Críticas Discos Especiales

Yo se que a muchos les hubiera gustado vivir el estallido hippie americano con una guirnalda de flores, pasado de tripi y corriendo desnudo al ritmo de la psicodelia, menuda época, firmaba ahora mismo sólo por pasar un fin de semana de vacaciones en el Verano del Amor. Pero ojo que no lo cambiaría por el verano anterior en Londres, la Swigin London también tiene un gran encanto, aunque por mi vestuario posiblemente me devolvieran a mi época del tirón. En aquellos años se vivía un optimismo desbordante por todas partes, llegaban buenos tiempos y la economía andaba viento en popa, con ella la working class que tenía ya cierto poder adquisitivo adquiría cierta entidad. En ese aspecto, estos años representan muy bien nuestra esencia de clase media, el orgullo de pertenecer a ella, poder elegir que ser/hacer, y sobretodo y tratándose de Carnaby Street, elegir que ponerse.
En esto de las poltronas y vitrinas de los clásicos del rock, a Small Faces los tengo en los primeros puestos pese a que no suelen reivindicarse con tanta claridad como otros contemporáneos, puede que por su corta duración, o puede que por el simple hecho de no haber consumado su éxito en EEUU, algo primordial por aquel entonces. Para más inri, normalmente han sido referidos como el precedente al grupo de Rod Stewart y Ronnie Wood, nombres más populares en los 70 con los Faces, o como el grupo de Steve Marriott antes de los Humple Pie, cuando no, y por lo general, dentro de un marco exclusivamente Mod, un gran error, lo digo yo de la parroquia mística de San Plonk de Fishpool, lo más alejado al mod medio empezando por mis camisas a cuadros, que con la ventaja y la cómoda posición que confiere el paso del tiempo, la música de los Small Faces puede percibirse como una auténtica joya de su época y pocas veces superados por cualquiera de los grupos de entonces y formaciones posteriores. Voy directo a la disyuntiva para dejar claro que no me hagáis elegir nunca entre este debut y el de los Who, los dos van de la mano independientemente de quien fue primero, aunque como grupo y en el cómputo global siempre tuve mayor debilidad por los Small Faces, digamos que frente a toda la sofisticación rockera que desarrollarían los quadrophénicos a posteriori y que no hay manera de que me engatuse.
Tenemos claro que Elvis Presley sacudió primero con sus caderas la pantalla del Ed Sullivan Show, y que los Beatles y los Rolling Stones pusieron a la juventud en pie de guerra, aún andaban demostrando su putoamismo (ambos grupos son los reyes indiscutibles) cuando a la potencia viril de los Who desde el oeste de Londres, y a la mordacidad de los Kinks desde el norte, se unían cuatro jóvenes del East End que se adueñaron de todo el 66, fueron la banda que mejor representó la Swinging London, denominación que les acompañó desde su estreno de largo aquella misma primavera que la radio pirata más fashion dió nombre a tal movimiento cultural. Aunque no hay que olvidar que estuvieron todo el año anterior recorriendo los bares y clubes más cutres del extraradio londinense hasta que sacaron single, Don Arden, capo de la Decca, apostó por ellos y les colocó en los charts a golpe de talonario, y con Whatcha Gonna Do About It estuvieron catorce semanas en lo alto, entonces les llevó de compras por Carnaby Street, para rematar la faena plasmaron su repertorio de directo sin a penas rodeos y con gran oficio, pués se lo sabían de memoria, más algunas nuevas canciones fruto del nuevo tandem Lane/Marriott, a partir de ahí estuvieron presentes en TV, portadas, radios, prensa amarilla y musical, no existía nada más cool en el rock, unos dedicated follower of fashion (que cantarían los Kinks ese mismo año).
