Críticas Discos

Creo recordar que la de «Black rose» fue la primera entrada propia en este comanditero Exilio.  La primera de esas cinco recauchutadas, puro corta-pega sin excusa a mediar, desde casa propia que me marqué. Que no me arrepiento de ello, ojo, lo suyo -o así lo entendí- era ayudar a generar un mínimo «poso de arranque» en cuanto a contenidos para el espacio (lo cual no es óbice para una posible «versión de luxe» futura de alguno/s de esos puros íconos rockeros para el que suscribe). En cualquier caso, y menos rollo, lo de «Jailbreak» no se perdona… Hasta aquí llegar podíamos (y aprovecho para informar que al final de la entrada está el full album, directamente desde Tu Tubo y por lo menos de momento). Mi disco predilecto de la más reivindicable de las grandes bandas guitarreras setenteras (y por  lógica causa-efecto de la historia) con el único permiso, aunque lejano y hablando siempre en esa clave reivindicativa, de Mott. Y es que para el menda, sinceramente y si de bandas con sonido acerado exclusivamente hablamos, solo los Young en el sacrosanto periplo con Bon Scott rallan al mismo nivel  y, únicamente, los Zep (1969-75) de las narices por encima de la etapa 1975-80 de esta eternamente honorable Flaca Lizzy del irrepetible Mr. Lynott. Planteado ello, cómo no, solo quedaría (antes de pasar a siguiente parrafada) la evidencia de que, además, con «Jailbreak» (su más que consensuada «masterpiece») se pone la cereza en todo lo alto del pastel.
Y es que, siempre para mí, Lizzy cierra el triunvirato mayor del reino (al fijar el tema en los registros que hoy tocan, ni qué decir) y, por ello, insisto… Si Page y cia volcaron electricidad en el folk y el blues de manual desde los más altos cielos y los Young (mayormente con Bon, obvio) hicieron lo propio con el rocanrol old scholl de Sun y cia desde el más sudoroso y voltaico de los garages, a Lynott le tocó darle un paseo por el barrio, con andares achulapados, indomable afro en ristre, actitud vacilona y desafiante para, finalmente, entrar al pub para «engaznatarse» unas muchas de pintas (Guiness, of course) y «a ver qué pasa aquí»… Aunque, por supuesto, el tema tiene truco. Y de los más gordos. Como apuntaba en la posteada de la «negra rosa» estamos con Thin Lizzy ante la banda con mayor y más lograda re-interpretación «soulera» y, sin discusión a valer con esto, con mayor groove que jamás se haya visto relacionada de lejos o cerca con el asunto «hard rock». Tal cual. Aquellos/as que se queden con la pose macarra y las sempiternas posturitas de «rude boys» del combo para limitarse, después, a arrugar la nariz se están perdiendo algo tan atronadoramente único que, y con perdón, no es que el asunto sea punible (por aquello tan baladí y chorras de valorar un libro por la cubierta), sino que trasciende ominosamente a ello para alcanzar cotas de pura y dura tristeza (no ya  por esa tan plana manera de discurrir sino, sencillamente, por perderse algo tan enorme e incontestable como lo que hoy nos ocupa por vanos prejuicios garraferos -y entiéndase ello sin acritud a valer, please-). Es por todo ello, al fin, que cuando a alguien le preguntan por una banda de rock irlandesa y dice lo que, frecuentemente, se suele decir (y saben perfectamente a quienes me refiero, pedazo puñeter@s que, por desgracia, no es Them precisamente) no me queda sino cagarme en la puta de a bastos un mucho y apechugar… Lizzy es una de la bandas de mi vida (los empecé a escuchar con doce o trece años) y «lo otro» me parece una de las mayores mierdas nunca habidas. Sin perdón, en este caso, por la rabia que me dan… «Leeeeemoooon»… Venga a cagar, hombre: The boys are back in Exile today !
