Críticas Discos

De verdad que me gustaría empezar este texto con mayor comedimiento, con más elegancia si prefieren, pero lo cierto es que al pensar en Mr. Newman y recordar su obra de cinco álbumes de estudio que van del estreno homónimo del 68 hasta el «Little criminals» del 77 lo único que me acude y sobreviene és, definitivamente, lo de: «Pero que enorme es este tío, la madre que lo parió»… Tal cual.
Sí, es de cajón, «de casta le viene…». Newman pertenece a una familia (literalmente, no en el sentido de «tipo de artista» a fin de contextualizar) de músicos, mayormente especializados y vínculados con el mundo del Cine. Vaya por ejemplo (rápido) que su primo Thomas es el compositor firmante de maravillas como las respectivas soundtracks de «Cadena perpetua» o «American beauty», o también (que esta no me la sabia hasta hace un rato y me he quedado a squares), el que su tio Alfred es el compositor de la mismísima sintonía clásica de la 20th Century Fox… Ya me imagino las cenas en «Casa Newman»: «Pero déjate de pop-rocks de las narices Randy que eso es para alelaos… Compón en serio, joder»… «Pero es que me aburro pasados los tres minutos, coño, pasa que vosotros sóis unos cansinos»… «Mira que eres vago»…etc. Y en verdad, que él mismo lo admite sin problemas, lo és y bastante. Lo que también és, desde el año los anacardos, es un músico admirado e idolatrado no ya solo por el público sino por los propios músicos y compañeros de profesión (nuevo ejemplo rápido y tres palabras: «Nilsson sings Newman» -para tocarse mucho y ahí lo dejo-). Y es que Randy es, claramente a mi parecer, uno de los músicos populares del último medio siglo que más bien y lógicamente encajan (de verdad, sin subjetividades de a granel) en el archivo de la pura y dura «genialidad». Randy es Gershwin y Dylan, Sinatra y Carol Burnett, Taylor y Nat King Cole, Porter y Ray Charles… Sobretodo Ray Charles, joder. Un ente creativo único, ubicable de primeras, que nos deja mirar por la mirilla de la american music del pasado siglo. Un tipo que es un ícono del pop-rock, lo mismo que un «crooner de manual», un geniecillo del vodevil («hollywoodiense» o no) o, sencillamente, el tipo que canta en el bar de losers con una copa de coñac vacía encima el piano para que el personal deposite los «dollarbills» si lo estima conveniente… Todo eso queda reflejado en un Randy Newman, de una u otra manera, quien para más cojones ni es ni se considera un gran cantante (lo suyo es el «carisma extremo», un registro tan eterno y personal como inimitable y magnético) y que ha hecho del sarcasmo, la ironía, su buque insignia más naturalmente acuñado y querido. Lo que no le ha traído pocos problemas, claro… «Siempre que he tenido un éxito he tenido después que pedir perdón durante semanas y más semanas»… ¿Razón?. Pues resulta que Newman tiene la (jocosa) costumbre de construir sus textos desde la perspectiva de distintos personajes (arquetípicos e/y inventados -mayormente-). De esta forma y por ejemplo cuando triunfa con «short people» (recuerden: «qué motivo tienes para vivir si eres bajito»)  salen hasta grupos de presión social denunciándolo, en serio y de verdad, al respective, a lo que Randy tuvo que responder explicando, hasta en la misma luna que: «esa canción es desde el punto de vista de un chalado que por algún motivo odia a la gente baja, sin más»… O cuando lo acusaron de «fascistoide» por ensalzar el modo de vida del sur más conservador y tradicionalista de la «Gran Nación» («eso es un homenaje a una manera de entender la realidad de algunas personas, no implica lecturas políticas» -de hecho Newman es justo lo opuesto a «conservador», para entendernos rápido y un demócrata a ultranza) con el disco que, al fin, aquí y hoy nos ocupa: el cojonudísimo «Good old boys» del 74. Que es mi preferido pero, persisto, cualquiera de sus cinco primeros estudios (y también los ochenteros «Trouble in paradise» y «Land of dreams» -para completar así lo que mayormente conozco y tengo más empapado del músico-) es altamente recomendable… «randynewmantízate», por lo menos una vez al semestre y caray, que no son pocas las alegrías a extraer.
