Críticas Discos

El folk más acid y el acid más folk que prefiero. La inimitable ISB, o Mike Heron, Robin Williamson y cia puestos de setas hasta el culo en modo continuo, tocando todos los instrumentos habidos o inventados, en desenchufado mode, que les caen en las manoplas… Las puertas de Camelot se abren, resuenan las trompetas de platino en la almenaras y entonces aparece el trobador… Y lleva una castaña de tres pares de cojones !. Y, aun así -qué cosas-, mola. ¿»Música orgánica»?. No hay nada, en dicha tesitura,  comparable a esos primeros discos de la Incredible (es probable fueran grabados con los músicos cagando en el bosque y el productor dirigiendo el micro de su transistor grundig en su dirección entre liada y liada). Hasta reclamos para patos silvestres que parecen sonar por ahí en medio (y ya le pueden llamar kazoo pero, no se engañe nadie, que suenan lo mismo) !
De entre toda esa algarabía, encarando ya el asunto, siempre debe destacarse los primeros cuatro discos (que fueron cinco según donde se habitara) y, más concretamente, los dos del medio: «The 5000 Spirits or the Layers of the Onion» (de 1967, con impagable portada y una de las canciones más hermosas jamás grabada -«First girl I loved»-) y, obviamente, este «The Hangman’s Beautiful Daughter» (del siguiente año y que supone su obra más famosa y a la que deben en gran medida su muy relativa fama… de hecho hay mucha, muchísima, gente que conoce el disco pero no a la formación). Esta «preciosa hija del verdugo» (que estuve mucho tiempo pensando que era «ahorcado» pero resulta que es justo lo contrario) son tres cuartos de hora de paso de flautas,  armónicas, furibundamente acústicas strings de muy -MUY-  diversos tipos, órganos de church secuestrados y pianos destartalados abandonados en el bosque y, claro, toda la colección de instrumentos de diversas partes del planeta que pudieron recavar (de ahí que sean venerados, hasta el fin de los tiempos, cuando se abarca todo el tema de la world music). Y es que no se les puede llamar hippies a esta gente, en definitiva. Es hacer demasiado corto. Lo suyo es lo genuino llevado al extremo, sin trampa ni cartón ni pose que valga… De ahí que si los buscas en la wiki te encontrarás con que «algunos musiquitos algo conocidos» (como Lennon, Dylan o Plant) eran seguidores suyos. Poca coña.
Así, sin más, arranca   «Koeeoaddi There»… Ya cantando (puro juglarismo y como si entraras con la película ya empezada), acústica en ristre, una leve campanilla o similar que suena de fondo, el festival del «muelle» que se arranca de golpe… Y, hala, a dar rodeos hasta que se centra el estribillo y se adquiere el sentido. Queda claro que, ya de entrada, hay discos que requieren una predisposición determinada a fin de ser disfrutados como procede y, con esto, estamos sin duda ante uno de esos casos. Debiera venir con su propia bonfire de regalo y tu parcela de prado en propiedad… En base a dicha «predisposición», por cierto, que no le calzo un diez como un solazo que es lo que me pide el body por querencia particular (estamos más que posiblemente ante el disco que más he escuchado en la quietud nocturna, con cascos y justo antes de planchar la oreja, en la última década). De la misma guisa (que, quede claro, el tono no cambiara en todo el álbum -dicho ello para los que no tragaron ya con la primera a fin de ahorrarles tiempo… aunque, en verdad, me parecería una pena-) nos llega «Minotaur’s song». Donde se suman unos coros del tipo pseudogregoriano de acompañamiento a todo lo que la voz principal va recitando/cantando… Sí, estás ante un «greatest hits» del medievo lo mismo que ante un disco icónico sesentero de su subgénero (ese acid-folk de marras). Lo pillaste al fin y, en gran medida, ahí reside buena parte de su (tan particular) grandeza. Llegamos, para ese tercer corte, a «witches hat», uno de mis momentos predilectos del álbum… Breve y apagado relatar, suena la flauta, la-la-la-la-la-la… , repiten estructura, y para la segunda vuelta estribillazo que te crio con guitarrita acústica tan leve como bien calzada al alimón. Magnífico, joder !. Pero claro, la sigue «a very cellular song» con su docena de minutazos de paso que eclipsan a disco, banda y hasta al subgénero mentado si me apuran… Escocia es la tierra de las leyendas no quepa duda, y esta canción solo podía ser parida por alguien de las puñeteras highlands, sí… jodiéndose de frío, en una cabaña de madera ubicada donde cristo no perdió el gorro porque siquiera encontró el lugar, junto a la chimenea, con el viento soplando a toda tralla en el exterior… Con sus tres partes diferenciadas es la respuesta bosquímana definitiva a la virguería que les de la gana recordar desde el mejor prog de la década que seguirá… Tesorazo forever en piedra, roble y hierba… Mayormente hierba, sí. «Mercy I cry city» tiene el papelón, flautón mediante, de proseguir desde «la canción muy celular»… Con sus cascabeles a traición, armónicas y demás, resulta por momentos una especie de secuestro élfico de «His Bobness» de antes de enchufarse (electricidad, se entienda bien). Para  «Waltz Of The New Moon», que se arranca cual lamento plañidero y no parará hasta el fin,  tiran de mantra tipo hindú y se quedan tan anchos. Aún alejada de disgustarme en lo más mínimo, es siempre la que menos me tira del lote -por lo monótono si uno no tiene afilada la «predisposición» antes explicada- pero, olé sus cojones, que en definitiva encaja cual guante sedero con el tono. «Water song» utiliza ruido de agua de fondo, eso es ser consecuente, para acompañar este nuevo hit en la corte del King Arthur (mil años antes de que  cierta personaja se viera ascendida a «genio modernita de lo chupioriginal» por este tipo de mermeladas). Bravo. Para «Three Is A Green Crown» regresa el festival del sitar y, merced también a esas percusiones tamborileras de la parte final, uno se imagina regateando un kilo pistachos en un mercadillo de Bombay. Está claro que esta ISB no se corta un pelo y no piensa perder un puñetero segundo en hacer nada más digerible de forma inmediata para nadie… Lo que, obvio, visto en la perspectiva de los años y la repercusión del elepé en los mismos, resulta un activo de difícil negar (aquello de lo «genuino» -o su búsqueda a ultranza- que también referí anteriormente). El penúltimo corte es para «Swift As The Wind» donde volvemos a bosques y cascadas (de water). Que considero algo así como, atención, «el corte experimental del disco». Lo que, si atendieron más o menos a lo que esta «preciosa hija» tiene escondido en su interior, les dará una idea de lo que aguarda… Aquí tenemos desde una lata golpeada con un palo hasta voces dobladas que lo mismo suenan celestiales que a dolor muelero según el segundo a considerar… Me alucina, por supuesto, y es brutal se mire por donde se quiera. El trip definitivo. Aunque, escribiendo con propiedad, eso de «definitivo» recae en la postrera «nightfall». Breve canto a la luna lunera que convierte el concepto «minimalista» en cuarenta y nueve Woodstocks juntos y… At last, hala, para la cabin que nos volvemos.
En definitiva, un disco y banda particulares de narices que, pienso resulta innegable, horrorizará a todo aquel/aquella que no esté dispuesto a entrar en su extremadamente folkie propuesta pero que, de hacerlo y mucha atención, aún puede que me haya buscado algún problema y todo por ese punto de menos en el recuento final… Devastadoramente único y hermoso a la par, en cualquier caso, y a mi guzzero entender. Goodnight.


