Críticas Discos

«Amarás al London Calling de las narices sobre todas las puñeteras cosas«. (Libreto de Guzz 12-75)
Con esto de hoy estamos, básicamente, ante lo más parecido a mi disco predilecto de all the times registrado por banda alguna. Y se entiende que hablar de absolutos y predilecciones a escala tan alta (tras más de cinco décadas del medio rockanroleante) es una invitación a lo baladí/patillero (o para mi sin duda lo és). De ahí, recalco, lo de «más parecido»… Si se prefiere: el nombre de álbum que daría su humilde servidor de irle la vida en ello. Tal cual.
El fucking «London Calling»… por dónde empezar… Ya lo he comentado en cojonésimas ocasiones: para mi, ciñéndonos a bandas, la mejor formación que nunca habrá son los Fab4 sin comparación posible, después (está claro) vienen los Stones y después (bastante después) ya todo el tropel de los grandes grandes de verdad (con, eso sí, siempre los Zep claramente en cabeza en base a mis querencias)… Pero, ay, «mi banda» (siempre la denomino así: «mi banda» con ex profesas comillas) son los de Strummer. Le tengo un cariño y estima muy especial, no veo a qué negarlo/dismularlo. El primer cedé que me compré fue de ellos, el último vinilo que me regaló mi hermano antes de irse de casa fue el primero de ellos (navidades del 88, con su merluzo servidor acabando de cumplir los 13 y mi hermano -más que seguramente hasta los huevos de aquél periplo heavymetalero púber que me gastaba entonces- me regaló esto… aún recuerdo sus hirientes palabras no exentas de sobradez: «toma coño, a ver si te empiezas a enterar ya de algo…»)… Pero no se acaba ahí la cosa, no… Es la formación rock de quien más biografías me he leído y documentales he videado, -solo con permiso de los de Liverpool-, con insultante diferencia. Y como me gusta eso que escribió uno del Ruta 66, hace ya lo suyo y parafraseando a su vez a un crítico anglosajón, a colación del disco que hoy (mayormente -que no se pudo evitar el «canto guzzero» hacia la banda, imposible del todo en este caso-)  se trata: «El último disco importante de la última banda que realmente cuenta de la Historia del Rock»… ahí queda eso. Por mis partes su historia, en cuanto a studio albums, es fácilmente resumible: primer disco cojonudo, segundo disco acojonante, tercer disco insuperable, cuarto disco… que va antes que el quinto (aunque al loro que ahí están «up in heaven» y «somebody got murdered»), quinto disco más que bueno y harto infravalorado y, at last, un sexto disco que «no existe» -me niego- sin más (ande tendrías la almendra Woody…). Otras futesas varias serían que siempre me resulta algo curioso que de mis tres canciones favoritas del combo («stay free», (white man) in Hammesmith Palais» y «straight to hell») ninguna sea, a su vez, del «London Calling» a tenor de lo que, pienso quedó clarinete ya, significa para el menda este álbum… O, también, que millones de jovenzuelos (y no tan jovenzuelos a veces) sigan venerando desde una militancia punkie, generación tras generación y de forma icónica, un trabajo que, visto en su conjunto, tiene más en común con los estigmas newavers de la época que no punk rock… Y así, con esas y otras mandangas varias, me estaba hasta agosto, por supuesto, y (es de fácil suponer) no creo que nadie tenga tanto tiempo para dedicar a esto. Eso sí, en lo que voy a hacer hincapié especial, en esta ocasión y para variar, es en una creencia/certeza muy concreta que atesoro muy personalmente desde ya hace largo tiempo… agarrarse fuerte… y no es otra que: en mi opinión el «London Calling» es un álbum MUY ALTAMENTE INFRAVALORADO en líneas generales. Toma ya (no disimuléis que a seguro que no lo vistéis venir). En siguiente párrafo la explicación «magistral» de ello, of course, tras ilustre cita.
«The Clash fueron una revelación. Te hacían recuperar la sensación de escuchar R’n’R por primera vez«. (Martin Scorsese)
De entrada conviene admitir, sin mayores ni menores problemas, que estamos ante uno de esos «discos tópico» (a la par que seminal). Lo que, también de entrada, le supone una serie de antipatías/ninguneos varios por diversos temas… En este caso: el dar salida a todo el «perroflautismo» posterior a lo Manu Chao (por ejemplo rápido a fin de ubicar) y forzados mestizajes similares de a granel varios, o también, el puro y duro agotamiento que deriva de la imposición (que este disco es de los que te lo encuentras de morros cada dos por tres queriendo o no). Habrán otros motivos/mandangas, no lo dudo, pero a modo muestra ahí lo dejo. Pero, al tanto, que ahora vienen las curvas… ¿Por qué » MUY ALTAMENTE INFRAVALORADO»?