grace» o ese otro del bastante ninguneado pero igualmente genial Vic Chesnutt que practicó (también) la autólisis hace casi un lustro («Is the actor happy?» del 95… si se conoce sobran las palabras y si no de cabeza y sin casco)… Y algunos otros que por supuesto habrá y ahora no estoy pensando en ellos, con perdón de la omisión por aquello de no faltar a los gustos concretos de nadie, pero Elliott siempre -o desde que empecé a escucharlo hace ya lo suyo- me ha resultado tan único, tan ubicable y personal que, más allá de las obtusas -para mi  mucho en esta ocasión- narices arrugadas por eso del «mitificado porque murió joven», hace que su llama extinta escueza con especial dolor y amargura.

Aunque ya me asomó en los últimos 90’s con su nominación al Oscar desde la soundtrack de «El indomable Will Haunting» (película que detesto por cierto, aunque no venga al caso -sorry-), lo cierto es que me enganché definitivamente, y forever, gracias a otra peli: «The Royal Tenenbaums» y aquella descomunal/preciosa escena pergeñada por Wes Anderson (lo mejor que haya grabado nunca en mi humilde opinión) con la trepanación de venas inclusive… ¿Qué es esto?… ¿música para suicidarse?. Curiosa manera de conocer a un músico/artista que tanta compañia y calor nos supone a tantos/as desde su particular proceder. A sumar después, con el tiempo, la conocida tragedia desde su biografía y sin olvidar, es de cajón, ese estilo que (en cualquier caso) por mucho que agrade no sería tampoco la alegría de la huerta, claro… «Demasiado triste» es algo recurrente al leer/escuchar opiniones sobre la música de Elliott. Todo es cuestión de pareceres, según lo veo, en definitiva y por supuesto. Así lo que para unos es irremediablemente «triste» (o depresivo, o lúgubre, o lo que de la santa gana que toque) para otros resulta una pomada anímica para la que no hay putos cuartos para pagarla en este puñetero mundo. Y claro que es triste, nos jodió, pero también es tan hermosa que duele. Subrayando ello, finalmente, con el hecho de que este músico es de esos, contados, que REALMENTE da sentido al término «atemporal» (pertenece a los 90’s, ok, pero por su planteamiento musical podría hacerlo sin problemas a cualquier otra de las tres décadas anteriores o, por qué no, al nuevo milenio de la misma forma). Ah, y que lo sigan comparando con Drake o Wilson (etc) todo lo que quieran según donde, que lo de este hombre (como lo de ese ilustre par de dos) no necesita de estos lances y diretes para nada pero, mira, siempre me hacen gracia estos esfuerzos «clasificatorios» de algunos, no lo puedo evitar (mayormente por esa necesidad imperiosa de ciertos plumillas en el «esto es bueno, sí, pero porque me recuerda a esto otro», que ya a estas alturas y niveles -como lo que hoy toca- me lo tomo a puro  cachondeo).  Pero, bueno, supongo que ya tocaría dar sentido al título de cabecera y tal…

«Figure 8» es el quinto (de 6) y último de sus discos de estudio que viera editado en vida. En él tenemos más de lo acostumbrado, faltaría, esas piezas de pop-folk minimalistas a más no poder («de cámara» habrá quien apostille incluso) con guitarra acústica o -muy- leve acompañamiento (de haberlo), con a veces su voz doblada a más de una pista, y va que chuta. Ahí están «somebody that i used to know» (que tengo el oido herniado de escucharla compulsivamente en estos años que llevamos de milenio), «everybody reminds me of her» o (por ej también y entre otras)  «easy way out»… Y viva la madré que lo parió por ellas, como siempre. Me parece increible lo que conseguía este hombre a la hora de entonar… ¿Cómo lograba cantar de esa forma, tan directo, y sonar siempre honesto, orgánico, sin sobreafectismos ni puñetas a caber aún a pesar de los temas a tratar?. Pero es que, además y para la ocasión (very important), es el disco más vitalista de calle en toda su obra… Bastantes teclados, sorpresivos (en él) virajes eléctricos, violines y demás lances en el proceder que hasta entonces habían aparecido con gotero y que deambulan aquí a sus anchas sin que (más important incluso que lo de antes) se resienta el discurso, tono y personalidad de siempre. Nada que ver con los ruiditos del último par de I&W (cagondena, con lo bien que iba este pájaro en base a mis gustos hasta entonces)… Los pianos son pianos sin más, los violines violines (que salvando la obviedad quien lo quiera entender lo tiene fácil), etc, y la canción se mantiene siempre firme de manera natural, sin abusos, sobrecargas o/y excesos innecesarios. Así, junto a lo ya conocido (y tan admirado), desfilan pizpiretamente (apunten esta palabra que posiblemente no la veran jamás escrita de nuevo) virguerías más animadas de lo habitual en Elliott como la inicial y emblemática «son of Sam», «LA», «stupidity tries», «wouldn’t mama be proud?», «junk bond trader» o (de nuevo entre otras) «can’t make a sound»… Rematando la faena, sin cortarse pelo alguno, con esa intrigante e instrumental (y fatalmente auspiciadora) «bye» que no parece otra sino el sonido de una caja de música debajo del agua… Como tantas veces, por cierto y ya al cierre, los de Allmusic a su puta bola poniéndole menos de cuatro estrellas (el único de sus discos con el que lo hacen) a la que siempre pensaré es la catedral definitiva de Elliott Smith… Ni caso, por favor. Todos sus discos, volvemos (una y mil y las veces sean menester), son amén de excelentes absolutamente necesarios por lo peculiar y concreto de lo que se nos ofrece pero es que, además, «Figure 8» (más allá de ser el mejor o el peor, que a mi plimes -ni quiero ni tengo porqué elegir- y vaya usté a saber) es el gancho total y a su vez la tristeza definitiva pues, escuchando atentamente las puertas que aquí tan hermosamente se entreabren, uno llega a la inequívoca conclusión de que el futuro de Elliott prometía minerales tan brillantes y valiosos que, particularmente opino, cuestan siquiera de imaginarse.