(«Eeesta nooche va a haber una fuuuga del taleegooo…»)
Con esa frase, que parece sacada de una actuación del gran Gila, a modo chorus se remata una de las entradas de disco que más veces me he embutido de orejas para adentro… Glorioso, todo él, el puñetero «Jailbreak», en resumen y como que ya lo podría dejar aquí si nos ponemos el más sintético de los disfraces. El disco de rock acerado perfecto. Esto es así. Pero, venga va… a hacer el paripé (que me encanta, claro y por otro lado). ¿Actitud?, honestamenente rocanroleante hasta el paroxismo; ¿virtuosismos?, de todos los sabores y colores habidos; ¿adicción?, lo escucharás toda tu vida a poca sangre tengas y punto; ¿carisma?, no me hablen del puto carisma con esto, por favor, que tenemos que cerrar el comercio… y el bebercio también;  ¿canciones?… ay, aquí sí que me da algo… Nurseee !
Cara A, «Jailbreak», la canción y la primera en la frente. Con el más memorable line-up de la banda (Lynott-Downey-Gorham-Robertson), en su momento de mayor acierto a todos los niveles, se arranca la saltarina y emblemática pieza inicial… Ese subrayar entre partes de Lynott, el vacileo rítmico (que estos/este también fueron al cole el día que enseñaron bogey -y se fijaron mucho-), la liberación de ese estribillo que decíamos, las inolvidables (e imitadas hasta el órdago) «twin guitars» de «hola y adiós pero tranquilo que ahora vuelvo» (y atención por diox al «momento Breakout !!»)… Obviando, lo «inovbiable», la propia interpretación vocal tan personal, única y acostumbrada del propio genio mulato. Doble piel gallinácea (por innegable emoción y vigorizante electricidad) y nada más que empezar hemos hecho… Y sigamos, pues. Con  la altamente cuajanuda «Angel from the coast» y su ritmo tan continuo, de todos a una,  para abrirse justo antes de… No, mierda (cabritos !), todavía no… Volvamos a la carga… Y en la segunda vuelta… guitarrita/aza emblemática en vena, oh yeah, para dar entrada a una de esas partes instrumentales reservada a los más elegidos de verdad de la más buena… Frenamos casi al fin lo justo para retomar voces, un último arreón y, hale que se acabó, a por otra (virguería): «Running back», el reverso más amable y soft de la banda. Adictiva hasta la enfermedad, con las guitarras haciéndose hueco pero sin desmembrar en momento alguno la invencible melodia que domina el cotarro (y esa producción con sus vientos y tal -este tenía que ser El Disco, sí… y coño si lo fue-)… Hasta los tra-la-lá del final son de tocamiento expreso, vaya. De la misma guisa, qué no decaiga, empieza «Romeo and the lonely girl» con igualmente tremendos resultados. Esa conjunción con las guitarritas sin tregua (en esta tenemos solaco de aquí te espero, eso sí y además), el relatar de Phil, los coreables estribillos, el marchamo sin tregua del propio Lynott y Downey (siempre ahí y aún en las piezas menos ex profesamente «hard» como esta)… Pero, claro, aunque la vertiente menos «cañera» (aún siéndolo de otra manera) de la banda nos resulte de impagable para arriba a muchos: un riffazo es un riffazo, y un punteo es un punteo… Y si se hace tan bien, como en estos «Warriors» que cierran la primera cara analógica del asunto, pues como que uno se pone más contento y tal… Magnífica llegada a la media parte pues, y tiempo para frankfurtes y, quizá, echar una micción rápida antes de que empiece lo que sigue… Pues el descanso, si no se sabe lo que aguarda (cosa improbable, sí, pero déjenme divertir un poco y eso) se antoja como bastante primordial…