… Y no, no voy a entrar a hacer el típico «song-by-song» del disco (aprovecho su ya mentada y evidente popularidad y ahorraré esfuerzos por esta vez)… Pues, básicamente, porque no debe relativizarse, según lo veo, el perfil «apocalíptico» de este pedazo de álbum…»London Calling» es, en la visión de muuuuchos seguidores/aficionados/amantes rockanroleros, el último escalón de la historia clásica del asunto. Rematando por su condición de última masterpiece incuestionable de la era pre-Mtv (los good old times) y precediendo por el hecho de que, atención, es un compendio de todas las formas más puras subrayadas con un estilo tan directo como orgánico que, para muchos también, aparca ahí la grandeza absoluta más añeja del rocanrol… Después hay muchas cosas que gustan (y mucho en algunos casos)pero ya no, nunca más (de momento y hasta hoy), a un nivel tan enorme, tan brutal sin nos ceñimos a nivel de bandas. Brutal por canciones y por estilo (como debe ser). La forma se entremezcla con el contenido al mismo nivel de arriba a abajo y alrededor del tracklist del puto «London Calling»… Y, reincido de otra manera, es entrar en él y encontrarte un repaso de los veinte años que le preceden. Un insaltable y prmordial tenderete donde «tenemos de todo que me lo quitan de las manos»: de rockabilly a soul, de blues a rocanrol old scholl, del punk al jingle pop, hasta reggae, ska y dub que tenemos … Todo (o poco menos -una pista de hard rock a lo Lizzy o los Young ya hubiere sido directamente lo de «no escucharse sin kleenex a mano por eyaculación garantizada»-), se hace aquí su glorioso espacio.
A partir de ahí, a jugar con las canciones, forever y of course. Tremendas las más conocidas (del título de cabecera a la final «train in vain», pasando por «clampdown» o «spanish bombs», etc), tremendas las menos evidentes (de «hateful» a «i’m not down», pasando por «the right profile» o «Rudie can’t fail», etc). Tremendo todo. O, también, a perderse en las mil una parihuelas de como fuera concebido: lo pirado que estaba Stevens, la acepción de roles entre Jones y Woody («tu haz las mejores melodías que puedas y déjame el tono y las letras, que verás como la liamos», que vino a ser un poco la cosa)… Joder, hasta la mítica foto desenfocada de Pennie Smith con Simonon destrozando el bajo, rematando con las letras copiadas del legendario álbum de Elvis, tiene su lectura jocosa: «así empezó el asunto y hasta aquí hemos llegado» (chinpón, incluso -y aunque se puedan sacar todas las puntas que se quieran-). En fin, aquí lo dejo que quien quiera material sobre disco y banda se puede afeitar varias veces antes de terminárselo todo (e independientemente del género)… «El último disco importante de la última banda que realmente cuenta de la Historia del Rock»… ¿Exageración?… Para algunos, quizá… o sin duda incluso. Para muchos no nos resulta sino una evidencia a fuego. Como el respirar.
Esta entrada fue descarada y convenientemente recauchutada desde Citizen Guzz …
… Y hasta aquí pues el «recauchute» desde espacio propio. Sin embargo, qué se le va a hacer, no puedo estarme de poner un algo más (ya en rabioso presente) sobre tamaño artilugio dado lo obvio de lo obsesivo por mis partes con el asunto… qué me viene de muy lejos caray, ruego se me entienda. Para tratar de resumir, se insiste, lo que me hace en ultimísima instancia enorme, irrepetible e insaltable el «London Calling» de marras es esa capacidad de compendio, de «arrejunte», que se apunta por arriba. Limitar este álbum a la jerigonza punkie siempre, y con perdón, me ha parecido de una cortedad de vistas recalcitrante. La actitud (y letras) de Strummer facilitan, sin duda, que con este disco sigan los Clash con su credibilidad intacta entre los pimpollos de los imperdibles de la época y tal, pero es que hay más, y tantísimo más… Es el descontento, lo contestatario, el descaro en la forma (que abrazaba  sin problema a valer lo dispuesto por la Stiff y similares), el recoger por parte de estos tipos todo lo conocido y admirado en su medio para propulsarlo al infinito forever (de Guthrie a Elvis, pasando por Jamaica desde un garage sin ventanas y con sus sutiles guiños a la brit invasion sesentera… todito todo, sin más). En realidad, y rebozándonos un algo más en temas de actitudes dispuestas, Woody y cia no descubren nada con esto, eso es verdad, está claro. Desde el medievo que han habido artistas que se han servido de su arte para señalar/denunciar lo que no gusta, lo que todos sabemos que no está bien pero nos tenemos que tragar… Pasa que, de cajones resulta, muy raramente esos artistas logran, han logrado, algo de la envergadura de este disco de hoy que junta el cursillo acelerado de historia del medio, el canto a la libertad del individuo y el agrio reproche a las clases autoritarias para dejarlo incrustado forever en una colección de canciones cuya frescura se adivina a pies juntillas incaducable. Ese es su poder y la razón postrera de porque lo encontraremos siempre entre cualquier top de los diez o veinte mejores discos de rock de all the times… y/o frecuentemente, al tanto, como uno de los tres o cuatro mejores dobles de estudio habidos. Las canciones enormes en su mayoría, ya se sabe, pero es sin duda el sentimiento que genera (o puede generar) lo que rige… Da igual edad o procedencia, empieza a sonar el tema titular y de repente desaparece el olor a naftalina, parece que se hayan abierto las ventanas sin aviso previo  y, por unos significantes minutos al menos, parece que por una vez los buenos puedan ganar tambien en la puta vida real esta que nos golpea de a diario… «Sobre todas las cosas», recuerden siempre. Y fin.
The Clash – «London Calling» (1979) : 10/10
01. «London Calling»/ 02. «Brand New Cadillac»/ 03. «Jimmy Jazz»/ 04. «Hateful»/ 05. «Rudie Can’t Fail»/ 06. «Spanish Bombs»/ 07. «The Right Profile»/ 08. «Lost in the Supermarket»/ 09. «Clampdown»/ 10. «The Guns of Brixton»/ 11. «Wrong ‘Em Boyo»/ 12. «Death or Glory»/ 13. «Koka Kola»/ 14. «The Card Cheat»/ 15. «Lover’s Rock»/ 16. «Four Horseman»/ 17. «I’m Not Down»/ 18. «Revolution Rock»/19. «Train in Vain».

