Críticas Discos

Hace poco Iggy y los Stooges nos dejaban el «Ready to die», digno epitafio de Scott Asheton, un disco que no será uno de los más laureados de la banda, por supuesto, aunque lea lo que se lea, es un buen disco de rock (a secas). Remite a la mítica banda sólo por el sonido y riffs de la guitarra, por las canciones al Iggy Pop en solitario más musculoso y abrasivo, y al mejor crooner en las canciones más suaves. Aunque para mí es «American Caesar», con el que descubrí a la Iguana de Detroit, su mejor disco en los últimos veintitantos años. And now the news…

La carrera de Iggy Pop ha pasado por más bajos que altos, es un artista del que ya no sorprenden los tropiezos, arrastra un pasado glorioso como padrino del punk que quizás le pese demasiado, una carga que en comparación puede que tenga bastante culpa de su irregularidad. Pero al mismo tiempo, es conveniente no darle nunca por perdido, cuando menos te lo esperas y en el relax de la falta de expectativas, Iggy Pop tiene la capacidad de re-inventarse pasándose por el forro (si es que lleva la camisa puesta) y como suele ser normal en él, cualquier consideración políticamente correcta, y su pasado musical si se tercia, en el fondo y en las formas. Pongámonos en situación.
Tras los Stooges, vino el disco con James Williamson, y sus dos primeros en solitario bajo el ala de Bowie, la carrera de Iggy Pop se reinventaba con un trampolín perfecto para ser considerado artista clásico surgido de los 70 a tener en cuenta, como ocurrió con Lou Reed años atrás. Pero los 80, como con muchos otros, no le hicieron mucho bien, tuvo momentos buenos pero aislados entre discos que difuminaban en cierto modo su poder crudo, aunuqe quizás fuera conveniente revisar su obra menos conocida para evitar errores de cálculo y prensa. Igual nos sorprenderíamos.
Llegado el último tramo de la década del sintetizador y la caja de ritmos, publicó «Instinc» (1988), que no era un disco redondo ni mucho menos, aunque si me sorprende la baja puntuación de reconocidos reseñistas, entonces demostró que aun poseía la fuerza y ​​la crudeza que tan bien sabe destilar cuando quiere, hay buenas canciones de rock sin adulterar, al año siguiente muchos le escuchamos sin saberlo en el Sonic Temple de los Cult. Se mascaba su regreso a lo grande, cosa que ocurrió con «Brick by brick» (1990), disco con productor y colaboraciones de lujo, también perfecto para llenar estadios y llegar a listas de éxito sin menguar en calidad, equilibrado, lo puso todo para conseguir la relevancia que le devolviera de su letargo ochentero, Iggy Pop volvía a la actualidad.
Tres años después, en plena vorágine del rock alternativo de principios de los 90, Iggy Pop editó en septiembre del 93 «American Caesar», daba así continuidad a uno de sus mayores aciertos comerciales, y sin nadie esperarlo, facturó uno de los discos más completos de su discografía. Un disco poliédrico. Crudo, rugoso y eléctrico por una parte, y por otra más introspectivo, tranquilo y acústico. Bajo mi punto de vista, en esencia lírica supera el nihilismo hormonal de su etapa clásica, un disco equilibrado hablando bajo los parámetros de su propio universo particular.
En su día tuve la suerte de disponer del doble vinilo en mi breve pero intensa etapa pincha-discos, y más allá de cualquier apreciación sobre el formato y calidad sonora, evidente para mí respecto al cd en las mismas condiciones de reproducción, aquel doble vinilo me enseñó la capacidad que posee un tracklist con sus canciones dispuestas en caras separadas como parte fundamental de la personalidad de la misma obra, en este caso cuatro caras donde cada temporada el protagonismo iba pasando de unas canciones a otras, una apreciación que supongo que los nacidos con la música en cd les sonará extraño, y a los nativos del mp3 ya de inalcanzable comprensión, pero muchos entenderán lo que digo.
En la cara A siempre dominó «Wild America» con ese riff disonante y colaboración más testimonial que otra cosa de Henry Rollins. Un cañonazo que daba el puñetazo sobre la mesa para reafirmar después de décadas y mientras el grunge lo llenaba todo, quién era el padrino de quién. Con el tiempo fue «Mixin’ The Colors» la que ganó la partida, una de sus letras más inspiradas, una oda a la música como instrumento para la fraternidad, menos visceral y lejana a su pasado Stooge, pero que daba la razón de ser a su carrera en solitario y confirmaba su evolución sin fisuras a partir de sus dañados 80.