The Incredible String Band – «The hangman’s beautiful daughter» (1968) : 9 / 10
01. «Koeeoaddi There»/ 02. «The Minotaur’s Song»/ 03. «Witches Hat»/ 04. «A Very Cellular Song»/ 05. «Mercy I Cry City»/ 06. «Waltz Of The New Moon»/ 07. «The Water Song»/ 08. «Three Is A Green Crown»/ 09. «Swift As The Wind»/ 10. «Nightfall».

Por Guzz


6 comentarios

  1. Tengo una deuda pendiente con esta banda y con este disco…. algún día podré saldarla? no lo sé, eso sí, su post, como siempre, canelita!

  2. Gracias Archienemy. Ya debes haber deducido, si es que no lo hemos hablado ya alguna vez, que yo soy más del folk british de antes de cruzar el charco que de, aún gustándome y no poco algunas incontestables cosas, el country con todas sus variantes a encaber (aunque en el fondo todo sale del mismo huerto, ok), y esto de la ISB es en definitiva el despiporre de la mochila y la flauta final… Le tengo gran cariño a este disco pero, como parece que aquí no nos ve nadie y tal, te diré que estas primeras semanas del año se las pienso dedicar, y estoy dedicando, a un grande de los más grandes ever, que además me consta es mucho de tu agrado… Van the Man ! Eso es un Grande, coño !

  3. Disco imprescindible y con el 5.000 espíritus y el siguiente Wee Tam & The Big Huge, una trilogía para enmarcar.Davendra se hace pis y cacas cuando lo escucha y trata en vano de imitarles. Estos tios fueron un poco los Dead de las montañas escocesas, irrepetibles, memorables y unos grandiosos compositores de melodías.Rescataron la weird british music, como la compilación de Harry Smith en los USA.La trufaron de tufo a marí juana y les quedó perfecto y las voces???? las voces de ambos son sublimes.La Tierra Media son estos discos, puro Hobbiton y no la mierda de película esa que nos han escasquetado. Un pacer lisérgico y lleno de história, gracias por el cambio de tercio en el mismo día y vivan ls pastores.Otro abrazo.Me voy a lolos con Nightfall, para conciliar el dulce sueño, gracias.

  4. La sal de la tierra Joserra lo de este disco ! La honestidad folkie asilvestrada llevada al extremo. Y gracias a tí que con esa entradota del otro día con lo último del Sr. Harper me hizo volver a las "cellular song" y demás. Remanso de paz forever lo logrado por la ISB aquí… Y están Donovan o Thompson (que aunque no sea escocés también lo tiene todo pagado), pero lo de este par de dos y cia me parece tan único, no me meto en si mejor/peor a estos nivelazos, que aprovechando que menta usted los buñuelos que se vienen pergeñando on screen en el nombre de Tolkien me atrevo a afirmar que si no son ents de esos poco les falta… Guzz night, Master !

  5. Disco grandioso, hace mucho que no lo pincho pero me esta picando, mañana me pongo a ello, tremenda y atinada entrada maestro guzzero.
    Abrazo.

  6. Thanks Mr. De Witt. Desde luego es de esos discos que, aunque ya de entrada es la leche, si le encuentras el momento/estado anímico adecuado te lleva donde muy pocos… Disco de cuentos y leyendas alrededor de la hoguera como ninguno. Abrazo guzzero Addison !

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