Críticas Discos

Aunque esta banda -My Dad is Dead- no resulte, es evidente, la vencedora de ningún concurso de popularidad  (y menos en nuestras latitudes), lo cierto es que su descubrimiento por mis partes (hace ya sus dos buenos años de paso) fue uno de los últimos grandes subidones que puedo recordar ahora mismo… Ni lo esperaba, ni los ví venir. Para resumir, lo más brevemente posible, aquellos/as fans o simpatizantes de Echo & The Bunnymen, los Division menos trágicos o los Cure más directos (bueno, y toda «la cole», qué narices… Chameleons, Church, Love and Rockets, etc.), pueden llevarse un grata sorpresa al acercarse a esta banda de, raro raro, la misma Cleveland y con un cuarto de siglo de carrera en la chepa (empezaron a mediados ochenteros y creo que, según prospecto, hace unos muy pocos años que se extinguieron -por lo visto- definitivamente). Entrando ya en contenidos y tal, decir que MDID es principalmente el proyecto del tal Sr. Mark Edwards (ahora liderando esos Secular Joy cuyo único disco editado del 2012 ya está en «busca/captura»  guzzera) y, como bien reza el ya mentado prospecto -y por lo catado que no es poco hasta hoy-, sus dos principales y más recomendables referencias (de la docena aprox. existente ) son este «The taller you are, the shorter you get» (1989) y «For richer, for poorer» (1992)… Aunque es de ley admitir que, de comulgar con el registro, no son pocas las alegrías ubicables en otros discos (entre «Chopping down the familiy tree» y «Shine» que quedaría mi tercero en discordia). En cualquier caso, y última instancia, yo me quedo con este de hoy a los puntos y confieso, de verdad que se lo prometo, me ha costado horrores contenerme con la puntuación final (que son muchas las horas que me ha acompañado en los últimos -y ya no tan últimos- tiempos el puñetero).
Abonado, orgullosamente, al reverso melódico de aquel bicho conocido como post-punk a pesar de editarse en los últimos 80’s, este disco hace ya de la inicial e instrumental «for lack a better word» toda una declaración de intención y, ya aquellos que estén por la labor, ubicarán de primeras por donde irán los tiros (esas líneas de bajo tan estiradas y omnipresentes, con las guitarras circulando alrededor)… Más (bendita) música de cielos nublados, faros y acantilados, claro qué sí. Para la siguiente, «the big picture» y por si algo faltaba, Edwards se nos descubre como una suerte de híbrido entre McCulloch y Curtis al entonar, con lo que ya tenemos todo el ramillete al completo. Catorce canciones es lo que nos oferta el álbum en cuestión y aunque, en mis humildes cuentas, me bajen un algo la media con «meep meep», la segunda y última pieza instrumental, así como con esa «what can i do» que la sucede, lo cierto es que el remanente final es altamente satisfactorio. Mucho (que no les afecte lo desconocido del combo, please que se lo pido). Canciones como «too far gone», «boundaries» (enorme), «world on a string» (tremenda) o «can’t get started» no pueden dormir una noche más en la intemperie del anonimato. Y eso ciñéndome a las que considero tienen o pueden tener el plus de la «inmediatez», de posible gancho… «Seven years», «planes crashing», «the only one» o ese par de dos de entrada ya mencionadas, tampoco desmerecen en absoluto. Y aunque, se admite, «whirpool» quede en terreno de nadie (lo bastante buena para no sumarse a las dos que me estorban pero, a pesar de su mayor aceleración, quizá pelín por debajo del resto -no mucho en verdad, pero sí un algo para el menda que es así de cabrito-), siempre me queda mi momento predilecto del álbum en la forma de las tres pistas de despedida: «nothing special», «a man possessed» y «so much to lose»… Sobretodo por la primera, donde encontramos a los mismos Smiths pegándose un leñazo frontal contra la misma Church y (sin desmerecer, ojo, el aletargado pero magnífico rollo «pseudostoner» de la que nos queda en medio, que también tiene lo suyo) especialmente la postrera, con ese impecable y excelente modo de levantar la canción (fans de Robert Smith unios !). Notable trabajo, al fin, en el que perderse y dejarse llevar por los muchos matices que se alzan flotando desde el fondo arrojando luz a un discurso que, en cualquier caso, mereció mucha mejor suerte. Y tanto disco como banda que vengo a referir aquí. O esa piensa uno, que soy yo.
La última canción de este disco, ya finalmente del todo, se traduce tal que como «tanto que perder»… La madre de todas las profecías, ya te digo. E insisto por vez última, si se es de los que tienen el «substance» de los Division, la «estrella marítima» de Church, o el «árbol de orugas» de Echo en su tan merecido pedestal… De cabeza a ello y sin perder tiempo a pestañear siquiera !
My Dad Is Dead – «The taller you are, the shorter you get» (1989) : 7’7 / 10
01. «For Lack of a Better Word»/ 02. «The Big Picture»/ 03. «Seven Years»/ 04. «Too Far Gone»/ 05. «Planes Crashing»/ 06. «Boundaries»/ 07. «Can’t Get Started»/ 08. «The Only One»/ 09. «World on a String»/ 10. «What Can I Do»/ 11. «Whirlpool»/ 12. «Nothing Special»/ 13. «A Man Possessed»/ 14. «So Much to Lose».

Por Guzz


4 comentarios

  1. No lo he escuchado en mi vida. Ni creo que me lo habías comentado, ni ofrecido, ni grabado…. esos secretitos que te guardas bajo la manga…. Parece interesante, voy a ver como suenan.

  2. Don Guzz, estoy seriamente preocupado. Ha generado Vd. en mí un estado de ansiedad, estrés, inquietud y desasosiego agobiante. Algo así como una alarmante neurastenia.

    Me habla Vd. de algo del 89 que no había oído en mi vida y con una retahila de influencias que para mí son la esencia de la canela fina, no doy crédito. Hoy sin más tardar exploraré territorios hasta llegar a un oasis que pudiera cambiar el rumbo de mi vida. Abrazo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos que te pueden interesar