Especiales Críticas Discos

La década de los ochenta contiene un sinfín de joyas atemporales y muchas están camufladas entre la maleza. Resulta curioso que esa espesa vegetación formada por productos musicales que van desde lo más comercial a la morralla más mediocre oculte a nivel popular auténticas obras maestras de la historia del rock, de esas que ya no se hacen, de esas que perduran, de esas que mantienen el tipo tantas veces como sean escuchadas. Aunque todo sea dicho, no hay más ciego que el que no quiere ver, o mejor en este caso sería decir que no hay más sordo que el que no quiere escuchar gozadas imperecederas como la que nos ocupa.

Tuvieron que pasar muchos años, alrededor de veintitantos, para que el que suscribe percibiera vía internet que “los días de vino y rosas”, el primer álbum de THE DREAM SYNDICATE obtenía un justo reconocimiento. Es ahora cuando son muchos más los que reconocen que el susodicho disco excavaba de forma brillante en la esencia del legado velvetiano, y es ahora cuando no son pocas las voces que citan al grupo de Steve Wynn entre las grandes bandas de la década ochentera.

Pero estos californianos fueron bastante más que “The days of wine and roses”. El segundo álbum Medicine show pasó incluso más desapercibido, resultó un fracaso comercial pero era otro prodigio rockero a la altura de su predecesor aunque fuese creado en un momento de incertidumbre por el futuro de la banda y aunque esconda historias turbulentas con alusiones violentas inclusive. Sea como fuere se ha mantenido, o incluso aumentado, en sus viejos parámetros, los de un disco de culto. Después llegarían «Out of the grey» en el 86 y «Ghost stories» en el 88 y, aunque no tenían esa fabulosa homogeneidad de sus dos primeras obras maestras, todavía podían rascarse en ellas cosas muy interesantes.
Vayamos al genial «Medicine show«. A nivel musical mantenía las influencias velvetianas del primer disco pero era, digamos, menos encabritado y, en cierto modo, sonaba algo más moderado y comedido. Aún así esas guitarras en plan Crazy Horse con Neil Young suenan divinas de las divinas.
Entre sus peculiaridades destacaba por ejemplo que no fue un disco extenso a nivel de los cortes que lo constituían. Con ocho basta, como el título de aquella mítica serie televisiva estadounidense, o mejor sería decir con ocho chutaba y era más que suficiente visto el brillante resultado final. Eso sí, todo sea dicho, en la edición digital se incluyeron cuatro tomas en directo de las fantásticas «Tell me when it’s over«, «Bullet with my name on it«, «Armed with an empty gun« y «The medicine show«.
Vamos al grano con los temas que componían la edición original. Si Still holding on to youabre el cotarro atrapando y aprisionando por lo rocosa que resulta, de Daddy’s girl se podría decir que es tan castigadora con las guitarras pero más seductora con ese acompañamiento de piano. Si en Burn arde hasta el alma, en Armed with an empty gunlas pistolas no están cargadas pero resultan tan convincentes como contundentes. Si todo está preparado para el duelo en Bullet with my name on it”, en las latentes perturbaciones sónicas de Medicine show están las respuestas de este desafío. Y finalmente si en el John Coltrane Stereo blues (una de las canciones preferidas y más importantes de mi vida) esperamos con ansiedad que retumbe ese it’s gonna be all right, en Merritville la provocación acaba y las tormentosas guitarras han dejado todo calcinado.
Con toda la perspectiva que ofrece el tiempo creo que es difícil encontrar un álbum que supiera enraizar de tan aparente forma natural todo el legado velvetiano y de Lou Reed con grupos como los Television de Tom Verlaine sin dejar de lado esas desbocadas guitarras eléctricas de Crazy Horse ni ese sonido típico americano de grupos como la Creedence Clearwater Revival. Y esa misma perspectiva es la que nos recuerda que este “show medicinal” influyó en imperecederas bandas alternativas de la talla de Pixies, Sonic Youth, Jesus & Mary Chain, Yo La Tengo, Wilco, etc.
Por último decir a título personal que amo “los días de vino y rosas” por principios morales y éticos pero aquí uno siempre recurre más frecuentemente al Medicine show. ¿Por qué será? Acaso será porque treinta años después esta obra maestra continúa viviendo, continúa coleando y continúa gustando tanto o más como el primer día de un ya lejano 1984, o acaso será porque algunos nos afiliamos con carnet vitalicio al Sindicato del Sueño y necesitamos su medicina con relativa regularidad.