Elliott Smith – «Figure 8» (2000) : 9’5/10

01. «Son of Sam»/ 02. «Somebody That I Used to Know»/ 03. «Junk Bond Trader»/ 04. «Everything Reminds Me of Her»/ 05. «Everything Means Nothing to Me»/ 06. «L.A.»/ 07. «In the Lost and Found (Honky Bach)»/»The Roost»/ 08. «Stupidity Tries»/ 09. «Easy Way Out»/ 10. «Wouldn’t Mama Be Proud»/ 11. «Color Bars»/ 12. «Happiness»/»The Gondola Man»/ 13. «Pretty Mary K»/ 14. «I Better Be Quiet Now»/ 15. «Can’t Make a Sound»/ 16. «Bye».

Pd. Dejamos abajo parte del mural de fondo de la cover del disco hoy destacado, ubicado en algún lugar de la periferia angelina y que, a su vez, sirve de lugar de encuentro y celebración oficioso para fans y seguidores del inolvidable músico… Restaurado por presión popular y por cierto, además… Y es que, más o menos famoso según pareceres o con quien se hable, el olvido de un artista tan excelsamente particular no será nunca de los jamases una opción.

Por Guzz
(Este texto fue sustraído, tuneado y regurgitado para la ocasión desde el espacio Citizen Guzz)


7 comentarios

  1. Un disco que he aprendido a apreciar con los años, el tiempo y las escuchas. Sus canciones mejoran cuando la vida te ha dado unos cuantos palos y te sirven como bálsamo o como yunque atado al tobillo, cada cual sabrá. Por encima de gustos y chuminadas, se nos fue un gran talento, genio o no, no lo sé. Eso sí, yo soy mucho más de Sexsmith, que tampoco es que sea la alegría de la huerta pero siempre me ha llegado más, y lo sabes.

    1. Para mi genio sin margen de duda. Sexsmith mola lo suyo ("Retriever" es la releche… aunque a mi al lado de E, Smith me parece el campeón vitalicio de las chirigotas gaditanas haciendo su versión de "Fiesta" de los Pogues) y no seré yo quien le critique un ápice para ensalzar al otro, desde luego… Ahora bien… es bajar de Champions a UEFA, y lo sabes tú también.

    1. Eso sea quizá lo más hiriente… El registro empleado en consonancia a como termina el asunto no puede aquí separarse pues es un todo. A saber si este tipo tuvo algún trauma en sus años más jóvenes, tipo Tim Robbins en "Mystic River", o si lo suyo era una patología irreversible y punto, pero lo mismo que hay gente/cabrones que parecen tocados por una varita al nacer los hay que parecen curtidos a patadas riñoneras… Smith tenía contrato con una major, ya con un nombre y renombre consolidado y poseyendo un estilo que le era propio y ubicable con el que "tirar pa'lante" (nadie, salvo quizá él mismo, le pedía ni esperaba más)… Todo ese dolor desde demonios internos se plasma (eso pienso, vaya) en su manera de cantar y tocar y aunque se intente ser objetivo al valorarle (pasar de su biografía para centrarnos en lo que suena) se fracasa pues, sí: "no podía acabar de otra manera". Eso hace que todo joda el doble y, también, lo que le hace único. Por ello estimo tan necesario a este músico y soy siempre tan plasta con él. Sorry. Gran abrazo guzzero Gonzalo !

    1. Si te pilla con guardia baja este tipo te arrastra a su "juego" y estás perdido Addison. No venderé motos, insisto, yo soy fan irredento pero (se admite) "triste" si uno no se mete de pleno en la propuesta lo puede resultar. Eso sí, el talento no se lo discute ni dios (que ahí el consenso está en mármol). Se comulgue o no merece siempre la pena asomar al menos, no se dude. Abrazo guzzero Mr. De Witt !

    2. El domingo estuve escuchando este disco por la mañana y hoy me lo llevo al curro con el de White que lo pinche el sábado y ambos me han gustado en un primer vistazo, sobre todo este que me ha encantado en dos escuchas, el tema triste no me preocupa, soy fan inredento de Aute asi que,,,
      Abrazo

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