Críticas Discos

Esto no va a resultar «doloroso» en ningún caso pero, en cierta medida, si algo complicado. El sexto studio album de los Yo La Tengo es un viejo amigo que me viene acompañando desde hace ya dos décadas de forma bastante regular. Ajeno a neuras y devaneos por doquier en lo que a inquietudes musicales refiere (siempre dentro de unos parámetros propios en cuanto a gustos, ojo, o eso me gusta de pensar), «Painful» me sigue satisfaciendo fiel e inefablemente como el primer día. De hecho pueda que a alguien sorprenda que no le ponga incluso más puntuación final (más si es conocedor/a de lo mucho que estimo este trabajo) pero, como apuntaba alguien más sabio no hace demasiado desde esta misma casa, al fin el tema este de los scores resulta algo altamente relativo en no pocos casos  (todo se limita al «apesta», «no mata/decepciona», «mola/cumple», «recomendable», «no me lo toques que muerdo» y poco más, vaya).  Así, «Painful» no me parece un 10 claro y de manual (tampoco veo como bajarlo de la excelencia del número que precede, quede ello claro) pero, de la misma forma, me la trae bien floja… me trasciende en las cuentas personales a la verbena esta de los numeritos, las estrellitas o los pulgares para arriba/abajo. Porque, básica y obviamente, adoro este disco. ¿Cómo calcular el intangible, el componente afectivo, pues?… «nunca me han gustado las puntuaciones, soy más de estrellas y tampoco. Es todo tan subjetivo», Master Joserra dixit y no podría estar más de acuerdo (la fría consideración analítica no sabe de «intangibles» y si uno se esmera un algo se da cuenta que no es sino el fanatismo desbordado pero desde el otro lado del río… y es el río lo que importa, para bien o mal y por celoso sea uno de sus pareceres).
Yo La Tengo tiene, resulta ello innegable, tantos activos desde su discurso que nos podemos estar un rato: el beneplácito casi absoluto de la llamada prensa especializada desde hace largos años, el ser una de las mejores bandas de covers ever (por gusto y ejecución), el respeto dentro de lo más granado del indie rock yanqui de postín, el ser una de las bandas que más y mejor ha perpetuado el legado «velvetiano» y entre muchas otras, y por qué no, lo de ese encanto de trio más bien feote que, respondiendo como pocas cosas a todo lo que sería el contrario a una rock star al uso y estereotipada, te calza preciosidades bucólicas del caerse de nalgas lo mismo que un berenjenal noisy que para dios el caldo (Ira Kaplan es un guitarrista descomunal). A partir de ahí, y centrándonos ya en «Painful», recordar lo que escribía en casa propia hará un par de añitos: si bien el manual de estilo definitivo y el consenso público/crítica más (por lo general) reconocido es ese «I Can Hear the Heart Beating as One» de 1997, aún asumiendo la holgada colección de bonanzas que nutren la discografía de los de Hoboken, «Painful» suele contarse como una de sus alternativas más aceptadas (frecuentemente la que más y no siendo ello, precisamente, poca cosa como bien saben aquellos familiarizados con el combo). Y, atención que tiene su mérito, sin ser precisamente un disco te lleve al huerto de primeras… Aunque, bien mirado, nunca fueron los YLT una banda de «primeras escuchas» al tratar de abordar cualquiera de sus elepés de estudio, está claro (ni siquiera mi disco favorito del pasado año, ese «Fade» de nuestros protagonistas de hoy, que es la cosa más cándida y bonita de escuchar, con el pábulo que necesita y merece, encaja con el concepto «flechazo», sí). En cualquier caso, «Painful» es una montaña rusa imposible, un hito improbable que une a fans de My Bloody Valentine con los de los Stone Roses, lo mismo que a fans de Sonic Youth con los de Flaming Lips, y eso solo como escueto y gratuito ejemplo de los muuuchos posibles… Ya que, en verdad, hay mucho de Young y mucho de Velvet corriendo por ahí en medio y, cómo no, al final volvemos a lo/s de siempre, faltaría.