«Buenos viejos muchachos»… Intachable título de cara a lo que aguarda en su interior. Cuarto disco de estudio y con la presencia de gente del calibre de Ry Cooder o Al Perkins arrimando hombros. Trabajo que, como arriba se comentaba, viene a significar una especie de disco temático a fin de reivindicar las tradiciones y formas de la gente de distintos puntos del sur yanqui y que, importante, no debe malinterpretarse… Newman, furibundo antirracista (toda una lucha personal para él), no se pierde en clichés político-sociales (que por lo visto, en la época, poco menos que hubo quien ya le metía la sábana por encima por lo de este disco… -volvemos a lo de la fina ironía del artista y el no entender muchas veces el personal lo de que él no canta precisa o comúnmente desde su propio punto de vista-). Defiende (eso sí) la manera pausada, campestre de entender la vida y el orgullo que, por qué no cojones, se extrae de ello. Se cachondea de la tontuna y la soberbia (y la hipocresía) del «norte» en varios aspectos, caricaturizando (si es preciso) al tochorro de campo y explicando las cosas desde su perspectiva o también, ya puestos, dando lecciones de historia si resulta menester. De esta forma la popular «Rednecks«, voz racista para acusar desde el norte a los racistas del sur (coligiendo frecuente y erróneamente «campesino» y «racista»  en un mismo significante de forma harto estúpida y vejatoria), es la canción de bienvenida a este tan magnífico trabajo. Y quizá pues conviene matizar lo de «no se pierde en clichés político-sociales» (pues si es verdad que a veces lo utiliza como medio, para agilizar significados de lo que se pretende transmitir) pero en cualquier caso la música ha empezado a sonar ya y solo reparando en la manera de «levantar» esta canción inicial, desde el ténue piano y el tan peculiar recitar, a uno ya le mejora el día sin pero que valga… Y sí, sin duda, si alguien que no conoce al artista (o no más allá de sus contribuciones para los films de la Pixar) creyó exageradas todas las comparaciones y apreciaciones sobre el artista vertidas más arriba, todo le cobrará sentido ya desde a partir de aquí. La instrumentación clásica de «Birmingham» con esa slide intercalada es el noveno cielo que el séptimo hace corto (si es que te parecerá  Woody Allen dirigendo «El golpe» en blanco y negro, caray). Aunque lo que más le gusta a veces al músico son esas «canciones de amor directas y sin ambages» y, por estas, «Marie» se deshace entre hirientes violines y un Randy que canta de forma más delicada de lo habitual pues, qué duda cabe, también sabe hacer eso como dios si se tercia. «Mr. President (Have Pity On The Working man)» es un virar hacia las formas más habituales que de paso retrata la visión de un «blanco del sur» sobre la carrera de Nixon. Por su parte «Guilty«, otro de los momentos más  «sentíos» de esta ambrosía, te derrota de nuevo sin remisión y, como comentaba no hace mucho en casa propia, cómo fascina siempre esa cualidad de este tipo por sintetizar en tan poco espacio de tiempo tanto contenido y belleza… Como si no quisiera agobiar, como en «pasaba por aquí un momento solo mode». Qué cruelmente cortas, en resumen, son algunas de las piezas que ofrece este hombre, si se prefiere. Llegamos entonces, para más inri, a la mitad del álbum y a «Louisiana 1927«… Y esto lejos de aflojar sigue creciendo. De nuevo instrumentación clásica, piano de pub, entonación de pop star (siempre ese deje socarrón de fondo que te mata twice… superioridad manifiesta one more time). La emblemática y tradicional (y muy breve) «Every Man A King» abre el segundo acto mientras hace de alfombrilla para una «Kingfish» que, definitivamente, es mi canción predilecta de un disco favorito… Este tipo es un gigante de la música (así en general, ni rock, ni folk, ni gaitas) y punto. No se puede estar del todo triste en esta vida si uno sintetiza, ni que sea una vez, ese momento en que cae por primera vez la baqueta en este pescado real. «Naked Man» sigue el tono marcado -alegre- y qué bien casaría en el también tremebundo estreno del pequeño/grandioso Simon, la muy puñetera… «beware beware with…»… Ya te digo. Para la siguiente, «A Wedding In Cherokee County«, Mr. Newman se recoge de nuevo en tonos más minimalistas para una de las piezas más solemnes y, en cualquier caso, la más abiertamente bluesera (casi un lamento por tono). Y, para rematar la faena, se nos junta con Cooder y nos ofrece «Back On My Feet Again«, implementando para la ocasión esa guitarrilla que derrocha clase y oficio hasta al caerse, dejando ya solo espacio para una «Rollin’ » en el que se disfraza por última vez del totémico Mr. Charles y se nos marcha en un doloroso fundido a negro de esos que atraviesan almas. Clásico del recontrasantocopón bendito y con indebatible mayúsculaza que no depende ni mucho menos del símbolo de puntuación que precede.