En este primer disco hay canciones que son un auténtico cañón, que me perdone Sam Cooke que está en los cielos de Harlem y es un intocable y yo que no quiero ponerlo en duda en absoluto, pero su gran éxito Shake no lo cambio por la versión que aquí quedó para las posteridad, hard-soul que le quita a la original su semblante de gingle publicitario. Y Come Children, que vale, Keith Moon era un cafre y en directo el sólo valía la entrada, pero ojo con Kenney Jones que no se queda atrás, además sentaban las bases del despiporre eléctrico partiendo de un motivo principal (llamésmolo hard-rock) aquí culminado con auténtico éxtasis gospel-rockero, y no es que Ronnie Lane cantara mal, es que Steve Marriott se comía a cualquiera que estuviera a su lado, impresionante. Y por favor… You Better Believe It, otra de las versiones en este  disco, sin palabras, aquí se desparrama todo el poderío adquirido el año anterior rodando con versiones de Ray Charles, Booker T y James Brown en su particular visión del R&B americano, matizando la grandeza que dos años antes los Rolling Stones destaparían, ésta original del poco valorado Kenny Lynch y el siempre recurrente Ragovoy (Time Is On My Side, Piece Of My Heart…) soltada con crudeza, desbocada y hormonal, y It’s Too Late de la que no podemos obviar el poso del The Good’s Are Gone de los Who de un año antes como precedente inmediato, aunque ojo con la guitarra de Marriott, y Jimmy Page ojiplático y que quería ser mod cuando acudía siempre que podía a las sesiones de grabación. Normal que ya a esas alturas fueran los dioses Mod por excelencia, no se puede ser más cool ante canciones como One Night Stand, incluso cuando bajan las revoluciones y la intensidad. Siguen con paso chulesco por Carnaby Street con el punch del Everybody Needs Somebody To Love en ese Whatcha Gonna Do About It y un riff cogido prestado a Pete Townshend con Marriott dejándose la garganta.
Y atención a Sorry She’s Mine, la primera canción del verano de la historia de la música, de nuevo escrita por el poco valorado Kenny Lynch (uno de los cantantes más pop del pop inglés), sus canciones encuentran en los Small Faces unos perfectos aliados. Estos jóvenes green onions continúan su hard-soul de power-chords en Own Up Time con Ian McLagan estampando con cada riff de su teclado de colorido estilo Booker T inconfundible. Y no es un secreto, que al igual que You Need Loving es Willie Dixon reinventado, también es piedra angular del posterior sonido Led Zeppelin, en el fraseo vocal y guitarrero, cosa que admitieron a posteriori Plant/Page, y da que pensar con respecto a la importancia del grupo aunque sólo sea como sonido seminal, repito, de todo el hard-rock de la década posterior, y de ahí y a su vez, meter a Humple Pie entre los elegidos. Don’t Stop What You’re Doing es lo más del sonido británico más moderno de la época, continúa el feeling de jam session con la fantástica E Too D lanzando riffs, con un Marriott en estado de gracia, y con el tandem Lane/Marriott engrasado como nunca en la composición. Cierra el disco Sha-La-La-La-Lee, canción de Kenny Lynch grabada por imposición de Don Arden en su particular empeño por conseguir cuanta más popularidad posible, la más pop e inofensiva, con mucho encanto escuchado ahora en la distancia, aunque al grupo nunca le gustó. Comentar que el sr.Arden era un mafioso de tomo y lomo que por una paga mísera y unos cuantos trajes tenía al grupo más cool del momento, la banda no vió ni un duro de los beneficios obtenidos, injusticia contractual que se solucionó entrados los 90, ya sin Marriott, ni Lane, ya véis, mafiosos hay en todas partes. En su día provocó la salida de la banda del sello Decca y su consiguiente fichaje por el nuevo sello independiente Inmediate.
La música de los Small Faces era la más negra de entre todos los blancos (no olvidemos nunca a Eric Burdon), querían emular a sus ídolos y consiguieron con una formación típica de rock un estilo único y potente. Además las canciones originales son perfectas, algunas adaptadas con gracia de los clásicos soul. Aún estaba por llegar el punto más alto del grupo, artísticamente hablando, empezando unos meses más tarde cuando desplazaron del número 1 a los intocables Beatles con el single All Or Nothing, y más tarde regando su breve (si no contamos etapa Faces por los evidentes cambios de formación) pero impoluto legado con otros singles redondos como Itchycoo Park, Tin Soldier y Lazy Sunday, esta última incluida en la su obra maestra Ogdens’ Nut Gone Flake (imprescindible leer la reseña nikochiana en Exile)