Solo por las dos versiones de «Big day coming» y el remate final con la preciosa y melancólica (e instrumental) «I Heard You Looking», y tras ese par de decenios de escuchas que antes apuntaba se lo prometo de verdad, estamos ante un disco que merece ser venerado y recordado. Tal cual. La primera de las dos versiones del mismo tema que señalo, la que abre el álbum, es posiblemente uno de los principios de disco que más haya escuchado: delirio, preciosidad total, con esa angelical voz que el cabronazo de Ira sabe cantar/susurrar como bien pocos, con su emblemático organito, sus tenues distorsiones «youngeras» y demás… Cómo algo tan leve, tan engañosamente desolado, puede irradiar tanto calor es algo que ya hace años desistí de tratar de entender. Solo resta dejarse acunar una y otra vez, otra vez y una… ‘till the end. La segunda versión, y penúltima canción del elepé, es psicodelia eléctrica altamente fuzzeada y sin cuartel a mediar (y es que la sombra de la Hermana Ray es molto longa mis ilustrísimos compinches). Un giro tan inesperado como virtuoso y que a su vez resulta, obvio, una piedra más del monumento erigido por esta gente durante sus ya treinta años de singladura. La dupla compuesta por «From a Motel 6» y «Double Dare«, amén de conformar el rato más movidito del álbum, son de esas cosas que como te atrapen ya no te sueltan. Sendos ejemplos de uso más que inteligente y variopinto de las guitarras (de lo más distorsionado a lo más melódico que tenemos por ahí en medio), arreglos ajustados a la escuadra y cartabón y melodia altamente infalible. Por su parte «Superstar-Watcher» es la rareza, el extraño intermedio menor a los dos minutos y que lo mismo sirve para masajear tras la estática aún flotante del par que preceden, que como antesala a esa maravilla de Georgia Hubley que responde por «Nowhere near«. Con el espectro de Nico pululando por la habitación, Georgia deja claro que si bien su señor marido, además de ser la cara más reconocible del grupo, canta realmente bien, poco o nada debe ella envidiarle en dichas tesituras. Bonita es poco, de esas canciones que parece se deshagan en éter cuando acaban… Y hasta se toman tiempo para meterse en una historia de distorsiones eléctricas que parecen no venir a cuento… hasta que terminan, retoman la instrumetación de inicio y de esta forma, claro, te jode el doble al terminar. «Sudden organ» es algo así como la vampirización psicodélica de «la simpatía stoniana» por la curra (atención a esas percusiones sin freno con, nuevamente, el reverberante órgano en primer término). Revitalizante y solo que aplaudir ese cambio de registro, con el contraste a destilar, viniendo de la que precede… o esperando a la que sucede. Pues «A Worrying Thing» es la nueva e impagable nana con Ira al frente y ese delicado registro vocal con el que el puñetero fue bendecido… Y nueva bonitez quilatera para atesorar, ni qué decir.  «I Was the Fool Beside You for Too Long» es, casi sin duda a caber, el momento menos accesible para aquellos no acostumbrados a los cambios de registro que suele incorporar este personal en sus discos. Suerte de blues alucinógeno supurando distorsión a poro abierto y con Mr. Kaplan poco menos que repitiendo el título cual mantra sectario en pleno ritual… Encaja sin problemas sea como fuere y, de paso, con ella llegamos a la cover del álbum:  «The Whole of the Law«, que si es más bonita te la prohibe el gobierno de enterarse que existe. Magnífica recreación del tema que abría aquel más que recomendable estreno de los Only Ones de 1978 (que, por otro lado, es mucho -muchísimo- más que la tan cojonuda «another girl, another planet»). Y para dar carpetazo al fin, tras la ya tratada revisita al «Big Day Coming«, solo queda el fundido a negro de la igualmente apuntada e instrumental «I Heard You Looking«… Y es entonces, al terminar, al desaparecer el sonido de esa postrera virguería con su desbocado y sangrante crescendo por montera y alzarse a su vez el vacio auditivo inmediato cuando entiendes de una puñetera vez por todas el chiste: «painful»/»doloroso»… Claro, qué hijos de puta !… Y que quien toque les bendiga siempre sra y sres.
 