Y es que si hablamos en clave «hard rock» (que hasta yo me empiezo a cansar de ello con algo que resulta tan claramente lícito para verse generalizado en «Rock», sin más) estamos sin duda ante mi B Side predilecta junto a la del «Zep I»… pero, ojazo, que si pasamos de ese «hard» (por lo que apunto en anterior paréntesis) tenemos igualmente una de las más enormes e infinitas segundas caras del rocanrol, todo él, en su historia habida hasta hoy (nivel «abbey», «exodus» u «on the beach» -suculento etc- en cuanto a calidad es lo que aquí se encuentra, siempre en base al menos a las cuentas propias -por si conviene aclararse ello y tal-). Veamos… «The boys are back in town». La conocen hasta en Krypton y fue Nª1 hasta en el mundo del Pocoyo de las narices (de hecho sigue aún hoy siendo de las canciones más demandadas en los intermedios de los partidos de la NBA, vaya por ejemplo tan rápido como gratuito). Quien no haya escuchado esta canción, sin tener problemas auditivos (o/y otros varios con la salud relacionados), bien está mintiendo de gratis (dios sabrá con qué objetivo) o bien es el supercampeón de los ermitaños del Tíbet que no se relaciona nada más que con pedruscos y yetis desde a finales del 75… Como diría Cicciolina: no cabe otra. Sin más. Hablamos de una de las canciones, con inconfundible  riffada eléctrica, más recordadas e icónicas de la Historia Rockera. Tema «infinito/10» que despierta muertos ahí donde pisa y se oye… Ese estribillo que recrea el título seguido de esas guitarras que sabemos ya está grabado a fuego en todas partes y, para no alargarlo todavía más, ahí que lo dejamos por esta vez. Y ahora… mucha atención, por favor !… «Night or fall». Bonita es poco. Aquí nos queda claro, se nos recuerda, que no es otro sino Lynott el que (en pocos años y forever) nos iba a dejar esa preciosidad de imposible caducar llamada «Sarah». Emocionante a todos los niveles: desde su propuesta de base, pasando por esa guitarra que se sale de contexto llegado cierto momento (para unirse después), y acabando por el enorme sentimiento que Lynott le regala… El momento más soul de largo en un disco que tampoco rehuye, precisamente, enfrentamientos directos con ello.  Y es entonces, oh cabronazos, cuando llega el vaquero… Qué garra y melodía a la par, desde luego. Da igual que estemos ante uno de los highlights más populares de Lizzy, «Cowboy song» sigue dejándonos pelos escarpiados sin remedio a valer… El vademecum, más que mero libreto de estilo, de esta gente concretado en apenas cinco minutos en los que cabe, de alguna manera, toda su generosa colección de bondades. Sublime como pocas (ese parar hacia el final, el arrastrado arranque que te lleva de la mano, las guitarras – tan magníficas a su manera todas y cada una- cómo no, el subidón final…) y, como ocurre con los «muchachos que vuelven», para qué perderse en explicar algo tan cojonudo… Escúchenla como más veces mejor antes de cascar, de gustar esto del rocanrol un algo ni que sea y obviamente, y punto. Aunque la traca final, qué este personal no podía irse tranquilito y en paz, nos viene con «Emerald» y su escalado riff de ida/vuelta con momentos para las pizpiretas de cuerda varias. Una /otra de mis predilectas de disco y banda que resulta por un lado la pieza más agresiva del disco junto a «warriors» y, por el otro,  una despedida difícilmente mejorable (y tajante) a la altura de toda la catedral rockera que precede… En definitiva: un pleno absoluto tanto desde la más ferviente subjetividad propia (me resultan imposibles conceptos como «prudente» o «timorato» para algo por lo que siento tanta estima) como al tratar -que de verdad lo he intentado- de reflejar esa utópica objetividad analítico-rockera que hay quien realmente cree que existe… Inaceptable el negarle su lugar en el Panteón Rockero al cojonudísimo «Jailbreak» de marras. En ningún caso y de ninguna de las maneras. Y fin.
 