Un grupo donde cada miembro fue primordial, ya con Ian McLagan sustituyendo a Jimmy Winston desde unos meses antes de la edición de este disco, y que dió mayor consistencia al discurso soul de vertiente green onions, un Kenney Jones que imprimía clase y fuerza por igual, y Ronnie Lane que fue ingenioso en las composiciones y perfecto partener del tándem junto a Steve Marriott. Y a Marriott habría que meterlo entre Roger Daltrey y Robert Plant cuando se habla de mejores vocalistas, fue un frontman absoluto, guitar-hero y auténtico showman en las tablas, el mejor de su generación con diferencia.

Este primer disco nada tiene que envidiar al debut de los Rolling Stones, ni al de los Who, a un mismo nivel como mínimo, plasma a la perfección el mejor verano, junto al del amor, que se recuerda de los años 60, Riffs de guitarra potentes, hard-soul de muchos kilates, melodías con gancho y cuatro tipos que disfrutaban con lo que hacían. Una de mis debilidades, un grandísimo disco.

Por Chals 
Esta entrada se publicó en ON THE ROUTE

Small Faces – «Small Faces» (1966) 9,5/10
1.- Shake / 2.- Come On Children / 3.- You Better Believe / 4.- It It’s Too Late / 5.- One Night Stand / 6.- What’Cha Gonna Do About It / 7.- Sorry She’s Mine / 8.- Own Up Time / 9.- You Need Loving / 10.- Don’t Stop What You Are Doing / 11.- E Too D / 12.- Sha La La La Lee


7 comentarios

  1. Tu primera frase es genial, my mestrefriend, todos con la guirnalda, jejeje. Este disco es mi preferido de los Small Faces junto al "Ogden's nut gone flake" y te confirmo, nada tiene que envidiar a Stones, Who u otros tantos en la onda de aquellos años. Abraçada.

  2. Disco primordial para entender muchas cosas de esa época y el posterior desarrollo del grupo. Un álbum incontestable, de los mejores de esos años, sin duda, sin ser mi preferido del grupo, le tengo en gran estima.

    Abrazos truferos.

  3. El tracklist habla por si mismo, vaya qué sí. Sin tener sin duda tantos conocimientos de esta básica formación ya hace muchos años en efecto que opino que el "Ogden's…" eclipsa quizá un demasiado el resto de su obra (normal, uno de los mejores discos de all the times… y una de mis presas vinileras más ansiadas en su enlatada edición). Se agradece y mucho este expandir el mundo de Marriott, Lane y cia más allá de tópicos de a granel, yes Mr. Y abrazo guzzero.

  4. Me gustan absolutamente todos los discos de los Small Faces, me parecen una banda que como Spencer Davis Group tienen más energía blue eyed soul que muchas de las más famosas o de éxito, lease RS y Fab. A veces pienso que ela rco iris tuvo todos los colores en los sesenta, aquellos maravillosos años. Mod is the answer querido Chals, eran elegantes y eran crudos como Wilson Pickett o Otis.Una de mis bandas como dice Niko.Una de nuestras obsesiones. Gracias!

  5. Es una de esas bandas que aun está en el "debe" de mi página, pero como siempre que paso por aquí salgo con mil ideas, seguro que antes o después caerán, eso seguro…

    Tirón de orejas que me doy jajaja

    Saludos

  6. "Ogden's Nut Gone flake" es mi favorito y después este, son absolutamente imprescindibles y como se nota lo que amas su música Chals. Abrazo.

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