Randy Newman – «Good old boys» (1974) : 10/10
01. «Rednecks»/ 02. «Birmingham»/ 03. «Marie»/ 04. «Mr. President (Have Pity on the Working Man)»/ 05. «Guilty»/ 06. «Louisiana 1927″/ 07. «Every Man a King»/ 08. «Kingfish»/ 09. «Naked Man»/ 10. «A Wedding in Cherokee County»/ 11. «Back on My Feet Again»/ 12. «Rollin'».

Por Guzz


10 comentarios

    1. Long live… Este hombre es tan grande como quien de la gana mentar y sin más pero, joder y además, ese quinteto inicial de estudio es de tocamiento infinito. Abrazo archienemeguil !

  1. Disco 10 y entrada 10, querido Guzz, poco más que añadir, si tal, detacar también su último disco (Harps & Angels) como otra ambrosía.

    Abrazos.

    1. Gracias Coops. Me apunto ese "Harps & Angels" que todavía no he catado. Que lo de este tipo es lo de caerse de un barco en pleno crucero y darle al agua… Infalible. Y abrazo guzzero !

  2. 1o al disco y 10 articulo. Tienes razon los 5 primeros son inenarrables muestras de maestría. uno de mis músicos favoritos . En dias pasados escojí una de sus frikadas encantadoras como es la BSO de tres amigos. La boz set guilty es acojonante. Y si tengo que recomendar uno POR DIOS ESCUCHESE BAD LOVE. lloro cada vez que lo escucho. Cualquiera que tenga a joe Henry, ryan Adams, t Bone Burnett entre sus artistas favoritos no deberían dejar pasarlo de largo. Se me olvida el Faust es impresionante. Lastima que de un tiempo a esta parte este centrada en sus BSO. Mi favorita Ragtime.

    1. Gracias Bernardo. Me constaba tu marcada querencia por este pedazo de artista (tú favorito de aquella remesa del 74 que posteé el mes pasado). Me apunto igualmente la soundtrack de "Ragtime" y solo apunto que para mi Newman es uno de esos genios con los que "me da fuerte" de vez en cuando y que de tan bueno que me parece no me admite,directamente, mezcolanzas con nadie más durante unos buenos días… Así de enorme es Randy para servidor. Abrazo guzzero !

  3. Creo sinceramente que Randy Newman con Cohen , Dylan , la Mitchell, Davies, Reed y Townes son los mejores letristas del rock, son GENIOS pero es que además Randy musicalmente tiene tanto de Nueva Orleans y , como apuntas, de Ray Charles que también Ray Charles tiene tanto de Nueva Orleans…Marie quiero que la pongan en mi responso pero como dijo nuestra kamarada Lu, mi responso va a durar años de todas las canciones que quiero que pongan. I love you the first timeeeeee I sawwwww youuuu. Bufff. Chills!
    Ya sabes que no es que le adore, yo le amo y me identifico plenamente con que es un artista que si te metes no sales en días porque el resto te parecen cantos de niñatos. Este , Sail Away y Little Criiminals son Poms y diez, diez. Yo quiero mucho a su debut y al 12 songs y al live y de los siguientes me gustan todos pero el último , Harps & Angels es un 9. Bad Love también y en todos sus discos hay gemas y gemas. Es de los de los deditos de la mano, un auténtico fuera de tabla y serie. Yo hice la lucura de amor por él: vueling a Barna y a Badalona a verle como Mª Cruz Soriano , solo con su piano y sé que si mi adolescente hijo( en un futuro, espero) me da nietos , se lo contaré. Corriendo lloviendo desde la estación de tren al teatrito precioso, platea, ver la coronilla canosa más genial y verle cantar 30 temas y todos obras maestras…No hay palabras. Repetimos los nombres anteriores? Es necesario? Está entre esos dioses que saben hacer canciones perfectas y emocionantes pero saben contar historias para la eternidad con demasiada inteligencia, van sobraos sin queerlo. Preciosa obsesión la tuya Guzz y maravilloso post, estoy que me ahogo porque los Pogues también me vuelven loco pero no me da la tecla. Fdo: su groupie bilbaina.
    Nota: si te doy un 9,5 a ti es porque no se te ha ocurrido una cosa: es el Ray Davies americano.

    1. Lo de este señor es de panes y peces y caminar sobre aguas, ya te digo. Recuerdazo el tuyo Master Joserra en ese concieto, lujo a atesorar forever. Por mi parte la enésima obsesión con Randy me vino hará un par de sábados y en adelante… Un rollo bastante jodido de índole familiar, de esos que te dejan de bajón total… Estuve tratando de encontrar algún bálsamo musical cual agua mayera durante horas y al final me acorde en cierto momento del "falling in love" del "Land of dreams" y la alegría que transmite (si si, con su organillo tombolero y todo)… Desde ahí, pues nada, a tirar del hilo one more time y alegría tras alegría con Mr. Newman… Y es que por algo los grandes de verdad lo son, caray. Y con Randy, concretamente, hasta pienso a veces que tratarlo como "un artista/músico" del pop-rock (aún metiéndolo entre lo más ever) no resulta en parte algo irreverente… y cuando escucho "Marie ", "Lousiana" o "guilty" ni te cuento. Yo de mayor quiero ser un guzz old boy, coño. Y abrazo grande como toda Tennesse y con alligator shoes y todo Master Joserra !

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos que te pueden interesar