Thin Lizzy – «Jailbreak» (1976) : 10/10
01. «Jailbreak»/ 02. «Angel from the Coast»/ 03. «Running Back»/ 04. «Romeo and the Lonely Girl»/ 05. «Warriors»/ 06. «The Boys Are Back in Town»/ 07. «Fight or Fall»/ 08. «Cowboy Song»/ 09. «Emerald».

Por Guzz
Pd:


10 comentarios

  1. Disco que adoro, ya lo sabes, Guzz. Tan soberbio como el primero de Little Richard o el último de Bon Scott, hablamos de arte mayúsculo, de una de las cumbres del rock and roll. Muy bien traídos el soul y el groove, cuando alguien dice que Thin Lizzy es un grupo jevi, echo a temblar.

    Un abrazo.

    1. Sí, me consta tú querencia para con Lizzy, Gonzalo (aún recuerdo tú magnífica entrada del "Bad reputation" en la Ragged hace unos meses)… Para mi, como precisamente comentaba del "electric" de Bolan hace una semana, hay muchos discos de excelente, de puro 10, pero discos que además se adapten a mis querencias de tal forma que ya se me salgan de tablaturas y puntuaciones varias ya no son tantísimos… Y "jailbreak" es, sin dudas y claramente, uno de ellos (y desde el año el botijo).

      Abrazo !

    1. Es que tiene guasa el tema, querido Mr. Truffle, desde luego. Para mi es como afirmar que los Pink Floyd hacían tecno-pop porque utilizaban teclados… Tal cual. Y ojo, que no tengo nada especial en contra del heavy (hay algunas cosas -no muchas, eso sí- que me agradan de dicho subgénero) pero me parece que, por lo tanto y tan pecualiar que ofrece Lizzy, es limitar las cosas hasta lo chorrístico y más allá… Groove es la key, en este caso.
      Abrazo guzzero !

  2. Gracias Juan Manuel. Que cuando uno se enfrenta a algo tan de su agrado, como el puñetero "jailbreak", no puedo evitar sacar el fan incondicional que llevo dentro y la perspectiva de como ha quedado el texto siempre se me escapa (uno se viene arriba, las formas a hacer gárgaras y… qué te voy a contar)… Se agradece la valoración, ya te digo. Y, por supuesto, ya le pueden llamar hard rock, heavy o proto-zarzuela que resultará cojonudo por siempre y de todas todas lo de este señor disco. Saludos guzzeros.

  3. Tengo una asignatura pendiente con esta banda. Conozco muchas de sus canciones pero reconozco no poseer ninguno de sus LPs originales. Me avergüenzo de ello y sé que una vez entre en su música acabaré embrujado. Puede que ahora sea el momento…. vamos pues con "Jailbreak"….

    1. Puestos a ponernos superexigentes del copón con esta bandaza y según lo veo, Archi, creo que la tripleta con "bad reputation", "black rose" y "jailbreak" son (junto al directo del 78) lo que hay que tener por huevos de granja y de los otros también del grandioso Mr. Lynott… Pero sobretodo "jailbreak", claro…

  4. Un gran disco, un fundamental de cierta etapa de mi vida en que Thin Lizzy fueron esenciales. Eso sí, con el transcurso del tiempo han perdido importante presencia como acompañantes y algún disco de antaño, no me refiero el presente, ahora se me atraganta. Su discurso, Don Guzz, creo que es merecedor de un 10 pero el disco lo dejaría en un 8'5, bien sabe Vd. mis exigencias. Abrazo.

    1. Agradezco la puntuación a mi parrafada de turno querido Cosmic Master pero… ¿8'5/10?… Pistolas al amanecer !!!! Hablamos de mi disco favorito del llamado "hard rock" de la historia de no existir Zep (AC/DC insisto que sacan el empate pero de ahí no pasan)… Ya veo que entre tantos arcades y radioheads y demás maric…. cosas, sorry, va tocar arremangarse a uno para salvaguardar en el Exilio a aquellos amantes de los guitarreos con enjundia… Y abrazo guzzero igualmente, claro.

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