La cara B fue la última que aprecié en su justa medida, «F__in ‘Alone» (Kiedis y sus pimientos matarían por canciones como esa) y «Highway Song» son ya canciones imprescindibles cada vez que pincho esta maravilla, esta última la considero una de sus obras maestras, su lado más acústico y personal, una delicia pseudo-country que de haber sido editada hoy en día la parroquia americana le besaría el culo.

La cara C comienza con una de mis preferidas, quizás la canción que más veces he escuchado de Iggy Pop, «Beside you» es un balada firmada junto a Steve Jones y con coros de Lisa Germano, donde Iggy Pop se alza con la matrícula de honor crooner, idónea para levantar encendedores, en su día también sirvió para quemar material fungible, si se prefiere. Y todo sin dejar en el olvido el doblete «Sickness» y «Boogie Boy», dos canciones muy dignas de llevar la firma Stooges, guitarras abrasivas y vocalista desbocado, rock sin concesiones.

La cara D empezaba con «Social Life», una canción que en su día me pasó desapercibida, y que ahora siento que es una lástima que Cash y/o Rubin no se fijaran en ella para las American Recordings, pero además esta última cara tiene la culpa de mis buenos recuerdos respecto al presente disco gracias a la versión de «Louie Louie» original de Richard Berry, quizás sea la mejor versión jamás grabada, a día de hoy la prefiero a la de los Kingsmen, además aquí Iggy se permitirse el lujo de añadir su letra no dejando títere con cabeza, la seguridad social, la educación, Bush y sus enredos, actualizaba uno de los estándares más revisados ​​y queridos del rock enfrentándolo a la realidad de aquellos días, que por cierto aún nos alcanza de lleno.

Louie nos acompañó las noches de farra hasta altas horas de la madrugada breves momentos antes de que el encargado encendiera las luces. «Caesar» es un spoken word, declaración de intenciones donde amplía y detalla los dardos lanzados con la anterior versión, casi ocho minutos en los que la Iguana llama a las cosas por su nombre, una canción muy actual salvando los aforismos propios de la época, y cierra «Girls Of NY» confirmando que no sólo Lou Reed es capaz de «no-cantar» a la perfección.

Hacía tiempo que tenía ganas de homenajear «American Caesar», más que por su repercusión general, que no llego a tener claro si la tuvo en realidad, por la influencia que supuso en mis gustos en aquella época, me abrió un mundo que desconocía más allá de los grupos de rock alternativos de principios de los 90 y de los imprescindibles del punk de finales de los 70. Tres años después de este disco gracias a la película «Trainspotting», concretamente su banda sonora, se reconocía de manera más clara y amplia el estatus de clásico al padrino del punk. En American Caesar, Iggy Pop continuaba destilando actitud y una fuerza desbocada que pocos jóvenes contemporáneos llegaban a igualar, un disco irregular pero sin desperdicio.

Por Chals
reciclado de ON THE ROUTE

Iggy Pop – «American Caesar» (1993) 8,5/10

Cara A:1. Character / 2. Wild America / 3. Mixin’ the Colors / 4. Jealousy // Cara B: 1. Hate / 2. It’s Our Love / 3. Plastic & Concrete / 4. Fuckin’ Alone / 5. Highway Song // Cara C: 1. Beside You / 2. Sickness / 3. Boogie Boy / 4. Perforation Problems» // Cara D: 1. Social Life / 2. Louie Louie / 3. Caesar / 4. Girls of N.Y.