Yo La Tengo – «Painful» (1993) : 9’3
01. «Big Day Coming»/ 02. «From a Motel 6″/ 03. «Double Dare»/ 04.»Superstar-Watcher»/ 05. «Nowhere Near»/ 06. «Sudden Organ»/ 07. «A Worrying Thing»/ 08. «I Was the Fool Beside You for Too Long»/ 09. «The Whole of the Law»/  10. «Big Day Coming»/ 11. «I Heard You Looking».

Por Guzz


8 comentarios

  1. No es uno de los álbumes que más me enganchara de Yo La Tengo a pesar de que recuerdo que tuvo buena prensa si no me falla la memoria. Aún así son YLT, y eso es mucho, fundamentales, palabritas mayores y un gozo verlos por el Exilio. Me mola mucho esa frase de "…En cualquier caso, "Painful" es una montaña rusa imposible, un hito improbable que une a fans de My Bloody Valentino con los de los Stone Roses, lo mismo que a fans de Sonic Youth con los de Flaming Lips…" Un abrazo Don Guzz y siga Vd. por el buen camino, por esa senda luminosa que nos sirve de guía y de faro para no desorientarnos.

    1. Y menos mal que te ha gustado esa frase concreta Cosmic Master, así puedo reparar el inexcusable lapsus con el nombre de la banda de Kevin Shields (ay, las prisas… y que no me venga ningún shoegazer psicótico a casa para afeitarme las barbas en seco, porfa plis). Ya comentamos tiempo ha lo de mi predilección por este disco my friend pero, desde luego, no me queda sino citarte a tí esta vez pues eso que pusiste en aquel posteo, refiriéndote a los queridos YLT, de "pozo sin fondo" es sin duda lo que mejor define la obra y legado de este pedazo de formación que, espero, no se jubile jamás. Abrazo guzzero !

  2. Me alucinan Yo La Tengo aunque este álbum no lo tengo controlado, algún tema conozco por su "Prisoners of Love" pero poco más, desde luego la crónica es de lo más estimulante… Me voy a Amazon a husmear.
    Gracias.

    1. Antes lo comentas Sergio… De ahí que me lo he pillado hace poco menos de una semana en vinilo (al fin), y bastante apañado de precio (es una reedición de estas que, ojalá me equivoque, irá con la cover y la fundita papel y se acabó, que me lo veo venir, pero me da igual). Vale la pena, es de estos trabajos que, para mi, tienen su personalidad propia a sumar a la que ya tenga de por si el artista a tratar y por eso, en definitiva, es mi predilecto de los YLT aunque no sea tan goloso de primeras como otros que tienen. Abrazo.

  3. Espléndida la entrada, Guzz. Más que del disco, que me gusta mucho, vengo a hablar del pedazo de concierto de YLT en Madrid hace un año, La calma máxima y la violencia eléctrica extrema en un mismo show, impresionante.

    Un abrazo.

    1. Son una bandaza Gonzalo, no dudaba ni un microprotón que serían plato apreciado por vos, te pasan del cielo al infierno sin tiempo a excusarse uno ni para ir al mingitorio… Ay si fueran guapetones… Hasta en la portada de la revista atalaya que nos aparecían ! Y qué versiones se marcan además (¿recuerdas si tocaron el "you tore me down" de los Groovies?… la del "fakebook" es el tocamiento total). Y en buena parte, muy buena parte en verdad, si mi predilecto es este de hoy es precisamente por embutir esas aristas tan diferenciadas mejor que nunca para servidor. Abrazo guzzero Gonzalo.

  4. Coincido con el juicio general. Nunca decepcionan y en directo son dificiles de superar. painful no es mi favorito pero con una discografia asi da lo mismo.

  5. "con una discografia asi da lo mismo"… En síntesis es eso y a qué más, que es otra manera -certera a mi entender- de verlo. Por cierto Mr. Aybar que le agradezco lo indecible el que me pusiera en la pista del disco del pasado año de Grant Hart… Es-can-da-lo-so. Por cosas como esta me joden las listitas de "lo mejor del año"… Uno se encuentra siempre con virguerías de este tipo a toro pasado y te envia todos los esquemas a hacer gargaras. Abrazo guzzero.

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