*  publicado originalmente en el siguiente enlace del Espacio Woodyjaggeriano.

dream syndicate medicine show

The Dream Syndicate – «Medicine show» (1984) – 10/10
1. Still holding on to you / 2 . Daddy’s girl / 3. Burn / 4. Armed with an empty gun / 5. Bullet with my name on it / 6. Medicine show / 7. John Coltrane stereo blues / 8. Merritville 


10 comentarios

  1. Un disco esencial para comprender muchas cosas. Contiene temas antológicos, y junto con su predecesor forman un dueto de lo mejor de la música, vaya conciertazo se pegaron aquí en Madrid.
    Me quedé flipado con una mujer ya madre y casada que estaba a mi lado en el concierto, que decía conocerlos hace muchos años y vibraba.
    Larga vida a Dream Syndicate.

    Brazzzzos truferos.

    1. Han tenido que pasar muchos años para reconocer que Dream Syndicate es de las mejores bandas de la historia del rock. Más vale tarde que nunca, brother. Esa mujer, madre y casada, a buen seguro que es una gran señora. Recibe mi brazzzzzzzo.

  2. Maravillosa entrada de aperitivo para mi tercera ocasión con la banda en directo esta tarde-noche , querido Johnny. Sabes que yo soy de los Dream a muerte y como vos de éste Medicine Show auqnue el primero sea otra POM. Amén Johnny amén. Pero quiero destacar una cosa. Hay veces que hay entradas y otras post (palabreja que odio) : esto es una entrada a degüello zz toppero dentro del corazón de una obra de arte eléctrico y de sus fans. Juro por mi copia en vinilo de los ochenta que cuando suene el Coltrane me acuerdo de que en Valencia tengo un amigo que me espera y yo a él. Un abrazo. passion is no ordinary world! Somos "hijos" de los ochenta! Soberbia reivindicación ( escrita de vicio puro) y una pena no tenerte al lado en el bolo.

    1. Me enorgullece mucho que te haya gustado, tete, y tus palabras respecto a cuando suene (habrá sonado si no paso nada raro anoche) me emocionan. Ni te imaginas cuánto me habría gustado estar en esta gira, hermano, y a tu lado habría sido lo máximo. Vivan nuestros ochentas. Somos del Medicine Show a muerte. Abrazo.

  3. Nunca hay que dejar de reivindicar a un grupo tan excelso. Por sonido prefiero su debut, pero "Medicine" en nada le envidia, como bien dices, y además coincido en tu amor radical por "John Coltrane". Con un título así, una canción solo puede ser un joya. Como es habitual, Johnny, preciso y precioso tu texto. De los que van a misa.

    Un abrazo.

    1. Estamos afiliados al Sindicato del Sueño, amamos el show medicinal y los días de vino y rosas… y a John Coltrane. Gracias por lo referente al texto, me enorgullece procediendo de tí, grandmaster. Un abrazo, hermano.

  4. Agradezco las agujetas del día después del concierto, esas que me dejaron medio doblado durante casi toda la jornada siguiente, el corazón palpitante y el cerebro como lava. La grandeza del rock en vivo, y más cuando se asiste a un directo de un disco mítico, es una de las pocas cosas que merece la pena ser vividas y compartidas. No hay vuelta atrás. Discos como "The Medicine Show" y experiencias como la de la otra noche en Madrid supondrán siempre UN DÍA DE MÁS en nuestra vida, nunca una jornada perdida.
    Muy buena entrada, como no podía ser de otra manera, partiendo del autor de la misma.
    Abrazos,
    JdG

    1. Te puedo llegar a imaginar botando y disfrutando como un cosaco en el show medicinal de los Dream Syndicate, cuánto me habría gustado estar con vosotros. Gracias por lo de la entrada. Un abrazo.

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