Por Guzz

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9 comentarios

  1. Reconozco que me costó entrar ne este disco, no sé porqué, ahora me parece indispensable, como el mismo grupo, como el propio Strummer. Genio y figura. Un rocker dsifrazado de punk. Si es que esto es punk, porque para mí es sólo rocanrol, pero me gusta.

  2. Es curioso lo de este disco, en mi caso, como supongo en el de otros muchos fue el primero que escuché de esta banda.
    Para mi, los dos primeros son tremendos, sobre todo porque tratan el punk de una manera que me gusta, pero claro aquí en este tercer trabajo
    ya se ve que la banda de Strummer, sabía evolucionar, y de qué manera, ya que el álbum tiene rock, pop, rockcabilly, reggae, etc…
    Un disco imprescindible, ademá de su mítica portada, para los que amamos la música.

    Abrazos truferos..

  3. Los putos Clash y San Joe Strummer, una de los discos de mi vida, que grandísima reseña, y tomo nota de eso de dejar el "canción por canción", a veces es un engorro. Saludos Don Guzz

  4. Uno de los diez discos de mi vida, así con rotundidad y añadiría que es el disco con más vida, sentido, ritmo, entretenimiento, mensaje, frescura que jamás se ha editado. Siempre respira, siempre, nunca sobra, nunca.Le salió un Dragon Khan, algo que todavía te deja el estómago pa lla¨ y con fiebre, algo que siempre te da la patada en el culo para luchar o comprarte un camiseta y pintar con un spray BULLSHIT que es lo que hace el putoamismo cuando mira lo que hay a su vista.Hermano Guzz, London Calling is the answer.

  5. Collons, vaya discurso, Don Guzz, ya sabe que me gusta leer los artículos, más allá de coincidir o discrepar de los gustos o de las opiniones. Sinceramente me he perdido algo en la vorágine de este texto activista, activador y en un momento determinado regenerador, especialmente en el apartado de que se trata de una obra infravalorada, no acabo de captar el transfondo de esa teoría suya, yo creo, en mi humilde opinión que es un disco sobradamente reconocido, lo que sucede es que las hordas puristas e intratables del rock nunca lo van a valorar como tal, ídem de lo mismo sucede con cierto sector de aficionados que dicen ser fans de los Clash pero la realidad es que solamente conocen unas cuantas canciones o a lo sumo algún recopilatorio. Por cierto cuánto bien hizo su hermano al salir de la casa paterna dejándole en herencia tan grandioso material, creo que ya se lo he dicho en alguna ocasión. Reciba abrazo.

  6. Voy a quedar como un inculto, insolidario y mangarran, pero London Calling nunca me dijo mucho. Es un disco que realmente no me ha enganchado nunca, aun reconociendo su valor y su papel en la historia del rock.

    Los Clash me parece un grupo que aportó mucha actitud al rock pero musicalmente siempre estuvieron lejos de mis gustos.

    Gran entrada, eso si.

  7. Pues no conocía a estos chicos, ¿¿¿tocan bien???, (que noooooo, que es broma, respira, respira jejeje. Estoy de acuerdo contigo en que mucha gente lo pone la etiqueta de "comercial" a cosas que "sencillamente han triunfado" con todo su curro detrás y que con años vista es muy fácil decir "oh otra vez el London Calling", pues sí, y las veces que haga falta, es un "discazo" y si un disco de estos "clasicos" alguien lo equipara a "algo comercial", entonces viva "su" comercialidad.

    Saludos

  8. El único pero es lo referente a que el disco esta infravalorado, no estoy de acuerdo yo creo que es un disco que siempre se habla de el como lo que es una POM.
    Gran artículo para variar.
    Abrazo.

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