10 comentarios

  1. Pues a mi me parece que aquí La Iguana de Detroit recobró bastante brío y es un disco realmente excelente.
    De hecho, luego le vendría cierta fama otra vez con el tema de la película de Transpotting.

    Abrazos truferos.

    1. Efectivamente Savoy, tal y como comento en el último párrafo, el tema de Trainspotting puso la guinda la popularidad recobrada con los dos discos que le precedieron. Un gran disco si. Saludos compañero.

  2. Reconociendo que Iggy es una estrella tengo que decir que nunca me engatusó del todo. Me gusta? sí. Es de mis imprescindibles? No. Beso por donde pisa? rotundamente no. Este disco no lo tengo escuchado, esa es la verdad, me ha picado la curiosidad el excelente post pero dudo que me engatuse aunque me invite a una tónica.

    1. No se puede decir que Iggy Pop tenga una carrera impoluta, mucho paso en falso, aunque en este disco hay muy buenas canciones, en su vertiente acústica, medios tiempos y alt-country, creo yo, que sería la única manera de engatusarte si es que no lo ha hecho nunca. Lo sé, Iggy es difícil. escucha en el tubo Highway Song, Mixin The Colours y por supuesto su versión de Louie Louie, excelente, un disco más concentrado hubiera luvido mejor, aunque a mi me gusta tal y como está, cosas sentimentales, ya sabes. Saludos compadre.

  3. Y lo dijo claramente: en los noventa vendrán mis mejores discos. El aviso lo dio con Brick By Brick, un trabajazo donde contaba con unos emergentes Slash y Duff McKagan a la guitarra y bajo y con unos sencillos apabullantes como Candy.

    ¿American Caesar? Trabajazo: baladas como un templo (Beside You, It´s Our Love), medios tiempos cojonudos como (Mixin the Colours) y auténticos trallazos rockeros como Wild America para demostrarnos que las reglas se inventaron en los sesenta, en Detroit, con él como actor principal. ¡Entradón!

  4. Si Lou Reed consiguió estar a la altura de la Velvet en solitario, nunca lo estuvo Iggy de los Stooges (cuando digo los Stooges no me refiero a su reencarnación, que me parece indigna musicalmente); ni de lejos se acercan a "Raw Power" o "Fun House" sus mejores logros en solitario. Dicho esto, "American Caesar" me parece un buen disco, muy bueno por momentos, pero no lo suficiente como para colocar a Iggy Pop en el lugar en el que solo el grupo de los hermanos Asheton, sus conciertos y —detrás— "Kill City", "The Idiot", "Lust For Life" y "New Values" le han situado: en el Olimpo del rock and roll.

    Saludos, Chals. Como es habitual, tu pluma siempre rica.

    1. Exacto, yo no lo hubiera explicado mejor Gonzalo, muchos tropiezos que le quitan un poco del podio, es como esa foto clásica en la que aparece colgando de los brazos de Bowie y Reed medio colgado, y ambos aguantándole el rollo. Y eso que tiene tablas y destila arrojo y personalidad como pocos. Este disco es bueno, y es irregular, aunque le tengo un cariño especial, y la familiaridad con cada una de las canciones lo situán en mi olimpo particular de juventud. Saludos gonzalo, un placer.

  5. Estoy de acuerdo con Gonzalo, Iggy solo nunca iguala a Stooges, ademas siento disentir, este no es tampoco de lo que mas me gusta de La Iguana, al último casi no le he hecho caso, pero lo vuelvo a intentar Chals.
    Abrazos

  6. Juraría que antes estuve aquí, pero se me olvidó "enviar el comentario jajaja. Pues precisamente hoy he puesto la traducción de Lust for life, el tema de Trainspotting (aunque es del 77), así que si te apetece ya sabes. A mi me gustan bastantes de este disco y me parece un tremendo homenaje.

    Saludos

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